Drone Survey: localización, cartografía e inventario de poblaciones vegetales remotas

Los drones han sido fundamentales como primer paso en la evaluación de la flora de los acantilados. Gracias al uso de drones para obtener puntos de vista únicos de estos entornos, ahora podemos cartografiar la distribución y abundancia de especies endémicas de acantilados en peligro crítico y agilizar su conservación. Se han realizado estudios de campo en Hawai, la República de Palaos y Madeira (Portugal) con resultados muy positivos.

A medida que la tecnología de los drones ha ido mejorando y progresando, esta metodología de estudio se ha hecho accesible a toda una serie de profesionales de la conservación. Los sensores de las cámaras de alta resolución permiten identificar una amplia gama de plantas, desde grandes árboles hasta pequeños organismos herbáceos. Gracias al aumento de la capacidad de la batería, los pilotos de drones pueden realizar hasta 45 minutos de reconocimiento en un solo vuelo. Las mejoras en la usabilidad gracias al perfeccionamiento del software hacen que los drones sean seguros y eficientes para los principiantes, lo que aumenta la adopción de esta tecnología por parte de los profesionales de la conservación. Y lo que es más importante, a medida que los drones están más disponibles, los costes asociados se han reducido, lo que los convierte en una herramienta increíble para una amplia gama de aplicaciones.

Los drones son herramientas eficaces para localizar e inventariar especies en peligro crítico de extinción, especialmente en entornos de difícil acceso como acantilados o copas de árboles. La evaluación de los hábitats de los acantilados será fundamental para la conservación de las especies en estas zonas, ya que el conocimiento básico de dónde se dan las especies puede orientar las acciones de conservación y ayudar a priorizar la protección del paisaje.

La rara Lysimachia iniki, endémica de los acantilados y en peligro crítico de extinción, está siendo recogida por el brazo de muestreo Mamba en su localidad tipo de Kauai.
África Oriente y África del Sur
Europa Occidental y del Sur
Oceanía
Ben
Nyberg
Drone Survey: localización, cartografía e inventario de poblaciones vegetales remotas
Recolección con drones: Utilización de un brazo robótico basado en un dron para recolectar plantas inaccesibles.
Propagación de plantas: mayor eficacia con técnicas de recolección mejoradas
La rara Lysimachia iniki, endémica de los acantilados y en peligro crítico de extinción, está siendo recogida por el brazo de muestreo Mamba en su localidad tipo de Kauai.
África Oriente y África del Sur
Europa Occidental y del Sur
Oceanía
Ben
Nyberg
Drone Survey: localización, cartografía e inventario de poblaciones vegetales remotas
Recolección con drones: Utilización de un brazo robótico basado en un dron para recolectar plantas inaccesibles.
Propagación de plantas: mayor eficacia con técnicas de recolección mejoradas
Integración de la perspectiva de género en la conservación

Esta iniciativa de integración de la perspectiva de género incorpora el análisis de género a todos los aspectos de la planificación, ejecución y evaluación de los proyectos de conservación. Garantiza que se reconozcan y aborden las funciones, necesidades y aspiraciones de las mujeres, especialmente en la gestión de los recursos naturales y la restauración de los ecosistemas. Un componente clave es la formación específica en prácticas sostenibles que aumenten la seguridad alimentaria de los hogares y fomenten la gestión medioambiental.

Se capacita a las mujeres para que asuman funciones directivas como líderes comunitarias, educadoras y defensoras de la gestión sostenible de los recursos. Esto aumenta su participación en la toma de decisiones, sobre todo cuando la gestión de los recursos afecta a sus medios de vida y a los ecosistemas locales. Facilitar su participación en las estructuras de gobernanza garantiza que las estrategias de conservación sean integradoras y equitativas.

Las mujeres también desempeñan un papel fundamental en la reducción de los conflictos entre el hombre y la fauna, especialmente con los jaguares en el Cerrado. Al compartir sus conocimientos sobre prácticas sostenibles de uso de la tierra, ayudan a diseñar estrategias de mitigación de conflictos, como los cercados ganaderos "a prueba de jaguares" o enfoques diversificados de los medios de subsistencia que reducen la presión sobre los hábitats. Integrar el punto de vista de las mujeres en los esfuerzos de restauración mejora la recuperación de la biodiversidad y fomenta la equidad social, lo que hace que este enfoque sea transferible a iniciativas de conservación en otros lugares.

