IUCN @ Mónica Quesada
Lograr una gobernanza con enfoque ecosistémico para la adaptación
Lograr una gobernanza multidimensional para la adaptación
Lograr una gobernanza participativa para la adaptación
IUCN @ Mónica Quesada
Lograr una gobernanza con enfoque ecosistémico para la adaptación
Lograr una gobernanza multidimensional para la adaptación
Lograr una gobernanza participativa para la adaptación
IUCN @ Mónica Quesada
Lograr una gobernanza con enfoque ecosistémico para la adaptación
Lograr una gobernanza multidimensional para la adaptación
Lograr una gobernanza participativa para la adaptación
Revitalización de la gobernanza para la adaptación

Para ser efectiva, la gobernanza para la adaptación debe ser multidimensional y participativa, lo que implica involucrar a agricultores, municipalidades, ministerios y otras instituciones públicas en la zona, líderes comunitarios, unidades de salud y educadores en los procesos de gestión del agua y adaptación. En Sumpul esto se logró particularmente a través de los procesos de “aprender haciendo” y de revitalización del Comité Comunitario Binacional de la Subcuenca. La labor y legitimidad local del Comité Binacional se enriqueció con la integración de instancias comunitarias que estuvieron por años desarticuladas y sin mayor participación, como los Comités de Agua, que son importantes en cada comunidad. También se generaron nuevos instrumentos de gestión, se impulsaron liderazgos y la participación activa de jóvenes y mujeres dentro del Comité Binacional, y se realizaron capacitaciones e intercambios de experiencias para el aprendizaje colectivo. Otros aportes a la gobernanza provinieron de los productores que implementaron medidas de AbE en sus fincas (quienes ahora son voceros por los beneficios derivados de dichas medidas) y de las municipalidades (La Palma y San Ignacio) que integraron el enfoque de AbE en sus políticas, con la formulación de Planes Locales de Adaptación.

  • La existencia previa (2012) del Comité Binacional es un factor habilitante clave, ya que no se comenzó de cero, sino que se fortaleció una estructura existente, impulsando su re-estructuración en base a un diagnóstico sobre su funcionamiento y actores/liderazgos clave.
  • Para que los Comités de Agua puedan contribuir a una gestión compartida con visión de cuenca en el Comité Binacional, se requiere primero mejorar sus propias capacidades de organización y gestión, antes que puedan tomar la batuta como voceros y representantes de sus comunidades.
  • El contar con estudios biofísicos e información técnica específica sobre recursos hídricos y AbE, facilitó los procesos de sensibilización, participación, logro de acuerdos y realización de acciones focalizadas, lo que a su vez ayudó a evitar la dispersión de recursos.
  • Aumentar la efectividad y sostenibilidad, de los procesos de gobernanza, conlleva un trabajo constante de muchos años, que a menudo sobrepasa la duración de los proyectos de cooperación. Por ende, es conveniente buscar, por un lado, maximizar las sinergias entre proyectos y, por otro lado, mantener la presencia y el acompañamiento en el territorio a través de proyectos sucesivos.  
Implementación comunitaria de medidas de adaptación en bosques y sistemas agroforestales

Las medidas de AbE implementadas en la subcuenca estuvieron enfocadas en los servicios ecosistémicos de agua y suelos, en la diversificación productiva y en paliar los impactos del cambio climático en los cultivos y bienes de las comunidades. Junto a >100 productores/as de la parte alta de la subcuenca, se introdujeron árboles frutales y maderables en sistemas agroforestales aledaños a 7 fuentes de agua y se fomentó la agricultura orgánica, permitiendo a las familias diversificar sus ingresos y reducir la vulnerabilidad de sus cultivos, infraestructura productiva y viviendas ante los fuertes vientos que les afectan. Esto en combinación con prácticas de conservación de suelos y agua (acequias de ladera, no-quema e incorporación de rastrojos) ha ayudado a disminuir la erosión del suelo ocasionado por lluvias extremas, así como mejorado la retención de humedad en los cultivos, la fertilidad de los suelos, y la infiltración y captación de agua en la zona. Las medidas de AbE no sólo generan agro-ecosistemas más resilientes, sino que también aumentan la disponibilidad de agua, lo que beneficia a >400 familias de la subcuenca. Estas acciones han generado conciencia sobre la necesidad de una visión ecosistémica y adaptativa ante el cambio climático en la gestión del territorio.

