
Respuesta a la enfermedad del virus del río Bellinger

En 2015, un episodio de mortalidad masiva afectó a la tortuga mordedora del río Bellinger(Myuchelys georgesi), de área de distribución muy restringida, acabando con el 90 % de la especie en menos de seis semanas. La respuesta de emergencia inicial incluyó exámenes del lugar, la retirada de animales muertos y enfermos y una investigación de la calidad del agua. Finalmente se identificó como agente causal el virus del río Bellinger (desconocido hasta entonces para la ciencia). Para entender mejor las circunstancias de esta mortandad masiva, se adoptó un enfoque de "Una sola salud" que abordaba la interacción entre los animales, el agente causal y el entorno. Se celebró un taller de planificación de la conservación facilitado por múltiples partes interesadas que incorporó el proceso de Análisis de Riesgos de Enfermedades de la Fauna Salvaje de la CSE/OIE de la UICN (Jakob-Hoff et al, 2014). Esto garantizó que todos los posibles factores contribuyentes asociados al brote del virus del río Bellinger quedaran reflejados en las prioridades inmediatas y a largo plazo y en las acciones de recuperación sobre el terreno.
Contexto
Défis à relever
Los principales retos a los que se enfrentaron los planificadores de la conservación tras el suceso de mortalidad fueron la incertidumbre en torno a la causa de la muerte y el pequeño tamaño de la población de la especie. Las tortugas mordedoras del río Bellinger son endémicas de un tramo estimado de 80 km del río Bellinger. Antes de 2015, la población silvestre estaba formada por unos 4.000 ejemplares, lo que deja a la especie en peligro de extinción tras la considerable mortandad. Además, el virus del río Bellinger tuvo un impacto desproporcionado en la población de tortugas adultas. Debido a su biología reproductiva, esto disminuyó drásticamente la capacidad de repoblación de la especie. En las fases iniciales de la respuesta de emergencia se desconocía la causa de la muerte, lo que condujo a una amplia investigación que acabó identificando el virus del río Bellinger, hasta entonces desconocido.
Ubicación
Procesar
Resumen del proceso
El enfoque del Plan Único se basa en el concepto de asociaciones de colaboración: sólo a través de una colaboración abierta y honesta pueden unirse eficazmente los sectores de la gestión de poblaciones ex situ e in situ, que antes estaban aislados. La respuesta completa, que incluye el examen del emplazamiento, la revisión de la situación, el análisis del riesgo de enfermedades, el programa de cría en cautividad y el programa de reintroducción, fue encabezada por las autoridades gubernamentales, pero contó con el apoyo de diversas partes interesadas. Las alianzas creadas se basaban en el deseo común de proteger a esta especie única y amenazada, e hicieron posible un nivel duradero de cooperación e intercambio de información.
Bloques de construcción
Planteamiento de un plan
Desarrollado por el CPSG de la UICN, el Enfoque de Plan Único (OPA) es un método de gestión de especies que desarrolla un plan de conservación con aportaciones de todos los interesados implicados en las poblaciones in situ y ex situ de la especie. Para ello se reúne a los gestores de la conservación: biólogos de campo, investigadores y gestores de la fauna salvaje que controlan las poblaciones silvestres, y personal de zoológicos y acuarios que gestionan diversas poblaciones ex situ. Expertos, investigadores, responsables de la toma de decisiones y representantes de las partes interesadas se reunieron en un taller, organizado por facilitadores neutrales del CPSG, para llevar a cabo una revisión del estado de la especie, un análisis del riesgo de enfermedad y desarrollar un plan de gestión de la conservación.
Factores facilitadores
El Enfoque de Plan Único (One Plan Approach, OPA) es un proceso coordinado de planificación de la conservación que busca decisiones consensuadas entre múltiples partes interesadas en beneficio de la especie amenazada. Antes del taller se recopiló y compartió la información más relevante sobre la especie y los riesgos de enfermedad. Al establecer un entorno de colaboración y respeto mutuo, los facilitadores del CPSG permitieron a los participantes en el taller trabajar eficazmente en la elaboración de planes integrados a corto y largo plazo para la especie.
Lección aprendida
Los principios y pasos de la planificación de la conservación desarrollados por el CPSG a lo largo de 40 años guiaron un exitoso Enfoque de Un Plan para la conservación de la tortuga mordedora del río Bellinger tras el evento de mortalidad masiva de 2015. Al abordar el reto a través de la lente de Una Salud basada en sistemas (que abarca las interacciones entre la salud animal, humana y ambiental), se desarrolló un plan que captó y desarrolló estrategias de mitigación para la amplia gama de amenazas que enfrentan las tortugas. La inclusión de diversas partes interesadas desde el principio del proceso garantizó que el plan se basara en los conocimientos más actuales y fuera ampliamente aceptado y aplicado.
Asociaciones de colaboración
El proceso de respuesta a la mortandad masiva, desde el descubrimiento inicial de los cadáveres de tortuga hasta la reintroducción en el medio natural de juveniles criados en cautividad, se llevó a cabo mediante la colaboración entre autoridades gubernamentales, investigadores, gestores de la conservación in situ y ex situ, y la población local, que se implicó personalmente en el bienestar de las tortugas. Las comunidades que viven alrededor del río Bellinger se enorgullecen de las especies endémicas de su rincón del mundo, y su preocupación y participación como ciudadanos científicos desempeñó un papel importante en la sensibilización y en garantizar que los recursos se destinaran a las tortugas. Las autoridades gubernamentales fueron los principales facilitadores de la respuesta, buscando expertos en muchos sectores para garantizar que se realizaba un análisis exhaustivo.
