Prohibición de la pesca de la hilsa en todo el país

Cada año se prohíbe en todo el país la captura, venta, transporte, comercialización o posesión de juveniles de hilsa entre el 1 de noviembre y el 30 de junio, se prohíbe durante 2-3 meses todo tipo de pesca, incluidos los juveniles de hilsa, en 5 zonas de santuario (tramos fluviales) de las principales zonas de cría de hilsa y se prohíbe durante 15 días en septiembre/octubre en cuatro zonas de desove de hilsa. De este modo se protege la población de hilsa y se garantiza un desove ininterrumpido. Para concienciar y apoyar las vedas se organizan concentraciones de barcos y se utilizan los medios de comunicación, folletos y carteles para explicar la importancia de la conservación de la hilsa.

El gobierno central debe tener la voluntad y los recursos necesarios para implantar un plan nacional de este tipo: en Bangladesh existe una serie de leyes que proporcionan el marco jurídico necesario para la gestión de la pesca de la hilsa.

  • Para que la prohibición de la pesca se aplique eficazmente, debe existir una buena coordinación entre los organismos del gobierno central con jurisdicción sobre la pesca.
  • La buena calidad de los datos ecológicos de referencia sobre el desove es un requisito esencial para elaborar un programa adecuado de prohibición de la pesca.

La pesca ilegal de juveniles de hilsa ha aumentadodesde 2011; una de las principales razones es la falta de recursos disponibles para apoyar las operaciones nocturnas de aplicación de la prohibición. La corrupción (sobornos) también ha dificultado la aplicación de la veda. Estos problemas dañan la legitimidad percibida de todo el sistema de gestión de la pesca.

  • La descentralización y la delegación de competencias en materia de gestión y magistratura podrían aliviar estos problemas.
  • La falta de equipos y suministros, como embarcaciones y alimentos, limita la capacidad del personal para llevar a cabo actividades de control, incluso durante el día.
  • Existe la sensación de que algunos de los costes y beneficios del plan de gestión pesquera no se distribuyen equitativamente: por ejemplo, se percibe que los pescadores de los países limítrofes se benefician del aumento de las poblaciones de peces resultante de las prohibiciones de pesca que sólo afectan a los pescadores bangladeshíes.