Mientras que en el pasado las políticas de apoyo a la agricultura ecológica solían estar orientadas a la producción, el actual PAO danés considera prioritarios el desarrollo del mercado (incluido el apoyo a determinados canales de comercialización), la promoción y la sensibilización, así como la contratación pública. El PAO es una mezcla de acciones de empuje y de atracción. Las de empuje pretenden aumentar la producción, mientras que las de atracción pretenden incrementar la demanda de productos ecológicos.
Si nos fijamos en las medidas pull, una acción clave fue estimular la demanda de productos ecológicos por parte de los consumidores y en las cocinas privadas y públicas, como escuelas y hospitales. Para estas actividades se destinaron 6,4 millones de euros en el periodo 2015-2018.
Se motivó a los municipios con el objetivo nacional de alcanzar el 60% de producción ecológica en todas las cocinas públicas y con fondos destinados a apoyar el proceso de conversión, principalmente mediante la formación de los responsables y trabajadores de las cocinas, y cambios en las cadenas de suministro y los menús.
La medida mencionada tuvo mucho éxito. Por ejemplo, la ciudad de Copenhague consiguió desarrollar uno de los programas de contratación pública más ambiciosos de Europa, que alcanzó el objetivo de un 90% de alimentos ecológicos en 2015, sin que ello supusiera un aumento del precio de las comidas.