Fomento de la gestión comunitaria de la naturaleza: Equilibrio entre los medios de subsistencia de la comunidad y la conservación de la biodiversidad en la KBA de Chimanimani (Zimbabue)

Solución completa
Apiario comunitario en una de las comunidades beneficiarias de Chimanimani
Shingirai Sakarombe

La KBA de las montañas Chimanimani se encuentra en el este de Zimbabue. Es una de las zonas más ricas en biodiversidad del país y alberga numerosas plantas y especies de aves endémicas y amenazadas. Como muchas otras en el sur de África, Chimanimani se enfrenta a crecientes amenazas de deforestación, incendios y ciclones, que ponen en peligro su rica biodiversidad. Un proyecto de colaboración entre BirdLife Zimbabwe (BLZ) y TSURO Trust pretendía abordar algunos de estos retos equilibrando las necesidades de conservación y los medios de subsistencia de la comunidad, fomentando así una conexión entre las personas y la biodiversidad. La iniciativa, dirigida a tres comunidades adyacentes (Chikukwa, Charlsewood-Tilbury y Ngangu), formó a las partes interesadas y a las comunidades en el seguimiento de la biodiversidad, los medios de vida sostenibles y la gestión de agroempresas. También se crearon proyectos de apicultura, se construyeron dos centros de procesamiento de miel y se restauró el paisaje. El proyecto mejoró directamente los medios de subsistencia de más de 120 hogares y reforzó la capacidad de las partes interesadas locales en la gestión de la biodiversidad.

Última actualización: 11 Feb 2025
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Contexto
Défis à relever
Erosión
Pérdida de ecosistemas
Especies invasoras
Falta de oportunidades de ingresos alternativos
Extracción de recursos físicos
Falta de conciencia del público y de los responsables de la toma de decisiones
Falta de capacidad técnica
Deficiente vigilancia y aplicación de la ley
Deficiente gobernanza y participación
Desempleo / pobreza

Las principales amenazas para la biodiversidad de Chimanimani son la deforestación, los incendios, la pérdida y fragmentación de hábitats, las especies de plantas exóticas invasoras y los efectos globales del cambio climático. En 2019, Chimanimani sufrió los efectos catastróficos del ciclón Idai, que perturbó tanto los medios de vida humanos como los ecosistemas. Esta perturbación aumentó la presión sobre el área protegida y las zonas ecológicas dentro de la zona de amortiguamiento. Mientras las comunidades se recuperaban del ciclón, la situación se vio agravada por la pandemia de COVID-19, que intensificó la dependencia de los recursos naturales. La mejora de los medios de subsistencia de los habitantes de los alrededores del área protegida y la implicación de estas comunidades en la supervisión del lugar y la restauración del hábitat se identificaron como prioridades clave para mejorar la conservación de la KBA de las montañas Chimanimani. Así pues, el proyecto dio prioridad a la mejora de los medios de subsistencia y al fortalecimiento de la capacidad de las partes interesadas locales para la gestión eficaz del área protegida y las zonas ecológicas circundantes, fomentando así una conexión más profunda entre las personas y la biodiversidad.

Escala de aplicación
Local
Ecosistemas
Tierras de cultivo
Pastizales / pastos
Tema
Institucionalización de la biodiversidad
Fragmentación del hábitat y degradación
Especies exóticas invasoras
Adaptación al cambio climático
Reducción de desastres
Mitigación del cambio climático
Servicios ecosistémicos
Prevención de la erosión
Restauración
Incorporación de la perspectiva de género
Gobernanza de las áreas protegidas y conservadas
Actores locales
Conocimientos tradicionales
Gestión de incendios
Gestión del suelo
Gestión y planificación de áreas protegidas y conservadas
Manejo de cuencas
Comunicación y divulgación
Patrimonio mundial
Ubicación
Chimanimani, Manicaland, Zimbabue
África Oriente y África del Sur
Procesar
Resumen del proceso

La evaluación participativa de las necesidades sentó unas bases sólidas al alinear las prioridades del proyecto, como la apicultura y la formación, con las aspiraciones de la comunidad, garantizando su pertinencia y aceptabilidad. Esto sirvió de base para las actividades posteriores, que se vieron reforzadas por la inclusión en la toma de decisiones. Al implicar a diversas partes interesadas en plataformas como el SMAG y los comités del proyecto, el proceso fomentó la confianza, la colaboración y la responsabilidad, permitiendo la incorporación de diversas perspectivas en la planificación y la ejecución.

