Procesos clave para integrar la conservación del manglar en la política nacional
El proceso fue la piedra angular para transformar las ideas en resultados tangibles. El primer paso fue garantizar la disponibilidad de datos de alta calidad y demostrar su importancia en los contextos local y nacional. En el caso de los manglares, esto incluía su papel en la planificación espacial y de desarrollo, incluida en el Plan Nacional de Desarrollo Territorial, que destaca su impacto en los medios de subsistencia costeros, la adaptación al clima y los posibles créditos de carbono azul.
Una vez recopilados los datos, el siguiente paso fue presentarlos a los socios y miembros de la UICN, fomentando una alianza de apoyo para crear una voz unificada para abogar ante los responsables de la toma de decisiones. Este proceso continuó estableciendo y manteniendo un diálogo abierto, fiable y técnicamente sólido con los responsables políticos y sus equipos técnicos. Un componente clave para ello fue comprender cómo se desarrollan y aplican los marcos de gobernanza, políticos y jurídicos, garantizando que, aunque las contribuciones no se ajustaran plenamente a las expectativas iniciales, siguieran siendo prácticas y aplicables y se adoptaran.
El seguimiento continuo, junto con el apoyo constante de la UICN, garantizó que las estrategias se aplicaran eficazmente y se ajustaran cuando fuera necesario. Es importante reconocer que, si bien los esfuerzos de conservación y adaptación cuentan con apoyo mundial, a menudo requieren presupuestos considerables, que no están disponibles a nivel local. Para garantizar la financiación, estas cuestiones deben estar en primera línea de la planificación de la gobernanza, lo que permitirá disponer de los presupuestos y la cofinanciación de los socios para el desarrollo.
Entre los factores críticos que facilitaron el proceso se incluyen la campaña mundial de concienciación sobre los beneficios de los manglares para los medios de vida sostenibles, la atención prestada por Mozambique a la estrategia sobre manglares y el desarrollo de políticas nacionales clave como el PNDT y el Plan Espacial Marino. El compromiso de la UICN y su capacidad para identificar oportunidades para integrar los manglares en estas estrategias nacionales, junto con su amplia red y fiabilidad, fueron igualmente esenciales.
A lo largo de este proceso surgieron varias lecciones. En primer lugar, la asistencia técnica, similar a la proporcionada al Gobierno, resultó inestimable, al igual que la capacidad de alinearse con los procesos gubernamentales. La capacidad de acceder a una asistencia técnica mejorada cuando sea necesario, y la implicación del mundo académico y las organizaciones de la sociedad civil, son fundamentales para el éxito del planteamiento. El intercambio permanente de información y una campaña de concienciación, combinados con consultas, ayudaron a mantener el compromiso a lo largo de todo el proceso.