El apoyo de organizaciones que trabajan en cuestiones de género y la colaboración con grupos locales de mujeres aumentan la participación y aportan información sobre los retos y las oportunidades a los que se enfrentan las mujeres en el ámbito de la conservación. Estas asociaciones permiten el intercambio de conocimientos, talleres de capacitación y la puesta en común de las mejores prácticas, garantizando que las voces de las mujeres sean elevadas y respetadas en los diálogos sobre conservación.

El compromiso institucional con la integración de la perspectiva de género es fundamental. Los organismos deben dar prioridad a la equidad de género mediante políticas que obliguen a incluir consideraciones de género en la planificación y ejecución de la conservación. Este compromiso puede demostrarse asignando recursos a la formación sobre género y estableciendo programas centrados en el género.

Una de las principales lecciones aprendidas es que las mujeres poseen conocimientos y aptitudes únicos, fundamentales para la gestión y el mantenimiento de los ecosistemas locales. Por ejemplo, las mujeres suelen desempeñar un papel primordial en la gestión de los recursos domésticos, y sus conocimientos ecológicos tradicionales sirven de base a estrategias eficaces de conservación y restauración de hábitats. La capacitación de las mujeres mejora los resultados medioambientales y la capacidad de recuperación de la comunidad.

Cuando se dota a las mujeres de herramientas, formación y oportunidades de liderazgo, se convierten en agentes esenciales del cambio, impulsando transformaciones medioambientales y sociales positivas. Este empoderamiento suele traducirse en una mejora de la salud, la educación y las condiciones económicas.

Involucrar a las mujeres en la conservación pone de relieve su potencial para mediar y reducir los conflictos entre los seres humanos y la vida silvestre, lo que permite la coexistencia entre las comunidades y los jaguares, crucial para el éxito de la conservación a largo plazo. Integrar las consideraciones de género en las estrategias de conservación crea una comunidad de práctica que abarca diversas perspectivas. Este enfoque fomenta la apropiación y la agencia dentro de las comunidades, mejorando la eficacia y la longevidad de los esfuerzos de conservación y motivando tanto a las mujeres como a los hombres para proteger y mantener sus recursos naturales.

Planificación colaborativa de la gestión del territorio

La iniciativa de planificación colaborativa de la gestión del territorio crea planes integrales para conservar los hábitats del jaguar teniendo en cuenta al mismo tiempo los medios de subsistencia de las comunidades locales. Hace hincapié en los procesos participativos que implican activamente a todas las partes interesadas: miembros de las comunidades locales, organismos gubernamentales, ONG y expertos en conservación de la vida salvaje. Los talleres interactivos animan a los participantes a compartir sus puntos de vista sobre el uso de la tierra, las prioridades de conservación y la gestión de los recursos. Estos talleres sirven tanto como plataformas para recoger aportaciones como para promover la concienciación sobre el papel fundamental de la conservación del jaguar dentro del ecosistema en general.

Un componente clave es la inclusión de evaluaciones de biodiversidad para evaluar sistemáticamente la salud del ecosistema, centrándose en las poblaciones de jaguares y sus hábitats. Los factores socioeconómicos -como las prácticas agrícolas, las dependencias económicas locales y los valores culturales- también se tienen en cuenta para garantizar que los planes sean sostenibles tanto desde el punto de vista ecológico como social. Para garantizar la eficacia y longevidad de estas estrategias se crea un comité de múltiples partes interesadas. Este comité fomenta el diálogo permanente y proporciona mecanismos para adaptar los planes a medida que evolucionan las condiciones medioambientales y sociales. Este enfoque participativo y adaptativo garantiza una coexistencia armoniosa entre los hábitats del jaguar y las actividades económicas sostenibles, y es transferible a otras regiones que se enfrentan a retos similares en materia de ordenación del territorio.

El éxito de la facilitación depende de varios factores. En primer lugar, es esencial contar con moderadores cualificados que guíen los talleres de las partes interesadas, garanticen una participación equitativa y sinteticen los diversos puntos de vista en estrategias viables. El acceso a datos precisos y exhaustivos sobre el uso actual de la tierra también es crucial para respaldar una toma de decisiones informada e identificar áreas para la acción de conservación.

