Lograr una gobernanza participativa para la adaptación

Para fortalecer la gobernanza, se requería mejorar la participación del gobierno y actores locales en la gestión de la microcuenca. A nivel local, se reforzó la base organizativa de las comunidades, a través de los líderes comunitarios y su comprensión de la importancia de las zonas de recarga hídrica; las Comisiones de Viveros Forestales Comunales, administradas en general por mujeres que ocupan puestos altos o de confianza en las juntas directivas; y los Consejos Comunitarios de Desarrollo que se fueron integrando con mayor fuerza al Consejo de Microcuenca del Río Esquichá. Así, la participación se catalizó desde las bases, destacándose también la participación de los jóvenes, en especial en las jornadas de reforestación que contaron con >1000 personas. El rol del estado también incrementó con diálogos y acuerdos con las municipalidades y el acceso por parte de las comunidades a incentivos forestales. El mayor valor agregado fue el empoderamiento local a través de la movilización social (incluidas las mujeres), el enfoque de “aprender haciendo” (que implica implementaciòn de AbE y capacitaciones), la capacidad organizativa y los procesos de gobernanza comunitaria y de microcuenca. Lo logrado es reflejo de un fuerte compromiso comunitario y participativo.

  • El cambio climático y en particular la disponibilidad del agua son factores que preocupan a la mayoría de los actores de la microcuenca, lo que hace que aumente su disposición a participar en procesos de diálogo, aprendizaje constante y búsqueda de soluciones y acciones conjuntas. En Esquichá, la ocurrencia de eventos extremos en años anteriores había impactado fuertemente a varias comunidades, afectando tantos sus bienes (cultivos, viviendas, infraestructura productiva) como el recurso agua.
  • El Consejo de Microcuenca del Río Esquichá reúne, además de las municipalidades, a 16 de las 20 comunidades de la microcuenca, que se organizan en COCODEs y Comisiones de Viveros Comunales. Apostar por fortalecer estas estructuras comunales fue altamente efectivo, logrando que la mayor capacidad organizativa y liderazgo femenino en las comunidades, ayudara a consolidar la gobernanza del Consejo de Microcuenca.
  • El empoderamiento de las mujeres beneficia la gestión de los recursos naturales y la cohesión social comunitaria. En el ámbito de las Comisiones de Viveros Forestales Comunales, las mujeres sintieron que tenían mucho que aportar y al apropiarse de esos espacios, aumentó su confianza para actuar en otras instancias también. Al consultarlas, indicaron que había cambiado su participación ya que habían “perdido el miedo a expresarse en reuniones en donde hay presencia de hombres", señalando que conocen que tienen el derecho a reunirse y a participar como actor clave en promover la restauración forestal en zonas de recarga hídrica como medida de adaptación al cambio climático.