Integración de la perspectiva de género en la conservación
Una niña ayudando a restaurar el hábitat del Cerrado, Brasil.
Pró-Onça Institute
Mujeres aprendiendo sobre los conocimientos tradicionales de la biodiversidad en el Cerrado.
Pró-Onça Institute
Tras la formación, una joven ayuda a rastrear jaguares instalando una cámara trampa en Padre Bernardo, Brasil.
Pró-Onça Institute
Esta iniciativa de integración de la perspectiva de género incorpora el análisis de género a todos los aspectos de la planificación, ejecución y evaluación de los proyectos de conservación. Garantiza que se reconozcan y aborden las funciones, necesidades y aspiraciones de las mujeres, especialmente en la gestión de los recursos naturales y la restauración de los ecosistemas. Un componente clave es la formación específica en prácticas sostenibles que aumenten la seguridad alimentaria de los hogares y fomenten la gestión medioambiental.
Se capacita a las mujeres para que asuman funciones directivas como líderes comunitarias, educadoras y defensoras de la gestión sostenible de los recursos. Esto aumenta su participación en la toma de decisiones, sobre todo cuando la gestión de los recursos afecta a sus medios de vida y a los ecosistemas locales. Facilitar su participación en las estructuras de gobernanza garantiza que las estrategias de conservación sean integradoras y equitativas.
Las mujeres también desempeñan un papel fundamental en la reducción de los conflictos entre el hombre y la fauna, especialmente con los jaguares en el Cerrado. Al compartir sus conocimientos sobre prácticas sostenibles de uso de la tierra, ayudan a diseñar estrategias de mitigación de conflictos, como los cercados ganaderos "a prueba de jaguares" o enfoques diversificados de los medios de subsistencia que reducen la presión sobre los hábitats. Integrar el punto de vista de las mujeres en los esfuerzos de restauración mejora la recuperación de la biodiversidad y fomenta la equidad social, lo que hace que este enfoque sea transferible a iniciativas de conservación en otros lugares.
El apoyo de organizaciones que trabajan en cuestiones de género y la colaboración con grupos locales de mujeres aumentan la participación y aportan información sobre los retos y las oportunidades a los que se enfrentan las mujeres en el ámbito de la conservación. Estas asociaciones permiten el intercambio de conocimientos, talleres de capacitación y la puesta en común de las mejores prácticas, garantizando que las voces de las mujeres sean elevadas y respetadas en los diálogos sobre conservación.
El compromiso institucional con la integración de la perspectiva de género es fundamental. Los organismos deben dar prioridad a la equidad de género mediante políticas que obliguen a incluir consideraciones de género en la planificación y ejecución de la conservación. Este compromiso puede demostrarse asignando recursos a la formación sobre género y estableciendo programas centrados en el género.
Una de las principales lecciones aprendidas es que las mujeres poseen conocimientos y aptitudes únicos, fundamentales para la gestión y el mantenimiento de los ecosistemas locales. Por ejemplo, las mujeres suelen desempeñar un papel primordial en la gestión de los recursos domésticos, y sus conocimientos ecológicos tradicionales sirven de base a estrategias eficaces de conservación y restauración de hábitats. La capacitación de las mujeres mejora los resultados medioambientales y la capacidad de recuperación de la comunidad.
Cuando se dota a las mujeres de herramientas, formación y oportunidades de liderazgo, se convierten en agentes esenciales del cambio, impulsando transformaciones medioambientales y sociales positivas. Este empoderamiento suele traducirse en una mejora de la salud, la educación y las condiciones económicas.
Involucrar a las mujeres en la conservación pone de relieve su potencial para mediar y reducir los conflictos entre los seres humanos y la vida silvestre, lo que permite la coexistencia entre las comunidades y los jaguares, crucial para el éxito de la conservación a largo plazo. Integrar las consideraciones de género en las estrategias de conservación crea una comunidad de práctica que abarca diversas perspectivas. Este enfoque fomenta la apropiación y la agencia dentro de las comunidades, mejorando la eficacia y la longevidad de los esfuerzos de conservación y motivando tanto a las mujeres como a los hombres para proteger y mantener sus recursos naturales.