Los marcos jurídicos que respaldan los derechos comunitarios sobre la tierra son fundamentales para capacitar a las partes interesadas locales para que participen de forma significativa en la planificación. Estos marcos legitiman las reivindicaciones comunitarias y permiten su participación activa en las iniciativas de conservación. Los mediadores neutrales pueden ser decisivos para resolver conflictos y fomentar entornos de colaboración, especialmente cuando se cruzan intereses agrícolas y de conservación. Juntos, estos factores generan confianza, fomentan la transparencia y forjan alianzas sólidas entre comunidades, gobiernos y organizaciones conservacionistas, elementos esenciales para la gestión sostenible de los hábitats del jaguar.

Las partes interesadas de diversos orígenes aportan valiosos conocimientos sobre las condiciones ecológicas locales, los valores culturales y las prácticas de uso de la tierra, lo que conduce a estrategias de gestión más sólidas y adaptables. Esta inclusión fortalece las relaciones entre las comunidades y las estructuras de gobernanza, fomentando una mayor aceptación y apropiación de las iniciativas de conservación.

Una lección clave es que los planes de gestión del territorio deben ser dinámicos y no estáticos. Revisar y adaptar periódicamente estos planes en respuesta a los cambios ecológicos -como los cambios en las poblaciones de jaguares, el uso del suelo o el clima- es esencial para garantizar su pertinencia y eficacia. La flexibilidad permite responder a tiempo a los nuevos retos y mejorar los resultados de la conservación.

Por último, hemos aprendido que el establecimiento de relaciones sólidas y basadas en la confianza entre las partes interesadas fomenta el compromiso colectivo con la conservación de los recursos naturales. Esto garantiza que la conservación del jaguar siga siendo una prioridad central en la planificación de la gestión del territorio y proporciona un modelo que puede reproducirse en otros paisajes que se enfrentan a presiones similares de conservación y desarrollo.

Desarrollo del ecoturismo

La iniciativa de desarrollo del ecoturismo se centra en la creación de oportunidades sostenibles centradas en la conservación del jaguar, al tiempo que muestra la rica biodiversidad del Cerrado. Esta iniciativa incluye el establecimiento de albergues ecológicos y visitas guiadas diseñadas para destacar los hábitats del jaguar y otros animales salvajes, como especies de aves y mamíferos medianos y grandes. La observación responsable de la fauna salvaje se orquesta cuidadosamente para minimizar el impacto humano y maximizar las posibilidades de observar a estos escurridizos grandes felinos en su entorno natural.

Los talleres educativos hacen hincapié en el papel ecológico de los jaguares y en la importancia de mantener el equilibrio del ecosistema. Las experiencias de aprendizaje interactivo abarcan los métodos de rastreo, la conservación del hábitat y la importancia de los depredadores ápice. Además, los intercambios culturales conectan a los turistas con las comunidades rurales locales, dando a conocer las prácticas tradicionales y fomentando el aprecio por el patrimonio natural de la región.

Para aumentar la visibilidad en el mercado mundial del ecoturismo, las estrategias de marketing promueven los atractivos culturales y naturales únicos del Cerrado. Campañas específicas animan a los viajeros con conciencia ecológica, tanto nacionales como internacionales, a practicar un turismo responsable que genera ingresos para las comunidades locales al tiempo que apoya directamente la conservación. Este modelo es transferible a otras regiones que busquen alinear el desarrollo económico con la protección de la biodiversidad.

Un ecoturismo eficaz depende de múltiples factores que mejoren las infraestructuras y la capacidad de las comunidades. Las inversiones clave incluyen alojamientos sostenibles, centros educativos accesibles y senderos bien mantenidos que creen un entorno atractivo para los ecoturistas. Los programas de formación complementarios desarrollan las aptitudes hosteleras de los miembros de la comunidad local, garantizando que estén bien equipados para prestar servicios excepcionales y compartir conocimientos sobre el medio ambiente y la cultura.

Las asociaciones con ONG medioambientales son vitales para alinear las prácticas turísticas con los objetivos de conservación, ya que ofrecen experiencia en turismo sostenible y vigilancia ecológica. La asistencia en marketing es esencial para dar a conocer las atracciones y promover la importancia ecológica del Cerrado, especialmente en lo que respecta a la conservación del jaguar, atrayendo a visitantes comprometidos con el apoyo a estos esfuerzos.