  • Mejorar el estado de los suelos no sólo es una manera de asegurar aumentos en la productividad, sino que también a mediano plazo, ayuda a disminuir la tendencia a la agricultura migratoria ya que se asegura que las familias puedan trabajar muchos años en las mismas parcelas. Este influyente factor favorece la adopción de prácticas de conservación de suelos por parte de las familias.
  • Plan Trifinio inició hace años un esquema de incentivos a propietarios de bosques con el objetivo de contribuir a su protección y con eso, a la cosecha de agua.
  • La siembra escalonada con árboles frutales y maderables, es una forma muy efectiva de aumentar conciencia sobre los beneficios de asociar árboles con cultivos. Permite ver de forma palpable cómo los sistemas agroforestales ayudan a enfrentar los impactos del cambio climático y diversificar los ingresos familiares.
  • La implementación de sistemas agroforestales y prácticas de conservación de suelos debe permitir que la diversificación e incremento de ingresos dé resultados a corto plazo (con granos básicos, aguacate, etc.) y no sólo a mediano y largo plazo (con árboles de pino y ciprés). Materializar esto implica una planificación conjunta entre el productor y el asesor técnico.
  • Debe tomarse en cuenta la tenencia de la tierra en donde se ubican las fuentes de agua. Las municipalidades comúnmente son propietarias únicamente de los ojos de agua y no de las tierras que los rodean. Esto implica trabajar con los propietarios de los bosques y predios que rodean las fuentes de agua para proteger y/o restaurar esas tierras y permitir la instalación de tuberías para proveer agua a las comunidades.
“Aprender haciendo” y monitoreo para incrementar capacidades y conocimientos

Al apoyar a productores a implementar medidas de AbE que mejoran sus prácticas productivas y aumentan la resiliencia de los agro-ecosistemas, se genera un proceso de “aprender haciendo” que permite a otros actores presenciar los beneficios de dichas medidas y crea condiciones para su sostenibilidad y escalamiento.

  • Se examina, participativamente, la vulnerabilidad socio-ambiental de las comunidades y sus medios de vida, para luego priorizar las medidas de AbE y su ubicación
  • Se brinda apoyo técnico a los productores, complementado con sus conocimientos tradicionales, para planificar e implementar las medidas de AbE (mejoras en los sistemas agroforestales)
  • Se realizan capacitaciones e intercambios de experiencia sobre cooperación transfronteriza; gestión integrada del recurso hídrico; AbE; marcos de política y legislación sobre agua y cambio climático; e incidencia y comunicación
  • Se lleva a cabo un monitoreo de la seguridad alimentaria e hídrica con 14 familias
  • Se fortalece la capacidad de gobernanza y gestión de instancias comunitarias y municipales vinculadas al manejo del recurso hídrico

El incremento de capacidades y conocimientos fortalece el capital social y contribuye al empoderamiento comunitario y a valorar los servicios ecosistémicos y su gestión en beneficio de todos. 

  • El cambio climático y en particular, la disponibilidad del agua, son factores que preocupan a los actores de la subcuenca, lo que hace que aumente su disposición al diálogo, al aprendizaje constante, a la búsqueda de soluciones y a realizar acciones conjuntas.
  • Plan Trifinio lleva años implementando medidas de conservación en el territorio y trabajando de cerca con los productores y actores locales. Tiene también amplia experiencia con procesos participativos, que es otro factor habilitante para procesos exitosos de “aprender haciendo”.
  • Para lograr cambios a nivel de paisaje, se debe primero trabajar con las bases a nivel comunal. En esto, ha sido clave el fortalecimiento de las capacidades de los Comités de Agua, que forman parte de las Asociaciones de Desarrollo Comunal (ADESCOs) para que puedan ampliar el alcance de su actuar más allá de las necesidades de saneamiento.
  •  Los intercambios de experiencia (e.g. con actores de la cuenca del Río Goascorán y con otras ADESCOs de otras partes de la cuenca) fueron un mecanismo efectivo para reforzar el aprendizaje colectivo y demonstrar las ventajas de la colaboración transfronteriza.
IUCN @ Paul Aragón
“Aprender haciendo” y monitoreo para incrementar capacidades y conocimientos
Implementación comunitaria de medidas de adaptación en bosques y sistemas agroforestales
Revitalización de la gobernanza para la adaptación
IUCN @ Paul Aragón
“Aprender haciendo” y monitoreo para incrementar capacidades y conocimientos
Implementación comunitaria de medidas de adaptación en bosques y sistemas agroforestales
Revitalización de la gobernanza para la adaptación
Lograr una gobernanza ecosistémica para la adaptación

