CHICOP colabora estrechamente con representantes de las comunidades vecinas, lo que se facilita mediante reuniones periódicas en las aldeas y la creación de un comité consultivo de la AMP. El parque colabora activamente con las comunidades locales para recabar sus opiniones e incorporarlas a los procesos de planificación y toma de decisiones para la planificación y aplicación de una gestión adaptativa. Un plan de gestión recurrente de 10 años constituye la base del proyecto Chumbe (ahora en su tercera iteración). Los comentarios para la planificación se recogen mediante entrevistas y reuniones en persona, lo que garantiza canales de comunicación abiertos y transparentes con las comunidades locales. Además, al proporcionar amplias oportunidades de empleo a las comunidades locales (tanto en la isla como mediante el apoyo a una serie de empresas de fuera de la isla que contribuyen a las operaciones insulares, como productos agrícolas sostenibles, producción de jabón orgánico y similares), Chumbe fomenta los beneficios mutuos, los medios de vida sostenibles y garantiza una sólida representación de las consideraciones de la comunidad local en todos los aspectos de la gestión.
- Recoger opiniones mediante reuniones periódicas con los habitantes y entablar debates con las autoridades locales, como el Ministerio de Economía Azul y Pesca y el Departamento de Silvicultura, es un factor clave para el éxito a la hora de garantizar la protección de la biodiversidad de la isla.
- El modelo de gobernanza de gestión privada adoptado por la isla aportó importantes ventajas en la gestión sin generar conflictos de intereses entre las distintas partes interesadas ni cambios de prioridades por parte del gobierno.
El éxito de la conservación de la isla de Chumbe no sería posible sin la participación activa, el compromiso y el apoyo de las comunidades locales. La contribución directa y la voluntad de participar son factores críticos para el éxito. Es importante fomentar un entorno abierto e integrador en el que se escuchen las distintas voces y se construya un entendimiento mutuo. Si se escucha a las comunidades locales y se les hace partícipes, se puede fomentar un fuerte sentimiento de pertenencia y colaboración que conduzca a una labor de conservación más eficaz y equitativa.