La custodia de los Mijikenda

La protección de los bosques Kaya de la costa de Kenia es un asunto primordial de los Mijikenda, nueve grupos étnicos de habla bantú (Chonyi, Duruma, Digo, Giriama, Jibana, Kambe, Kauma, Rabai y Ribe). Los pueblos mijikenda reconocen sus orígenes en los bosques de Kaya y han establecido sistemas normativos y códigos éticos tradicionales basados en el carácter sagrado de los bosques de Kaya y en la práctica de actuaciones tradicionales espirituales y sagradas como oraciones, juramentos, entierros, amuletos, nombramientos de recién nacidos, iniciaciones, reconciliaciones, coronaciones y otras. El uso de los recursos naturales de los bosques kaya está regulado por los conocimientos y prácticas tradicionales de los mijikeda. Estas prácticas prohíben cualquier explotación activa y comercial de los recursos naturales, y sólo permiten la recolección de troncos muertos y plantas utilizadas con fines espirituales y medicinales. Estas prácticas tradicionales contribuyen a la conservación de la biodiversidad de estos bosques.

La observancia de estos códigos éticos está supervisada por el Consejo de Ancianos (Kambi) y los líderes espirituales del pueblo mijikenda, que se encargan de velar por que no se incumplan los sistemas normativos tradicionales y se respete el bosque.

La supervivencia de los bosques de Kaya depende en gran medida de los medios de subsistencia de los mijikenda y de su sistema tradicional. A medida que los miembros de la comunidad se desplazan hacia las zonas urbanas, la supervivencia de estas prácticas y tradiciones está en manos de los ancianos de los pueblos mijikenda. El proyecto y los programas se han establecido para fomentar el intercambio intergeneracional para la salvaguarda a largo plazo de estas prácticas espirituales y tradicionales, que son beneficiosas para la diversidad biocultural del lugar y la sostenibilidad de los propietarios tradicionales.

La custodia que ejerce el pueblo mijikenda es de gran importancia para la supervivencia de los valores tanto naturales como culturales y espirituales de los bosques sagrados de Kaya. Sin embargo, las comunidades de los Mijikenda se están degradando lentamente: con el aumento de la población de la zona y la necesidad de sostenibilidad local, los miembros de los Mijikenda han abandonado el lugar para vivir en zonas urbanas. Estos problemas se han abordado a través de dos medios clave: el fortalecimiento del marco institucional y de protección a nivel nacional (designación como monumento nacional y creación de la Unidad de Conservación de los Bosques Costeros dentro de los Museos Nacionales de Kenia) y la inscripción de las tradiciones y prácticas de los mijikenda en la lista del Patrimonio Cultural Inmaterial que requiere medidas urgentes de salvaguardia.