La silvicultura comunitaria en Nepal ha reportado una serie de beneficios, entre ellos un aumento de los ingresos. Ha ayudado a luchar contra la tala ilegal estableciendo normas claras sobre el acceso a la madera y un sólido sistema de vigilancia forestal. Los medios de vida de la comunidad también han mejorado, con un acceso más fácil a la leña y el forraje y una mejor atención sanitaria y acceso a la energía, por ejemplo gracias al dinero del ecoturismo y las subvenciones a las energías renovables.
La silvicultura comunitaria muestra rasgos de sostenibilidad política, financiera y ecológica, incluida la aparición de un sólido marco jurídico y normativo, y de sólidas instituciones y redes de la sociedad civil.
Un reto constante es garantizar una distribución equitativa de los beneficios entre las mujeres y los grupos marginados.
Los beneficios inmediatos que obtienen los hogares rurales en cuanto a medios de subsistencia impulsan una fuerte acción colectiva en la que las comunidades locales gestionan de forma activa y sostenible los recursos forestales. Los bosques comunitarios también se convirtieron en fuente de capital de inversión diversificado y materia prima para nuevos medios de vida orientados al mercado.