La gobernanza para la adaptación requiere de una visión ecosistémica, donde las acciones implementadas en campo para una mayor resiliencia de los recursos naturales se enfocan más en proteger los servicios ecosistémicos de la cuenca hidrográfica (bosque-agua-suelo) y menos en responder únicamente a las problemáticas encontradas a nivel de fincas individuales. Por ello resulta clave la priorización de zonas de restauración, puesto que debe ser en función de mejorar la captura de agua y también la productividad (los medios de vida locales). Los tres tipos de medidas de AbE implementadas en la cuenca del Río Goascorán fueron: 1) restauración de nacientes de agua, 2) conservación de suelos, y 3) sistemas agroforestales. Esta combinación reconoce la interdependencia de los componentes bosque-agua-suelo y permite a las comunidades evidenciar cambios positivos en plazos intermedios, lo que aumenta la confianza en las “soluciones naturales” adoptadas para la seguridad hídrica y alimentaria. La gestión territorial con visión de cuenca o microcuenca también contribuye al enfoque ecosistémico que se requiere para un desarrollo sostenible, es decir, uno que sea adaptativo ante el cambio climático.

  • El cambio climático y en particular la disponibilidad del agua para consumo humano y uso agrícola son factores que preocupan a la mayoría de los actores de la microcuenca, lo que hace que aumente su disposición a priorizar acciones que favorezcan las zonas de recarga hídrica y la disminución del riesgo ante eventos extremos.
  • Una vez implementadas, las medidas de AbE priorizadas hicieron palpables las mejoras en las condiciones de las zonas de recarga hídrica y en la capacidad organizativa y de gobernanza de las comunidades, ayudando igualmente a consolidar el concepto de que la cobertura forestal es un “seguro colectivo” ante el cambio climático.
  • La auto-motivación de las comunidades (por el agua y sus medios de vida) y el liderazgo de actores locales claves son factores determinantes para alcanzar una buena gobernanza para la adaptación y el éxito en la aplicación de medidas de AbE.
Lograr una gobernanza flexible para la adaptación

La adaptación al cambio climático está inmersa en una serie de incertidumbres con respecto a los impactos futuros del clima y las trayectorias de desarrollo. Por ende, la adaptación debe avanzar bajo un enfoque flexible de “aprender haciendo”, integrando la flexibilidad en los marcos jurídicos y de política, y en decisiones secuenciales e iterativas para generar estrategias a corto plazo en vista de las incertidumbres a largo plazo. En Goascorán, la ausencia de marcos regulatorios y de política para la gestión de cuencas compartidas, limita la capacidad de respuesta conjunta ante el cambio climático -y por tanto de flexibilidad y aprendizaje. Esta limitante fue subsanada integrando la adaptación en diversos instrumentos de gestión de microcuenca, municipales y nacionales y en agendas transfronterizas entre actores locales. Debe evaluarse la efectividad de estos marcos (y otros nuevos) en períodos intermedios para permitir revisiones y ajustes, conforme aumente el conocimiento sobre el cambio climático; lo mismo en el corto plazo con las medidas de AbE. La información que alimenta estos procesos iterativos debe integrar la ciencia occidental con los conocimientos locales. De este modo, se puede ser flexible e identificar nuevas opciones de adaptación y criterios para su evaluación

  • Un aspecto clave de la gobernanza para la adaptación es los marcos institucionales y de políticas que la amparan o facilitan, y que hacen que ésta sea o no flexible. En este sentido, se pudo aprovechar la ventana de oportunidad que ofrecía la actualización de los Planes Ambientales Municipales (El Salv.) y Planes de Desarrollo Municipal (Hond.), la preparación del Plan Nacional de Adaptación de Honduras, y el uso de la figura de Mesas Técnicas en El Salvador, quedando en todos consignado el valor de la gobernanza para la adaptación.
  • Es importante monitorear y evaluar cualquier mejora lograda a través de la AbE, con el fin de utilizar evidencia obtenida en campo para informar y fundamentar los cambios a los marcos legales, de políticas y de gestión, para así aplicar un enfoque flexible en la gobernanza de la adaptación.