Modelo escalable para el cultivo sostenible del café en Panamá
En las tierras altas del oeste de Panamá, los pequeños caficultores se enfrentan a la creciente presión de las plagas, las enfermedades de las plantas y el cambio climático. La fuerte dependencia de los pesticidas químicos ha dañado la biodiversidad, degradado los suelos y amenazado a los polinizadores. Esta solución muestra cómo los hongos endófitos, microorganismos que viven de forma natural en el interior de las plantas, pueden servir como un eficaz control biológico de plagas adaptado a las condiciones locales. Se identificaron cepas de hongos y se transformaron en formulaciones de bajo coste que se probaron en fincas de café, donde redujeron significativamente la necesidad de insumos químicos. La iniciativa reúne a científicos, instituciones gubernamentales y comunidades locales, con especial atención a la formación y capacitación de las mujeres agricultoras. Al abordar la pérdida de biodiversidad, la degradación del suelo y las lagunas en la capacidad técnica, el proyecto refuerza los medios de vida sostenibles y la resiliencia climática. Los agricultores se benefician de mayores rendimientos, menores costes y ecosistemas más sanos, creando un modelo escalable para la producción sostenible de café en Panamá y más allá.
Contexto
Défis à relever
- Pérdida de biodiversidad
- Degradación de tierras y bosques
- Falta de oportunidades de ingresos alternativos
- Falta de seguridad alimentaria
- Falta de capacidad técnica
- Control y aplicación deficientes
Ubicación
Procesar
Resumen del proceso
Los componentes básicos interactúan como una vía continua que lleva la innovación del laboratorio al cafetal. La investigación científica inicia el proceso descubriendo hongos autóctonos y desarrollando fórmulas microbianas adaptadas a las condiciones agrícolas de Panamá. Estos descubrimientos adquieren sentido práctico cuando se prueban en parcelas de demostración, donde los agricultores pueden ver cómo los tratamientos reducen las plagas, mejoran la salud de las plantas y disminuyen la necesidad de pesticidas químicos. Los resultados obtenidos sobre el terreno ayudan a los investigadores a perfeccionar las fórmulas para que respondan a los retos reales a los que se enfrentan los productores.
Las actividades de capacitación garantizan que los agricultores entiendan cómo aplicar los nuevos métodos e integrarlos en sus prácticas cotidianas. Las mujeres se convierten en las principales poseedoras de conocimientos, comparten lo que aprenden y refuerzan la adopción en sus comunidades. Las asociaciones multisectoriales conectan cada etapa, reuniendo a organismos gubernamentales, instituciones de investigación, productores locales y organizaciones internacionales. A través de este esfuerzo coordinado, los avances científicos, la experiencia de la comunidad y el apoyo político se unen para crear un modelo práctico y escalable para la producción sostenible de café en Panamá.
Bloques de construcción
Agricultura sostenible impulsada por la ciencia
El proyecto se basa en investigaciones científicas que exploran la biodiversidad microbiana autóctona de Panamá. Las fórmulas microbianas del proyecto se desarrollaron con un plan para optimizar y volver a probar la fórmula más eficaz para una adopción más amplia. En INDICASAT, los investigadores identificaron más de 3.500 cepas de hongos endofíticos y aislaron ocho compuestos bioactivos con propiedades antifúngicas. Estos hallazgos se desarrollaron en cinco formulaciones microbianas diseñadas para la gestión de plagas en los cultivos de café. Las cepas se conservan en el biobanco microbiano nacional de Panamá, lo que garantiza el acceso a largo plazo a este valioso recurso. El equipo científico, incluida la galardonada microbióloga Librada Atencio, ayudó a avanzar en la investigación, que no sólo apoyó la agricultura sostenible, sino que también reveló dos compuestos adicionales con potencial farmacéutico. Esta base científica permitió al proyecto crear soluciones prácticas, basadas en la naturaleza y adaptadas a las condiciones agrícolas locales, en las que, por ejemplo, la secuenciación genómica y el análisis metagenómico ayudaron a identificar agentes bioactivos eficaces para el control de plagas. Estas soluciones de laboratorio se tradujeron después en productos prácticos y adaptados a los agricultores mediante escuelas de campo y parcelas de demostración.
Factores facilitadores
- La sólida capacidad científica nacional del INDICASAT y el IDIAP hizo posible aislar, secuenciar y analizar las cepas fúngicas.
- La existencia del biobanco microbiano de Panamá garantizó la conservación y el acceso a largo plazo a las cepas nativas.
- El apoyo del Fondo para la Aplicación del Protocolo de Nagoya permitió llevar a cabo la investigación centrándose en el acceso equitativo y la participación en los beneficios.
Lección aprendida
- El trabajo de laboratorio de alta calidad debe estar estrechamente vinculado a las necesidades reales de la agricultura para garantizar la aplicabilidad local.
- La investigación científica puede generar beneficios adicionales inesperados, como el descubrimiento de hongos con potencial farmacéutico.
