Aplicación del PNAPO

La Política Nacional (PNAPO) se aplica en Brasil desde 2012, con el objetivo de fomentar prácticas agrícolas sostenibles y hábitos saludables de consumo de alimentos; empoderar a los agricultores familiares, las comunidades tradicionales, las mujeres y los jóvenes; y promover el desarrollo rural sostenible a través de programas específicos y financiación para la pequeña agricultura. Se trata de una política interdisciplinaria multisectorial y multisectorial a nivel federal, cuyas iniciativas se han implementado en las cinco regiones brasileñas, con resultados verificables.

Algunos programas e iniciativas actualmente incluidos en el buque insignia del PNAPO ya existían antes de su creación. Sin embargo, con el establecimiento de la política y la creación del CNAPO, esos programas se han articulado estratégicamente y se han integrado en los objetivos generales y en el plan de trabajo del PNAPO, garantizando procesos de planificación, ejecución y seguimiento más participativos.

Uno de los principales instrumentos del PNAPO es el Plan Nacional de Agroecología y Producción Orgánica (PLANAPO), que siempre debe incluir, como mínimo, los siguientes elementos: visión general/diagnóstico, estrategias y metas, programas, proyectos, acciones, indicadores, plazos y estructura de gestión (artículo 5 del Decreto Federal 7.794).

Los principales objetivos e iniciativas de PLANAPO son fortalecer las redes de producción agroecológica y orgánica, aumentar la oferta de Asistencia Técnica y Extensión Rural (ATER), centrándose en las prácticas agroecológicas; aumentar el acceso al agua y a las semillas, fortalecer la compra gubernamental de productos, aumentar el acceso de los consumidores a alimentos sanos, sin el uso de agroquímicos o transgénicos en la producción agrícola, fortaleciendo así el valor económico de las familias campesinas. PLANAPO busca también ampliar el acceso a la tierra.

A pesar de que "las propuestas de la sociedad civil no han sido totalmente incluidas en la versión final del PLANAPO, existe un consenso general sobre el hecho de que el Plan marca un momento histórico, un importante paso adelante en la dirección de una agricultura campesina más sostenible, especialmente en un país como Brasil donde el modelo de agronegocio sigue manteniendo una gran influencia en las políticas gubernamentales, debido a su importancia económica".

Según ANA, hay varios puntos buenos a destacar en el primer PLANAPO (2013-2015). Entre los aspectos positivos están las acciones que contaron con presupuesto para su ejecución y que supusieron una importante contribución al avance de la agroecología. Entre los aspectos negativos del primer PLANAPO están el escasísimo presupuesto para políticas como el Programa Ecoforte y la Asistencia Técnica y Extensión Rural.