Variedades locales o injertadas en portainjertos locales

Es más barato establecer un huerto tradicional o semi-intensivo con variedades locales que uno intensivo basado en plantones importados, ya que las plantas producidas localmente son más baratas y se necesitan menos plantas/ha (aproximadamente 500-600 frente a 2.600-3.125).

Además, un sistema de huerto semi-intensivo basado en variedades locales permite cultivar mejor las hortalizas y plantar forraje entre los árboles. Esto compensa la desventaja de que los huertos establecidos con variedades locales e injertados en portainjertos locales entran en producción más tarde que los intensivos (5-6 años frente a 2-4 años).

Las variedades tradicionales de frutales suelen estar mejor adaptadas a las condiciones climáticas locales y son más resistentes o tolerantes a plagas y enfermedades. Esto implica beneficios económicos, ya que los costes de aplicación de pesticidas se reducen considerablemente, los niveles de producción son estables y se necesita menos agua de riego.

Además, las variedades locales dan frutos durante mucho más tiempo (30-50 años frente a 10-12 años). Se recomienda involucrar a especialistas y consultar con los viveros locales antes de iniciar la reproducción de plántulas de frutales, ya que el injerto requiere cierta experiencia. Los viveros locales pueden establecer colecciones de variedades para esquejes y entregarlas a los fruticultores interesados.

Cuando se les recuerdan las ventajas de las variedades locales de árboles y arbustos frutales durante el intercambio de conocimientos en las sesiones de formación de las escuelas de campo para agricultores, éstos tienden a mostrar interés por diversificar sus huertos con ellas. Los viveros locales o las plantaciones establecidas a partir de variedades locales, como el "parque de manzanos" del distrito piloto de Rasht del proyecto, pueden servir de prueba y motivar visualmente a los agricultores para que diversifiquen sus huertos con variedades locales o variedades injertadas en portainjertos locales.

Promover las variedades tradicionales es todo un reto, ya que a menudo están olvidadas y, por lo tanto, apenas están disponibles. Hay que fomentar los viveros locales que reproducen estas variedades y poner en contacto a los agricultores con ellos. Además, se puede motivar a los agricultores para que produzcan plantones, por ejemplo, creando pequeños viveros comunitarios que se concentren en las variedades locales de árboles y arbustos frutales.

Cuando los agricultores tengan previsto producir frutas de variedades locales no sólo para consumo propio sino también para la venta, deberá realizarse una evaluación del mercado.