El trabajo en el vivero

La producción de material vegetal en el AP para su propio uso facilita el proceso de restauración que se realiza dentro del área, pues no es fácil conseguir estas especies en viveros externos. Teniendo en cuenta dicha necesidad, en 2021 se inauguró el vivero del SFFG, éste cuenta con una capacidad para propagar y albergar más de 80.000 individuos de 23 especies, entre estas, 13 especies de frailejón que incluyen 3 endémicas. 

Las condiciones específicas de propagación, mantenimiento y producción específica de las especies ha sido generada a partir del proceso desarrollado con el equipo del área protegida. El proceso de propagación se inicia con la recolección de las semillas, en el caso de los frailejones, estas se encuentran en el capítulo de las varas florales, luego se tamizan y se seleccionan las mejores. Luego son llevadas al vivero para su germinación. El trabajo en el vivero incluye actividades tales como el riego de las plántulas dos veces al día, deshierbe, llenado de bolsas, trasplante a las bolsas o encapachado, seguimiento, experimentación y por supuesto, el mantenimiento del vivero.

-Personas trabajando tiempo completo en el vivero.

-Experimentación e investigación dirigida a optimizar procesos de germinación y cuidado de plántulas, así como el mantenimiento del vivero.

-Aliados estratégicos para gestión de recursos y capacitación.

-Proceso de germinación mejorados: almacenamiento y selección de semillas y procesos pre germinativos tecnificados.

-Equipo con capacidad técnica y experiencia.

-El trabajo in situ permite la constante observación y experimentación de manera que se logra generar conocimiento acerca de la mejor manera de propagar especies de las cuales no se tiene mayor información.

-Vinculación del conocimiento local y las experiencias aprendidas en la construcción de infraestructura.

- Almacenamiento de semillas y tiempos de recolección adecuados para aumentar la viabilidad.

Restauración colaborativa del ecosistema de páramo

La liberación de áreas dentro del Santuario que se usaban para ganadería, en el marco de la firma de los acuerdos de conservación con los campesinos, para disminuir la presión sobre el Páramo, fue el primer paso en el proceso de recuperación de este importante ecosistema, el cual ofrece servicios ecosistémicos vitales para el territorio como el abastecimiento de recurso hídrico, regulación hídrica, purificación, captura de carbono y la provisión de hábitat, además de ser una zona que se caracteriza por ser un corredor de diversas especies de fauna, riqueza en diversidad de flora y presencia de endemismos.

En ese sentido, esta iniciativa de restauración ayuda a garantizar que las comunidades locales puedan continuar gozando de los beneficios que ofrece y a su vez se obtiene conocimiento sobre la propagación y manejo de especies de alta montaña.

Así, el Santuario le apuesta a la conservación, restauración y manejo sostenible del ecosistema de la mano de aliados estratégicos como las autoridades ambientales regionales, organizaciones no gubernamentales, comunidades locales, entidades públicas y empresa privada.

- Comunidades locales dispuestas a vincularse en las acciones propuestas por el Santuario para la conservación del páramo.

- Capacidad de gestión y sensibilidad frente a los aspectos socioculturales por parte del equipo del Santuario, para lograr establecer canales de diálogo y confianza con los actores institucionales y comunitarios.

- Equipo de trabajo con conocimiento sobre restauración en páramos. 

-Integración de acciones de restauración que ayuden a prevenir y mitigar las presiones por uso.  

- La información de investigación y monitoreo es clave en la implementación de acciones de prevención y mitigación de presiones que impacten ecosistemas estratégicos como los páramos. 

Existencia de un comité de desarrollo local (CLD)

La zona está gestionada por las comunidades que componen el CLD, que organiza asambleas comunitarias como órgano decisorio.

El CLD reúne a representantes de todas las familias propietarias de tierras.

Gestión participativa.

Territorio desarrollado y gestionado por autoridades consuetudinarias

Las comunidades gestionan la tierra de forma tradicional, según un plan de desarrollo bien definido.

Existencia de un plan de gestión y de un sistema tradicional de gestión de recursos

El plan de desarrollo garantiza el uso sostenible de los recursos naturales.

b) Existencia de un plan de desarrollo de la zona y del Comité de Desarrollo Local (CDL)

El terruño está gobernado por miembros de las comunidades locales e indígenas reunidos en el Comité de Desarrollo Local (CDL).

El Comité de Desarrollo Local (CDL) es el órgano en el que se toman todas las decisiones relativas a la gestión de la zona.

La gestión a través del CLD es participativa.

Territorio desarrollado para la gestión planificada y tradicional de los recursos naturales

El terruño se establece para la gestión comunitaria de la tierra, que está sujeta a una planificación racional y coherente.

Gestión tradicional y planificada de los recursos

La planificación de la gestión de los recursos naturales es sostenible y coherente.

Colaboración con la ANAPAC y existencia de una estructura local de gestión del sitio (APACLI)

El yacimiento está gestionado tradicionalmente por las autoridades competentes; agrupadas en el seno del organismo denominado APACLI (Aire del Patrimonio Autóctono y Comunitario Luwe-Itota).

APACLI agrupa a todas las autoridades competentes y a los jefes de familia de los propietarios de tierras.

La creación de APACLI como órgano de gestión permite a todas las familias participar en la gestión del sitio.