El desarrollo de capacidades, guiado por estos pasos iniciales, dotó a los beneficiarios de habilidades esenciales en áreas como la gestión de viveros y la adición de valor, permitiéndoles apropiarse de los componentes del proyecto. Este empoderamiento contribuyó directamente a inculcar la gestión, ya que los miembros de la comunidad ofrecieron voluntariamente mano de obra, recursos y tiempo para las actividades.

El seguimiento y la evaluación periódicos proporcionaron una retroalimentación continua que permitió ajustar en tiempo real las actividades del proyecto en función de las aportaciones de la comunidad. Este proceso iterativo mejoró las relaciones entre las partes interesadas y garantizó que el proyecto siguiera siendo adaptable, pertinente y sostenible, con cada bloque reforzando y construyendo sobre los demás para maximizar el impacto.

Bloques de construcción
1. Evaluación participativa de las necesidades

Este bloque básico garantizó que el proyecto estuviera impulsado por la comunidad mediante la identificación de prioridades como la apicultura y la formación. Al alinear los objetivos del proyecto con la Política de Gestión del Cambio Climático y las Cuencas Hidrográficas de Chimanimani y los planes de desarrollo de los distritos, el proyecto reflejó las aspiraciones de la comunidad y ofreció un marco para orientar las intervenciones. Este proceso proporcionó una base sólida y participativa para el diseño del proyecto, sobre la que se construyó el éxito del proyecto.

2. Inclusión en la toma de decisiones

Un proceso de comité de proyecto participativo y plataformas como el SMAG garantizaron que diversas partes interesadas, incluidos el gobierno, las ONG y las comunidades locales, aportaran ideas. Este planteamiento integrador permitió a todos los participantes opinar sobre la configuración de las actividades, fomentando la colaboración y la rendición de cuentas. La inclusión generó confianza y reforzó los resultados de la evaluación de necesidades al incorporar un amplio abanico de perspectivas a la planificación y ejecución del proyecto.

3. Refuerzo de las capacidades

Las sesiones de formación dotaron a los beneficiarios de conocimientos sobre apicultura, valor añadido, gestión de viveros y restauración. Esta capacitación reforzó la apropiación local, permitiendo a los miembros de la comunidad gestionar y mantener de forma independiente componentes del proyecto como viveros y colmenares. Las formaciones se guiaron por las necesidades identificadas y se apoyaron en una toma de decisiones inclusiva, garantizando la pertinencia y la participación de la comunidad.

4. Inculcar el sentido de la corresponsabilidad a los miembros de la comunidad

Las actividades de voluntariado, como la construcción de centros de procesamiento de miel, la plantación de árboles y el establecimiento de viveros, reforzaron el sentido de propiedad de la comunidad. Contribuciones como ladrillos y piedras ejemplificaron la inversión local en el éxito del proyecto. La corresponsabilidad motivó a los miembros de la comunidad a mantener el proyecto más allá de su fase inicial de ejecución. La corresponsabilidad fue el resultado de la planificación participativa, la inclusión y los esfuerzos de capacitación, reforzando la sostenibilidad y la apropiación del proyecto.

Lección aprendida

La gestión fue el resultado de la planificación participativa, la inclusión y los esfuerzos de capacitación, reforzando la sostenibilidad y la apropiación del proyecto.

5. Seguimiento y evaluación continuos

La participación periódica permitió evaluar las repercusiones y realizar ajustes en función de la información recibida, garantizando que el proyecto siguiera ajustándose a las necesidades y objetivos de la comunidad. La supervisión reforzó las relaciones entre los ejecutores y los beneficiarios, fomentando la confianza y la rendición de cuentas.

Lección aprendida

La evaluación continua cerró el círculo integrando las lecciones aprendidas en la toma de decisiones, el desarrollo de capacidades y la ejecución, garantizando que el proyecto siguiera siendo adaptable y pertinente.

Impactos

El proyecto logró importantes repercusiones en la mejora de la gestión de la biodiversidad, la promoción de medios de vida ecológicos y la restauración de ecosistemas en la zona de Chimanimani. Se reforzó la capacidad de 51 partes interesadas, entre personal de áreas protegidas, departamentos gubernamentales, organizaciones de la sociedad civil y comunidades locales, mediante la formación en distintos enfoques de la conservación de la biodiversidad.

