El éxito del modelo se basa principalmente en su principio empresarial, concebido e impulsado por la ética y el carácter del liderazgo del sector privado. Las políticas y procesos comunitarios y gubernamentales están lastrados por demasiada burocracia y letargo y difícilmente pueden impulsar un proceso tan complicado. Mientras que el liderazgo del sector privado significa que las personas con instinto y ambición empresarial pueden ver la oportunidad de generar ingresos a partir de la tierra mediante la creación de un acuerdo en el que todos ganan: la tierra sustenta la vida salvaje, que a su vez sustenta el turismo, que genera ingresos. Dado que el pago de alquileres es un gasto enorme para la conservación, los agentes del sector privado que lideren el proyecto deben ser capaces de encontrar mercados y personas dispuestas a pagar por disfrutar de santuarios comunitarios de vida salvaje que beneficien a la población local y a la fauna. Las personas del sector privado que desarrollen y pongan en práctica el modelo de conservación deben estar imbuidas de una gran integridad empresarial para que puedan entablar asociaciones legales y honestas con las comunidades y cultivar relaciones rentables a largo plazo, lo que permitirá que los hábitats y los ecosistemas florezcan y que las políticas de comercialización den sus frutos con el tiempo, ya que ambas cosas requieren planificación a largo plazo, paciencia y grandes sacrificios por ambas partes.
Se necesita un entorno empresarial seguro y estable porque la empresa es a largo plazo y, por lo tanto, necesita estabilidad a largo plazo y políticas predecibles. También se necesitan políticas de inversión favorables que fomenten las inversiones del sector privado impulsadas por el mercado y las asociaciones con la población local y sobre la tierra. Este modelo hace especial hincapié en la conservación inspirada en la actividad empresarial, en la que la vida salvaje debe beneficiar directamente a la población como incentivo para destinar sus tierras a la conservación.
La conservación de los recursos naturales y la fauna salvaje se ve limitada por la escasez de tierras, ya que las zonas reservadas para la fauna salvaje por los gobiernos nacionales son demasiado pequeñas. La participación de las comunidades limítrofes a los parques nacionales resulta útil al utilizar sus tierras privadas como parte de la conservación. Sin embargo, esto sólo funciona cuando la población obtiene un beneficio directo de esta vida salvaje. La participación del sector privado que identifica oportunidades de negocio para salvar la brecha de ingresos es primordial y puede utilizarse en muchas otras partes y circunstancias en las que los inversores del sector privado se asocian de forma rentable con las comunidades. El sector privado encabeza la inversión y la comercialización, mientras que las comunidades actúan como custodios de la tierra y los recursos naturales a cambio de los ingresos así generados. Para que esto tenga éxito, cuanto menor sea la burocracia, mejor, y el acuerdo debe guiarse exclusivamente por la asociación empresarial mutua entre la población y los líderes del sector privado, en colaboración con otras partes interesadas, incluidas las instituciones y departamentos gubernamentales.