1. Creación de un comité operativo con representantes de la población indígena, las autoridades locales y otras partes interesadas importantes para la gestión conjunta del proyecto.

En las zonas del proyecto, éste puso en marcha un comité operativo encargado de seleccionar las medidas locales de apoyo (por ejemplo, infraestructuras y desarrollo de capacidades), basándose en criterios mutuamente acordados, como la participación de las mujeres, el interés por la medida y sus posibilidades de ser sostenible.

Este órgano incluía a dos representantes (al menos una mujer) de cada uno de los cinco consejos territoriales, así como a representantes de los municipios (dos), los departamentos de silvicultura y agricultura (dos), las ONG locales (dos), una universidad (una), el Programa Mundial de Alimentos (uno) y la organización encargada de la ejecución, la GIZ (cuatro). El comité, que se reúne periódicamente cada tres meses, se ocupa de la gestión conjunta del proyecto, incluida la planificación anual, el seguimiento del proyecto y la gestión de riesgos y conflictos.

Se expresó una importante demanda de mecanismos de participación más sólidos y de mayores esfuerzos para mejorar los medios de subsistencia locales, lo que supuso que ya se apoyara la creación de un comité operativo.

La GIZ lleva más de 15 años trabajando en la región y, por tanto, mantiene muy buenas relaciones a nivel local, lo que facilita el acceso a información importante y a portadores de información. Otro factor positivo fue la cooperación de un consorcio formado por una consultora internacional y una ONG internacional presente en la zona.

  • La gobernanza debe ser un elemento central de todo proyecto de AbE, si se quiere que siga las mejores prácticas de AbE basada en la justicia (es decir, que refuerce los derechos de los pueblos indígenas, especialmente de las mujeres, en la toma de decisiones y en la prevención o moderación de conflictos). Muy importante a este respecto es la sensibilización de las instituciones nacionales para que adapten sus normas y procedimientos a las necesidades de las comunidades indígenas.

  • La participación temprana de la población local en la concepción de los proyectos, junto con el recurso a expertos y conocimientos locales, son cruciales para lograr la aceptación del enfoque EbA. Además, en el proceso de evaluación de nuevos proyectos, es esencial que la población local esté debidamente informada y sea escuchada, para que pueda defender y priorizar adecuadamente sus demandas y necesidades.