Las comunidades destinatarias adoptaron y algunas ampliaron la apicultura como medio de vida sostenible, lo que benefició a 171 personas (72 mujeres, 99 hombres). Se distribuyeron más de 550 colmenas, de las que más del 50% estaban colonizadas, con una producción media de 20 kg de miel cruda por colmena al final del proyecto. Se crearon dos centros de procesamiento de la miel, para añadir valor y aumentar la ventaja competitiva de las ventas. La formación en Planes de Ahorro y Préstamo Internos (SAPI) benefició a 120 participantes, facilitando reinversiones en apicultura y venta de árboles de vivero que generaron en conjunto 1.650 USD en la primera ronda. La formación en gestión empresarial capacitó a 85 participantes para ampliar sus pequeñas empresas.

Los esfuerzos de restauración del ecosistema fueron igualmente impactantes, con 80 hectáreas de tierras degradadas restauradas en las comunidades objetivo a través de la cartografía participativa y el establecimiento de viveros para la reforestación y zonas ecológicas dentro de las comunidades. Estos esfuerzos han fomentado la administración a largo plazo y han capacitado a las comunidades para la sostenibilidad.

Beneficiarios

Los beneficiarios directos fueron 180 hogares de las comunidades de Chikukwa, Charleswood-Tilbury y Ngangu, así como algunos organismos públicos, a través de la gestión de ecosistemas, medios de vida sostenibles e integración de la perspectiva de género. Las principales partes interesadas participaron en talleres.

Objetivos de Desarrollo Sostenible
ODS 1 - Fin de la pobreza
ODS 2 - Hambre cero
ODS 5 - Igualidad de género
ODS 6 - Agua limpia y saneamiento
ODS 10- Reducción de las desigualidades
ODS 11 - Ciudades y comunidades sostenibles
ODS 13 - Acción por el clima
ODS 15 - Vida de ecosistemas terrestres
ODS 16 - Paz, justicia e instituciones sólidas
Historia
Centro de procesamiento de la miel de Chikukwa
Centro de procesamiento de miel de Chikukwa y algunos de los beneficiarios del proyecto
Shingirai Sakarombe

A sus 51 años, la vida de Mejury Magomwe en la comunidad de Chikukwa, en el pueblo de Kubatana, ha estado marcada por la resistencia y el trabajo duro. Como viuda al frente de una familia de 5 personas, se enfrentaba a retos diarios para mantener adecuadamente a su familia. Antes del proyecto financiado por Biopama, su familia tenía tres colmenas, cuya producción vendía a bajo precio a vendedores y comerciantes locales. A pesar de sus esfuerzos por diversificar las fuentes de ingresos de su hogar, los ingresos eran insuficientes para cubrir las necesidades de su familia.

Sin embargo, la participación en el proyecto marcó un punto de inflexión en la vida de Mejury. Una de las actividades clave de las que se benefició fue la formación en apicultura y construcción de colmenas que se impartió en Chikukwa en abril de 2023. La formación, de dos días de duración, dotó a Mejury de conocimientos sobre enfoques apícolas estándar, construcción de colmenas y gestión de las abejas a los que nunca había estado expuesta en su vida. Aprendió a mejorar la productividad de sus colmenas y la calidad de la miel, lo que a su vez le ayudó a aumentar tanto la calidad como la cantidad de miel obtenida de sus actividades apícolas. Como parte de la formación, Mejury y otros miembros de la comunidad también se iniciaron en el arte de construir colmenas utilizando técnicas y herramientas modernas. El proyecto facilitó la distribución de madera y materiales para la fabricación de colmenas, lo que les permitió a ella y a sus vecinos crear más colmenas a nivel doméstico. Como resultado, consiguió aumentar el número de colmenas de sólo 3 a un total de 13 colmenas.

Además de la apicultura, la participación de Mejury en el proyecto se extendió al procesado de la miel. En 2023, recibió formación en pequeñas empresas agroalimentarias, que incluía conocimientos vitales sobre comercialización y adición de valor. Con la creación de centros de procesado de miel en Chikukwa, Mejury tiene ahora acceso a la infraestructura necesaria para procesar su miel localmente y conseguir precios más altos, lo que supone mayores ingresos para su familia. Antes del proyecto, Mejury declaró que vendía miel cruda a bajo precio, pero ahora, con el centro de procesamiento de miel recién construido, procesa su miel, lo que garantiza una mejor calidad y unas ventas más rentables.

Hoy, el hogar de Mejury es más resistente y crecerá aún más a medida que prospere su iniciativa de apicultura. La historia de Mejury es un testimonio del poder transformador del proyecto financiado por Biopama, que no sólo la ha empoderado económicamente, sino que también le ha inculcado un profundo compromiso con la gestión de la tierra que sustenta a su comunidad.

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