Compensación alimentaria

Durante las vedas de pesca estacionales, el gobierno distribuye sacos de arroz a una parte (unos 248.674) de los hogares afectados en 15 distritos. El plan se introdujo en 2004, con el objetivo principal de reducir la inseguridad alimentaria y la vulnerabilidad, pero también proporciona un incentivo para el cumplimiento de la normativa pesquera, al compensar los ingresos dejados de percibir durante las vedas. A partir de una investigación dirigida por el Instituto Internacional de Medio Ambiente y Desarrollo en colaboración con el Departamento de Pesca del gobierno de Bangladesh, el Centro de Estudios Avanzados de Bangladesh, el Instituto de Investigación Pesquera de Bangladesh y la Universidad Agrícola de Bangladesh, el plan se ha ampliado y rediseñado para aumentar su eficacia como incentivo económico. La cobertura de los hogares afectados se ha multiplicado por más de siete desde el inicio del plan, y las familias reciben ahora 40 kg de arroz al mes durante cuatro meses, frente a los 10 kg iniciales para uno a tres meses. También se han reducido los casos de asignación indebida de arroz gracias a la introducción de tarjetas de identificación para los pescadores.

Para incentivar el cumplimiento, la compensación debe considerarse adecuada y suficiente para compensar o reducir los ingresos que se dejan de percibir por respetar las restricciones pesqueras estacionales. Por lo tanto, debe basarse en una investigación socioeconómica rigurosa.

El éxito de los incentivos también depende de la aceptación social, por lo que son esenciales las actividades de concienciación y sensibilización sobre la necesidad de prácticas pesqueras sostenibles y la importancia del cumplimiento de las restricciones pesqueras.

La compensación alimentaria puede haber tenido algunas consecuencias negativas imprevistas, como el impacto en los precios locales del arroz, los mercados laborales y los mercados de microfinanciación. Los sistemas de incentivos siempre deben investigar y tratar de mitigar estas consecuencias imprevistas.

También hay pruebas de que los terratenientes han obtenido beneficios desproporcionados, en lugar de los más vulnerables, los hogares de pescadores sin tierra con niveles de ingresos más bajos. Esta cuestión pone de relieve la necesidad de que los planes de incentivos incluyentes utilicen un sesgo sistemático y positivo a favor de los más necesitados.

Del mismo modo, las estructuras de poder locales han limitado el impacto de la concesión de compensaciones alimentarias a los hogares de pescadores. La dependencia de los pescadores de los intermediarios para obtener créditos limita su capacidad para dejar de pescar durante las vedas estacionales, porque siguen obligados a pagar sus deudas.