- Reconocer las contribuciones de las científicas refuerza la visibilidad y el impacto de los equipos nacionales de investigación.
Pruebas de campo y parcelas de demostración
Tras su desarrollo en laboratorio, las formulaciones microbianas se probaron en fincas de café de Boquete, Tierras Altas y Renacimiento. Estas parcelas de demostración permitieron a los agricultores observar cómo funcionaban los tratamientos biológicos en condiciones reales. Productores como Lourdes Yangüés observaron mejoras en la productividad de las explotaciones, un menor uso de productos químicos y ecosistemas más sanos tras aplicar las nuevas formulaciones. Las pruebas sobre el terreno confirmaron que las soluciones microbianas locales podían hacer frente con eficacia a las presiones de las plagas, reduciendo al mismo tiempo la dependencia de los productos agroquímicos sintéticos. Estas pruebas prácticas generaron confianza entre los agricultores y fomentaron una mayor adopción de prácticas sostenibles.
Factores facilitadores
- Las fincas cafetaleras de Boquete, Tierras Altas y Renacimiento proporcionaron entornos diversos y reales para probar formulaciones microbianas.
- La disposición de los agricultores a experimentar, motivada por los elevados costes de los pesticidas y la preocupación por el medio ambiente, hizo posible el éxito de los ensayos.
- La colaboración entre investigadores y productores garantizó una aplicación y un seguimiento correctos.
Lección aprendida
- Las parcelas de demostración generan confianza y los agricultores adoptan más rápidamente las innovaciones cuando pueden ver los resultados en las explotaciones vecinas.
- Las soluciones biológicas deben adaptarse a las condiciones locales, y el éxito depende de la continua retroalimentación entre agricultores e investigadores.
- Reducir el uso de plaguicidas químicos puede reducir costes, mejorar el rendimiento y reforzar la salud del ecosistema.
Participación comunitaria y desarrollo de capacidades
La fuerte implicación de la comunidad ha sido esencial para el éxito del proyecto. Se utilizaron escuelas de campo para agricultores, talleres y actividades de demostración para compartir conocimientos y desarrollar la capacidad local, especialmente entre los jóvenes y las agricultoras. La atención prestada a la inclusión de la perspectiva de género llevó a más de 600 mujeres a participar en actividades de liderazgo y formación, mejorando sus conocimientos sobre biodiversidad microbiana, control de plagas basado en la naturaleza y acceso y reparto de beneficios. Agricultores como Carmencita Tedmann han integrado prácticas de conservación como el mantenimiento de la cubierta arbórea y la mejora de la salud del suelo, y ahora comparten estas técnicas con sus comunidades. Este amplio compromiso garantiza que los productores locales comprendan, valoren y apliquen los nuevos métodos.
Factores facilitadores
- Las escuelas de campo para agricultores crearon espacios accesibles para compartir conocimientos y practicar nuevas técnicas.
- Se hizo especial hincapié en la inclusión de la perspectiva de género, con la participación de más de 600 mujeres, dotándolas de capacidades técnicas y de liderazgo.
- Los conocimientos tradicionales de las comunidades locales complementaron los hallazgos científicos, haciendo que las soluciones fueran pertinentes desde el punto de vista cultural y práctico.
Lección aprendida
- La participación de las mujeres aumenta significativamente la adopción y difusión de prácticas sostenibles en las comunidades.
- El desarrollo de capacidades debe ser continuo, y los agricultores necesitan apoyo permanente a medida que abandonan los insumos químicos.
- El liderazgo comunitario (agricultores enseñando a agricultores) refuerza la sostenibilidad a largo plazo y la apropiación local.
Asociaciones multisectoriales
La colaboración entre agencias gubernamentales, instituciones de investigación, organizaciones internacionales y comunidades agrícolas ha fortalecido cada etapa de la iniciativa. MiAMBIENTE, el FMAM, el PNUD, INDICASAT y el IDIAP trabajaron juntos para integrar la investigación científica con las aplicaciones prácticas sobre el terreno. El proyecto se convirtió en el primero de Panamá en recibir apoyo del Fondo de Implementación del Protocolo de Nagoya, reforzando la capacidad nacional para gestionar los recursos genéticos de forma justa y sostenible. La asociación también facilitó los debates entre los investigadores y la industria sobre el potencial farmacéutico de los nuevos compuestos identificados. Estos esfuerzos coordinados garantizaron que los hallazgos científicos se tradujeran en beneficios reales para los agricultores, los ecosistemas y las comunidades locales.
Factores facilitadores
- La colaboración entre MiAMBIENTE, el FMAM, el PNUD, INDICASAT y el IDIAP garantizó recursos, conocimientos científicos y apoyo político.
- La financiación del Fondo de Implementación del Protocolo de Nagoya reforzó la capacidad nacional de APB y proporcionó un marco único para el uso justo de los recursos microbianos.
- La colaboración con agentes del sector privado abrió vías para una posible participación en los beneficios derivados de los descubrimientos farmacéuticos.
