Protección de las playas de anidamiento para evitar la extinción de las tortugas verdes del atolón de Aldabra

Solución completa
Atolón de Aldabra, Seychelles
Foto Natura

La explotación histórica de las tortugas verdes(Chelonia mydas) en el atolón de Aldabra (Seychelles) provocó una drástica disminución del número de tortugas nidificantes, observándose las cifras más bajas a finales de la década de 1960. En 1968 se implantaron normas de protección de las tortugas en todas las Seychelles. El atolón de Aldabra fue designado reserva especial en 1981, gestionada por la Fundación de las Islas Seychelles, y en 1982 pasó a formar parte del Patrimonio Mundial de la UNESCO. Las tortugas de Aldabra están bien protegidas, tanto en la ley como en la práctica, y las playas de anidamiento están estrictamente protegidas de la caza furtiva, el desarrollo y la contaminación. La protección ha ido acompañada de un seguimiento constante de la aparición de tortugas. El éxito de los esfuerzos de conservación ha incrementado la población de tortugas en un 500-800% en un periodo de 40 años, con unas 3100-5225 hembras anidando anualmente. El atolón de Aldabra alberga ahora una de las mayores colonias de anidamiento de tortugas verdes del Océano Índico occidental.

Última actualización: 05 Oct 2020
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Contexto
Défis à relever
Pérdida de la biodiversidad
Especies invasoras
Cacería furtiva

La tortuga verde ha sido históricamente explotada por su carne y sus huevos en el atolón de Aldabra. A finales del siglo XIX se construyó un pequeño asentamiento para su explotación comercial. Un registro de 1926 afirma que se capturaron 1.200 tortugas, en su mayoría hembras nidificantes. La captura de tortugas disminuyó, reduciéndose a unos cientos de tortugas anuales a finales de la década de 1960. Tras la implantación de la protección y la normativa, Aldabra pasó de ser un lugar de captura a una zona de protección, conservación y recuperación, y las tortugas verdes dejaron de considerarse una mera fuente de alimento. Desde principios de los 70, Aldabra funciona estrictamente como base de investigación ocupada por no más de 20 habitantes. El hábitat de nidificación de la tortuga verde también está amenazado por el desarrollo y la destrucción humanos y la introducción de depredadores no autóctonos en todo el mundo. El establecimiento de zonas protegidas donde el hábitat de anidación de las tortugas no se vea perturbado, donde las tortugas adultas estén a salvo y donde las crías no se vean afectadas por causas humanas aborda estos retos.

Escala de aplicación
Local
Nacional
Ecosistemas
Playa
Tema
Fragmentación del hábitat y degradación
Caza furtiva y delitos ambientales
Gobernanza de las áreas protegidas y conservadas
Islas
Manejo espacial de la zona marino-costera
Ciencia y investigación
Cultura
Patrimonio mundial
Ubicación
Seychelles
África Oriente y África del Sur
Procesar
Resumen del proceso

La protección de las tortugas verdes en Aldabra se inició mediante la proclamación del atolón de Aldabra como reserva especial (bloque 1). A continuación, la autoridad de gestión hizo cumplir y aplicó esta protección legal mediante la presencia y patrullas regulares en las playas de anidamiento del atolón (bloque 2). Paralelamente, se ha llevado a cabo un seguimiento constante de la aparición de tortugas en las playas, lo que permite evaluar la eficacia de la protección (bloque 3).

Bloques de construcción
Proclamación de zona marina protegida de veda

Reconociendo el valor de los ecosistemas terrestres y marinos del atolón de Aldabra, el gobierno de las Seychelles lo declaró reserva especial en 1981. Más tarde, debido a sus excepcionales valores universales, Aldabra fue proclamado Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO en 1982. Esto supuso la no extracción de los recursos, la no destrucción del hábitat y la protección legal de la zona marina protegida. Este marco legislativo y jurídico proporciona la base y el apoyo para la protección de Aldabra y su biodiversidad. Desde entonces, el hábitat de anidación de las tortugas verdes ha estado, por tanto, protegido del desarrollo y la destrucción, y las tortugas verdes de Aldabra, en tierra y en el mar, han estado protegidas contra la caza furtiva. En 2018, la zona marina protegida en torno a Aldabra se ha ampliado y abarca ahora todo el grupo de Aldabra, incluidos Cosmoledo, Astove y Asunción. Esto supone un aumento de 74.400 kilómetros cuadrados de las aguas de esta zona, lo que refuerza aún más la protección legal del hábitat de anidación en las islas exteriores de Seychelles.