Factores facilitadores
El principio de facilitación neutral de la CPSG crea un espacio de colaboración y mentalidad abierta para abordar los retos de la conservación. Aunque las partes interesadas que participaron en la respuesta y el taller procedían de distintos sectores con sus propias motivaciones, el objetivo final unificador de elaborar un plan de conservación que abordara todos los riesgos a los que se enfrentaba la tortuga mordedora del río Bellinger fue capaz de salvar esas diferencias.
Lección aprendida
Los planes de conservación suelen verse limitados por la información en la que se basan. Al colaborar con un mayor número de partes interesadas, pueden incorporarse al proceso de planificación perspectivas diversas que antes no se tenían en cuenta. Esto garantiza que se tengan en cuenta todos los riesgos, generando un plan de gestión más completo y redondo y una base integral para la supervivencia a largo plazo en la naturaleza.
Impactos
La respuesta global y multiinstitucional a la mortandad masiva evitó la extinción de la pequeña población endémica de tortugas mordedoras del río Bellinger. Al principio de la respuesta se estableció un programa de cría en cautividad a través del zoo de Taronga, y desde entonces se han liberado con éxito más de 80 tortugas jóvenes en el río a través de un programa coordinado de recuperación. El refuerzo de la población, junto con múltiples líneas complementarias de investigación y actuación sobre el terreno, han sido componentes esenciales del plan de conservación desarrollado con la facilitación del Grupo de Especialistas en Planificación de la Conservación (GECP) de la CSE de la UICN. El enfoque colaborativo y multiparticipativo de la planificación de la conservación dio lugar a un plan de gestión consensuado que incluía medidas de mitigación de la enfermedad, pasos para abordar las amenazas a las que se enfrenta el ecosistema fluvial y formas de implicar a la comunidad local en el seguimiento continuo. Aunque la enfermedad hizo que la especie pasara a estar en peligro crítico, ahora hay esperanzas de que, con una gestión continuada, la tortuga mordedora del río Bellinger persista en estado salvaje.
Beneficiarios
- Tortuga del río Bellinger
- Gran ecosistema fluvial
- Planificadores de la conservación - gobierno e investigadores
- Comunidades locales de los alrededores del río Bellinger
Objetivos de Desarrollo Sostenible
Historia

En 2015, los informes sobre tortugas muertas y moribundas que llegaban a las orillas del río Bellinger conmocionaron a científicos conservacionistas, gestores de la fauna salvaje, veterinarios y a la unida comunidad de Bellingen. A medida que aumentaba el número de tortugas muertas y los primeros intentos de tratar a los animales enfermos resultaban ineficaces, se hizo patente la magnitud del desastre: una mortandad masiva de causa desconocida que acababa rápidamente con la pequeña población endémica de tortugas mordedoras del río Bellinger. Las primeras investigaciones descartaron la contaminación y la toxicidad como causa; el rescate de emergencia se adaptó rápidamente a la enfermedad de la fauna salvaje como la causa más probable. Los gestores de la conservación y los científicos trabajaron rápidamente con el equipo de control de incidentes y la comunidad local para identificar los tramos superiores del río que esperaban que contuvieran animales sanos. Se planificó una captura de emergencia con el objetivo de establecer una población de aseguramiento. A las pocas semanas de los primeros informes de tortugas enfermas, el equipo estaba recuperando animales con urgencia. Hubo un intenso escrutinio y expectación por parte de la comunidad; una necesidad de saber y de recibir explicaciones. El río Bellinger está en el corazón de la comunidad de Bellingen, y la difícil situación de la tortuga preocupaba a muchos. Recoger una población sana de seguro tenía que equilibrar la urgencia y la incertidumbre. Se establecieron estrictas directrices de bioseguridad para la captura y el transporte de animales fuera de la cuenca de captación, y se construyó una instalación de cuarentena en la Universidad de Sídney Occidental. Se recuperaron 17 tortugas sanas del curso superior del río antes de que avanzara la enfermedad. Estos animales forman ahora la base de una población reproductora en cautividad, con más de 80 crías liberadas en el río Bellinger desde 2018. Hoy en día, el programa de la tortuga mordedora del río Bellinger es un programa de recuperación de la conservación bien establecido que debe su éxito a la dedicación y colaboración de una amplia gama de personas, supervisadas por un grupo de referencia de expertos con muchos otros que aportan conocimientos locales y experiencia práctica. Los voluntarios colaboran en los estudios bianuales y el control de la calidad del agua, y más de 50 propietarios privados permiten el acceso al hábitat fluvial. El equipo gubernamental que dirige el programa cree que es un privilegio trabajar en la recuperación de la tortuga y está agradecido a todos los que contribuyen al objetivo compartido de recuperar la especie en estado salvaje. Las sólidas colaboraciones y asociaciones duraderas, establecidas durante la respuesta de emergencia y la planificación temprana de la conservación, siguen siendo un punto fuerte clave en la recuperación de esta tortuga.