Lección aprendida
- Las asociaciones multisectoriales aceleran la innovación al vincular la investigación, la política y las necesidades de la comunidad.
- Una alineación clara con los marcos internacionales, como el Protocolo de Nagoya, aumenta la credibilidad y la sostenibilidad a largo plazo.
- Las asociaciones pueden generar beneficios que van más allá de la agricultura, como nuevas oportunidades en biotecnología y productos farmacéuticos.
Impactos
Impacto medioambiental: El enfoque de gestión biológica de plagas reduce el uso de pesticidas químicos, promueve la conservación de la biodiversidad y fomenta prácticas agrícolas sostenibles. Cualquier reducción de productos químicos podría ayudar a proteger el agua, el suelo y los polinizadores como las abejas.
Impacto económico: Los caficultores reducen los costes de los insumos utilizando métodos de gestión de plagas adaptados al lugar y de bajo coste. Esto aumenta su resistencia frente a plagas y enfermedades, mejorando el rendimiento de los cultivos y la rentabilidad de las explotaciones.
Impacto social: Al proporcionar funciones de liderazgo a las mujeres y empoderar a los jóvenes, el proyecto refuerza la cohesión social y apoya la igualdad de género en la agricultura.
Impacto científico: El proyecto contribuye al conocimiento científico global sobre el uso de compuestos bioactivos para la gestión de plagas en la agricultura.
Al abordar estas cuestiones, el proyecto contribuye a la producción sostenible de café al tiempo que restablece el equilibrio en los agroecosistemas. Como señaló un agricultor
"Antes dependíamos de los productos químicos. Ahora estamos viendo la fuerza de lo que pueden hacer nuestra tierra y nuestros microorganismos."
Beneficiarios
- Mujeres agricultoras y productoras
- Propietarios y trabajadores de cafetales
- Instituciones locales de investigación
- Agencias gubernamentales (MiAMBIENTE, Ministerio de Agricultura)
- ONG y organizaciones comunitarias
Marco Global para la Biodiversidad (GBF)
Objetivos de Desarrollo Sostenible
Historia
Panamá está experimentando graves efectos del cambio climático, y las regiones montañosas de Chiriquí se encuentran entre las más afectadas. Los productores locales de café se enfrentan a un tiempo impredecible que amenaza sus cosechas y su agricultura tradicional.
Como dice un agricultor: "El clima se ha vuelto impredecible últimamente, debemos aprender nuevas técnicas de conservación, como limitar la deforestación, plantar árboles, reciclar y proteger estas zonas." Agricultores como Carmencita Tedmann, de Boquete, conservan la cubierta arbórea, plantan árboles de sombra y mejoran la gestión del suelo para proteger sus explotaciones.
Además de los retos climáticos, las plagas y enfermedades empeoran debido a la deforestación y el calentamiento, lo que lleva a un uso creciente de pesticidas químicos. Aunque son eficaces a corto plazo, estos productos químicos dañan el medio ambiente, contaminan el agua y matan a los polinizadores.
Un investigador de INDICASAT explica: "Es lamentable que los agricultores tengan que utilizar productos químicos muy fuertes que dañan el medio ambiente, contaminan las fuentes de agua y destruyen polinizadores como las abejas".Agricultores como Lourdes Yangüés, de Renacimiento, han visto el impacto de los pesticidas y se han pasado a la gestión biológica de plagas, mejorando el rendimiento y la sostenibilidad al tiempo que reducen costes.
El Ministerio de Medio Ambiente de Panamá, el Fondo para el Medio Ambiente Mundial y el PNUD se asociaron con INDICASAT para explorar los microbios autóctonos en la agricultura. Combinando la ciencia con los conocimientos tradicionales, el proyecto ofrece soluciones naturales que reducen la dependencia de los productos químicos y mejoran la salud del suelo y las plantas.
Esta iniciativa, la primera en recibir financiación del Fondo de Aplicación del Protocolo de Nagoya, fomenta el uso sostenible de los ricos recursos genéticos de Panamá y refuerza la capacidad del país para garantizar una participación justa y equitativa en los beneficios derivados de su uso.
Librada Atencio, participó en un programa nacional de reinserción de becarios en instituciones de investigación que le allanó el camino para convertirse en investigadora permanente. Ganó el premio "Mujeres en Innovación" por su trabajo en microbiología y biotecnología, incluidas sus contribuciones a esta iniciativa.
El proyecto también dio lugar al descubrimiento de dos compuestos con potencial farmacéutico, lo que abrió las puertas a la colaboración entre científicos e industria y reportó beneficios a las comunidades locales.
En conjunto, estas historias demuestran cómo la colaboración entre agricultores, científicos y responsables políticos está transformando el cultivo del café en Panamá, aumentando la resiliencia, salvaguardando la biodiversidad y creando un futuro sostenible para las generaciones venideras. Como dice un agricultor: "Estamos aprendiendo a trabajar con la naturaleza, no contra ella, para proteger nuestro medio de vida".