Factores facilitadores

Para designar una zona protegida son necesarias pruebas científicas del valor de conservación de un lugar. A principios de la década de 1970, científicos de la Royal Society de Londres llevaron a cabo evaluaciones ecológicas. En 1979 se creó la SIF como autoridad de gestión de Aldabra. Posteriormente, el gobierno de Seychelles declaró Aldabra reserva especial en 1981.

Lección aprendida

Tras la recopilación de abundantes pruebas científicas sobre su valor ecológico y con un organismo de gestión plenamente operativo, Aldabra consiguió que la UNESCO la designara patrimonio de la humanidad. Las evaluaciones ecológicas iniciales constituyen ahora valiosas bases de referencia que permiten la continuidad de la vigilancia ecológica del atolón de Aldabra.

Cumplimiento de la protección de un área marina protegida remota

El atolón de Aldabra está protegido legalmente y en la práctica desde hace casi 40 años. A través de la estación de investigación de Aldabra, la Fundación de las Islas Seychelles ha estado activamente presente en el lugar. Además, se realizan patrullas mensuales en la mayoría de las playas de Aldabra, y otras actividades de investigación llevan al personal a diversas partes del atolón semanalmente. Como resultado, hay una fuerte presencia en todo el atolón. Al ser un lugar tan remoto, esta presencia activa y continua en Aldabra disuade a los cazadores furtivos de tortugas del atolón y también permite detener a los cazadores furtivos si son sorprendidos en el acto ilegal.

Factores facilitadores

Las operaciones en Aldabra se financian con las entradas de los visitantes a Vallée de Mai, el segundo sitio del Patrimonio Mundial de Seychelles también gestionado por la SIF. Se necesitan embarcaciones y combustible para acceder a la mayoría de las playas y realizar patrullas. Para llegar a las playas más alejadas de la estación de investigación, es esencial disponer de personal cualificado con formación en patrón y experiencia en navegación en Aldabra.

Lección aprendida

Para que las operaciones tengan éxito y por motivos de seguridad, la formación y la transferencia de conocimientos es un componente esencial cuando se trabaja en una zona marina remota. Un conocimiento profundo de las condiciones medioambientales, como las mareas y las corrientes, y de los elementos geomorfológicos, como las líneas costeras y la ubicación de los islotes, es vital para llevar a cabo movimientos en Aldabra. A todo el personal nuevo que trabaja en Aldabra, el personal más experimentado le transmite las técnicas y conocimientos necesarios antes de visitar lugares lejanos y realizar patrullas. Además, el personal debe conocer el marco jurídico de la protección del atolón para saber cómo interceptar a los cazadores furtivos.

Seguimiento a largo plazo para evaluar la eficacia de la protección

En la estación de investigación de Aldabra, la Fundación de las Islas Seychelles lleva a cabo programas de seguimiento a largo plazo de especies y hábitats. Los resultados de estos programas se utilizan para asesorar y evaluar la eficacia de las estrategias de conservación y gestión. Creado por Jeanne Mortimer, desde 1980 se lleva a cabo un programa de seguimiento del rastro de tortugas en las 52 playas de anidamiento del borde exterior de Aldabra. Cada mañana, los guardas registran el número y el tipo de tortugas que aparecen durante la noche en una playa de anidamiento determinada, mientras que otras playas se visitan con menos frecuencia debido a su ubicación. En Aldabra no se llevan a cabo intervenciones activas de gestión para las tortugas. El análisis de los datos de 1968 a 2008 concluyó un aumento del 500-800% en la población de tortugas verdes hasta una estimación de 3100-5225 hembras anidando anualmente (Mortimer et al. 2011) y la población ha seguido aumentando. Esto demuestra que el establecimiento de zonas protegidas donde el hábitat de anidación de las tortugas no se vea perturbado y las tortugas adultas estén a salvo es una herramienta extremadamente eficaz para la conservación de determinadas especies y debería ser un enfoque de gestión primordial. Esto no sólo incluye la playa de anidamiento, sino también el arrecife periférico donde las hembras pueden permanecer durante sus intentos consecutivos de anidamiento.