Las iniciativas de ecoturismo dirigidas por la comunidad han demostrado su eficacia para fomentar medios de vida sostenibles al tiempo que refuerzan los esfuerzos de conservación. Una idea clave es que el ecoturismo de éxito proporciona fuentes de ingresos alternativas, reduciendo significativamente los incentivos para la caza furtiva al ofrecer independencia financiera a las comunidades locales. A medida que los residentes se benefician económicamente, disminuye la motivación para participar en actividades ilegales, lo que contribuye a la protección del jaguar y a la conservación del ecosistema en general.

La capacitación de las comunidades locales mediante la participación activa fomenta el orgullo por su patrimonio cultural y su entorno natural. Involucrar a los residentes como partes interesadas en la conservación refuerza su compromiso con la preservación de los recursos naturales y promueve la gestión compartida del medio ambiente. Este compromiso cultiva una conexión duradera entre las comunidades y su entorno, garantizando que los esfuerzos de conservación sigan siendo sostenibles, culturalmente relevantes y aceptados por las generaciones futuras.

Vigilancia de la fauna silvestre mejorada tecnológicamente

Este elemento básico pone de relieve el papel transformador de la tecnología en la vigilancia de las poblaciones y hábitats de fauna silvestre, en particular de los jaguares. Como depredadores ápice, los jaguares son indicadores clave de la salud de los ecosistemas; comprender sus movimientos y el uso de su hábitat es vital para una conservación eficaz. Utilizando herramientas como cámaras trampa, drones y teledetección, recopilamos datos de alta resolución sobre el comportamiento de los jaguares y los cambios en su hábitat. Las cámaras trampa colocadas estratégicamente proporcionan información en tiempo real sobre los movimientos, la reproducción y los conflictos, lo que permite una gestión adaptativa y respuestas rápidas.

Combinadas con imágenes por satélite, estas tecnologías ofrecen una visión holística de las condiciones del hábitat, rastreando los cambios en el uso del suelo, la cubierta vegetal y amenazas como la caza furtiva. Los datos se transmiten a través de redes móviles y por satélite a una plataforma centralizada, lo que permite realizar análisis oportunos y coordinar las medidas de conservación. El programa incorpora la ciencia ciudadana mediante la formación de los miembros de la comunidad local en la recogida de datos y la elaboración de informes, fomentando la propiedad y mejorando la capacidad local. Los residuos electrónicos generados por los equipos se gestionan de forma responsable mediante un reciclaje certificado. Este enfoque participativo e impulsado por la tecnología refuerza los resultados de conservación y la sostenibilidad a largo plazo.

El acceso a una tecnología fiable y a una financiación sostenible para equipos como cámaras trampa, drones y ordenadores portátiles es esencial. El apoyo financiero puede proceder de subvenciones públicas, ONG y asociaciones del sector privado. La colaboración con instituciones académicas y empresas tecnológicas es fundamental para impartir formación sobre recopilación de datos, análisis y manejo de herramientas. La participación de las universidades locales fomenta las oportunidades de investigación y refuerza la base de conocimientos sobre la conservación del jaguar.

Las asociaciones sólidas con las autoridades responsables de la vida salvaje garantizan que los datos sirvan de base para las estrategias de gestión locales, mientras que los protocolos claros para compartir datos salvaguardan el uso ético. La gestión responsable de los residuos electrónicos, a través de programas de reciclaje, también es esencial para la integridad medioambiental. En conjunto, estos factores favorecen la creación de un sistema sólido para la vigilancia de la vida silvestre eficaz y reforzado por la tecnología.

El fomento de la gestión local a través del seguimiento participativo mejora la precisión de los datos y fomenta la responsabilidad de la comunidad en la conservación. El compromiso directo genera confianza entre los profesionales y las comunidades, fomentando la transparencia y el apoyo a largo plazo a los esfuerzos de conservación. La formación en el uso de la tecnología no sólo desarrolla valiosas habilidades, sino que también crea oportunidades de empleo en la protección de la vida salvaje, la educación ambiental y el ecoturismo.

Hemos aprendido que combinar la tecnología avanzada con la participación de la comunidad es un enfoque prometedor para la conservación: tiende un puente entre la recopilación de datos científicos y los conocimientos locales, lo que permite tomar decisiones oportunas e informadas que mitigan los conflictos entre el hombre y la fauna y favorecen la conectividad de los hábitats. Garantizar una financiación sostenible, una gestión responsable de los residuos electrónicos y un desarrollo continuo de las capacidades es esencial para mantener la eficacia de los programas a lo largo del tiempo.

