Marcas informales y reparto equitativo de beneficios

El sistema de marca colectiva informal fue desarrollado conjuntamente por las comunidades del Parque de la Patata (representadas por la Asociación de Comunidades del Parque de la Patata) y ANDES, a través de un proceso conjunto que incluyó varias reuniones comunitarias facilitadas por investigadores de ANDES. La marca colectiva informal permite a las microempresas y a la innovación biocultural de la región del Parque de la Patata presentar a los demás una identidad propia, basada en el lugar, agrupando las diversas microempresas que operan en el territorio y generando cohesión entre las comunidades del parque que, de otro modo, estarían bastante fragmentadas. La marca es propiedad colectiva del Parque de la Patata y está vinculada a él.

El 10% de los ingresos procedentes de los productos y servicios de la marca -como el té, los alimentos o los artículos de aseo- se destina a un fondo comunal, antes de redistribuirse a las comunidades según el acuerdo de reparto de beneficios. Este reparto equitativo de los beneficios, junto con los beneficios intangibles de la cohesión social y el sentido de pertenencia al lugar, fomentan el compromiso de la comunidad con el Parque de la Patata y mejoran la capacidad local, reforzando a su vez el apoyo y la sostenibilidad del parque.

El acuerdo de reparto de beneficios se rigió por las leyes y normas consuetudinarias quechuas y se elaboró a lo largo de 2 o 3 años mediante un proceso participativo en profundidad facilitado por investigadores de la comunidad. El acuerdo se basó en los tres principios fundamentales que surgieron de este proceso: reciprocidad, dualidad y equilibrio. Abandonar las ideas preconcebidas sobre el acceso y el reparto de beneficios, y adoptar esos conceptos desde la perspectiva de las propias comunidades, es un punto de partida esencial para este tipo de trabajo participativo.

  • El proceso informal de registro de marcas tiene ventajas sobre el proceso formal de registro de marcas, que se intentó pero fracasó debido a ciertos puntos de inconmensurabilidad entre la normativa formal de propiedad intelectual y las cuestiones y preocupaciones indígenas. Por ejemplo, para cumplir las normas formales de propiedad intelectual, la marca debe estar registrada permanentemente a un solo nombre; esto no era compatible con la dirección rotativa del órgano rector del parque.
  • En este caso, la marca colectiva informal se consideró una alternativa adecuada que seguía teniendo efectos positivos, como la cohesión social, la comercialización y el reparto de beneficios. No obstante, es importante tener en cuenta que las marcas informales son vulnerables a la apropiación y el uso indebidos de un modo que no ocurre con las marcas formales.