Factores facilitadores

Para poder aplicar programas de seguimiento a largo plazo, es necesario disponer de metodologías de seguimiento normalizadas. Todo el personal nuevo de Aldabra recibe formación para mantener el estándar y los procedimientos correctos de recogida de datos. Para conservar la memoria institucional, se lleva a cabo un periodo de traspaso en el que el personal experimentado y los recién contratados se sienten seguros de los conocimientos necesarios para llevar a cabo el seguimiento en Aldabra.

Lección aprendida

La documentación de las metodologías de seguimiento en protocolos orientativos detallados es necesaria para garantizar que se apliquen los mismos procedimientos de evaluación a lo largo de los años. Esto es especialmente importante en Aldabra, donde la lejanía y el aislamiento provocan una gran rotación de personal. Los protocolos garantizan que toda la información sobre lo que se recoge esté fácilmente disponible para el nuevo personal. Contar con protocolos y objetivos claros también garantiza que los datos puedan aprovecharse al máximo y conserven su valor. Como resultado, en Aldabra, todos los programas de seguimiento están documentados, incluido el seguimiento del recuento de huellas de tortugas, uno de los programas de recogida de datos de mayor duración aplicados en el atolón.

Impactos

La estricta protección del atolón de Aldabra supuso el cese de toda explotación tortuguera y de todas las actividades de caza furtiva de tortugas, que la costa permaneciera sin desarrollar ni contaminar, lo que proporcionaba un hábitat excelente para los nidos, y que la introducción de depredadores invasores haya sido mínima. En última instancia, esto se ha traducido en un aumento de la población de tortugas verdes nidificantes, una especie clasificada como en peligro a nivel mundial en la lista roja de la UICN. El seguimiento constante y estandarizado de la aparición de tortugas durante los últimos 37 años ha permitido a la Fundación de las Islas Seychelles (SIF) documentar el éxito de esta solución. Aldabra representa ahora un modelo exitoso de conservación eficaz de tortugas para las áreas protegidas de la región y la población de tortugas verdes es un orgullo nacional para el atolón. En 2014 Aldabra pasó a formar parte de la Red de Sitios de Tortugas Marinas del Sudeste Asiático del Océano Índico en reconocimiento de la importancia de Aldabra para las tortugas marinas. Además, la destructiva explotación comercial de la década de 1900 se ha sustituido ahora por actividades turísticas respetuosas con el medio ambiente. El avistamiento regular de tortugas marinas en los alrededores del atolón es uno de los aspectos más destacados de una visita a Aldabra, lo que impulsa el turismo y, a su vez, aumenta los ingresos para la gestión de la zona protegida. El SIF está investigando las posibilidades de erradicación de ratas y gatos, y se aplican estrictas medidas de bioseguridad para evitar la llegada de otras especies invasoras.

Beneficiarios

Seychelles, Humanidad - Al ser patrimonio de la humanidad, todos los isleños del Océano Índico, los habitantes de los países de África Oriental, los científicos, los turistas

Objetivos de Desarrollo Sostenible
ODS 14 - Vida submarina
ODS 15 - Vida de ecosistemas terrestres
Historia
Fundación de las Islas Seychelles
Tortuga verde en la playa
Seychelles Islands Foundation

En 2017 empecé a trabajar en el atolón de Aldabra como parte del equipo de investigación. Cuando llegué al atolón, me sorprendió la cantidad de tortugas verdes que nadaban por la costa y la laguna. Como crecí en Mahé, la isla principal de Seychelles, las tortugas verdes son un espectáculo raro y esquivo, y nunca había visto una. Aún se las considera una fuente de alimento cultural y un manjar para ocasiones especiales. En Aldabra, las tortugas verdes adultas y jóvenes son omnipresentes y se las puede ver nadando, descansando y apareándose. Es fácil encontrar tortugas verdes anidando por la noche, sobre todo en la época de mayor anidamiento, de marzo a mayo. Mi primer encuentro con una hembra de tortuga verde nidificante fue durante el recuento diario de huellas de tortuga que se realiza para vigilar la aparición de tortugas y detectar tendencias en la población nidificante. En Aldabra he aprendido a medir, marcar y recopilar información biológica sobre las tortugas verdes. La actitud también es diferente; aquí las tortugas verdes son un emblema del éxito de la conservación y una motivación para seguir protegiéndolas. Aparte del trabajo, puedo observar las especies bajo el agua durante sesiones regulares de snorkel en el arrecife de coral. La experiencia es única y realmente inolvidable.

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Otros colaboradores
Frauke Fleischer-Dogley
Fundación de las Islas Seychelles
Cheryl Sánchez
Fundación de las Islas Seychelles
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