Formación comunitaria en conservación

Este componente básico hace hincapié en el desarrollo y la aplicación de programas de formación integrales adaptados a las comunidades locales, centrados en estrategias de conservación de la vida silvestre, preservación del hábitat y técnicas eficaces de mitigación de conflictos esenciales tanto para la salud de la comunidad como para la salud ecológica. El programa incluye múltiples módulos sobre aspectos clave de la conservación, como el comportamiento del jaguar, el papel ecológico de los depredadores ápice y la identificación de hábitats y corredores que facilitan el movimiento seguro de la fauna silvestre.

Los participantes también reciben formación práctica sobre prácticas agrícolas sostenibles que minimizan la invasión del hábitat y la depredación del ganado. Por ejemplo, la integración de técnicas agroforestales ayuda a crear zonas tampón plantando árboles de sombra junto a cultivos comerciales, fomentando así la biodiversidad y ofreciendo medios de vida alternativos a los agricultores locales. El programa también aborda técnicas no letales de resolución de conflictos, como el empleo de animales guardianes y la instalación de vallas protectoras, al tiempo que pone en marcha campañas de concienciación comunitaria que promueven la coexistencia.

Este modelo de formación es transferible a otras regiones que se enfrentan a conflictos similares entre el hombre y la vida salvaje, ofreciendo un enfoque escalable para la conservación basada en la comunidad y la resiliencia ecológica a largo plazo.

Para aplicar con éxito estos programas de formación es necesario un enfoque colaborativo, que incluya asociaciones con entidades locales especializadas en educación para la conservación, organismos gubernamentales para iniciativas de capacitación e instituciones de investigación que apoyen los esfuerzos de seguimiento y validen los datos generados por la comunidad. Estas colaboraciones facilitan el intercambio de recursos y conocimientos, creando una sólida red de apoyo que permite a las comunidades locales traducir la formación en acción.

El acceso a materiales educativos adaptados, como manuales sobre ecosistemas locales, comportamiento de la fauna y estudios de casos comunitarios, desempeña un papel fundamental en el fomento de una población informada y dispuesta a pasar a la acción. También es crucial integrar los conocimientos ecológicos tradicionales con las prácticas de conservación contemporáneas. Involucrar a los ancianos y líderes tradicionales locales garantiza que la formación resuene con los valores de la comunidad, mejorando la aceptación cultural y la apropiación entre los participantes, transformándolos en defensores de las prácticas sostenibles y la protección de la vida salvaje.

La experiencia adquirida a través de estas iniciativas de formación demuestra claramente que los programas que integran prácticas culturales locales y conocimientos ecológicos tradicionales en sus marcos de trabajo consiguen una implicación y un compromiso significativamente mayores de la comunidad con los objetivos de conservación. Por ejemplo, la narración del folclore local relacionado con los jaguares fomenta un vínculo personal entre los miembros de la comunidad y la especie, inculcando un sentido de responsabilidad para su protección.

Además, impartir formación específica sobre cuestiones de género es fundamental para capacitar a las mujeres para que asuman funciones de liderazgo en los esfuerzos de conservación. Al implicar activamente a las mujeres, estos programas refuerzan la aceptación por parte de la comunidad de las prácticas de gestión de la fauna salvaje y dan lugar a procesos de toma de decisiones más integradores.

Hemos aprendido que la formación comunitaria en materia de conservación sirve de vía para construir comunidades resistentes que prioricen y protejan su patrimonio natural al tiempo que fomentan medios de vida sostenibles. El compromiso sostenido y el refuerzo periódico de estos programas de formación son esenciales para mantener la motivación, actualizar las habilidades y garantizar el éxito de la conservación a largo plazo.

En esta imagen se puede ver a un jaguar monitorizado moviéndose en una de nuestras zonas de estudio.
Formación comunitaria en conservación
Vigilancia de la fauna silvestre mejorada tecnológicamente
Desarrollo del ecoturismo
Planificación colaborativa de la gestión del territorio
Integración de la perspectiva de género en la conservación
En esta imagen se puede ver a un jaguar monitorizado moviéndose en una de nuestras zonas de estudio.
Formación comunitaria en conservación
Vigilancia de la fauna silvestre mejorada tecnológicamente
Desarrollo del ecoturismo
Planificación colaborativa de la gestión del territorio
Integración de la perspectiva de género en la conservación