Fondo de Conservación

Como una estrategia de vinculación y aporte de la ciudadanía, debido a que en la primera edición (2013) se logró financiar todo el evento, se generó un fondo de conservación a partir de la recaudación del costo de la inscripción del evento, el mismo que fue entregado al Grupo Promotor del CPY para que sean invertidos en acciones de conservación y uso sostenible del territorio, los cuales se invirtieron en la compra de cámaras trampa para el monitoreo de la biodiversidad.

Esta propuesta no se pudo sostener para las siguientes ediciones ya que, por el aumento considerable de la participación de ciclistas, se usaron los ingresos de inscripciones para cofinanciar el evento

Disponer de un proyecto emblemático de conservación en la región

Haber logrado el financiamiento total de la iniciativa en su primer año.

Contar con un espacio de gobernanza permanente (grupo promotor del CPY)

Es necesario dedicar un mayor esfuerzo a la recaudación de recursos económicos para mantener el fondo de conservación.
Asignar el dinero recaudado en proyectos locales, ayuda a fortalecer la relación entre el grupo promotor y la comunidad.
Tener una institución externa que ayuda a financiar el 100% del evento, permite la creación del fondo de conservación.

Fortalecer el liderazgo y la gobernanza del agua para la adaptación

Hay varios desafíos de gobernanza en el río Paz, como la débil presencia institucional y la débil coordinación institucional que conducen a una deficiente gestión del río y los ecosistemas costeros.

En respuesta, la UICN, la UNES y las comunidades locales propusieron fortalecer y articular las estructuras locales con el gobierno para garantizar la implementación de la solución. El proceso implicó:

  • Identificación de líderes.
  • Concienciación social
  • Consolidación de grupos locales como la Asociación Istatén, el Comité de Microbasin de Aguacate, grupos de mujeres y juntas de agua.

Estos grupos locales desarrollan planes de trabajo operativos integrales, que responden a las necesidades locales y, a su vez mejoran las capacidades sociopolíticas y de incidencia. La incidencia busca (i) persuadir al Ministerio de Medio Ambiente y Recursos Naturales (MARN) para que establezca sanciones para quienes incurran repetidamente en prácticas de pesca prohibidas, y para exigir una mayor responsabilidad en el uso del agua y la gestión de residuos líquidos por parte de la industria azucarera ; y (ii) solicitar al Ministerio de Agricultura (MAG) que supervise el uso del agua en esta industria (es decir, los permisos extendidos) e introduzca tarifas de agua que sean proporcionales al volumen utilizado.

 

  • Presencia y confianza de la ONG socia local, UNES en la región del proyecto.
  • Enfoque colaborativo y facilitador con las comunidades, como socios en lugar de beneficiarios.
  • Aprendiendo de las comunidades.
  • Fortalecimiento de los grupos locales. Los grupos locales han sido actores clave en el trabajo de identificar problemas de la comunidad y luego planificar e implementar las soluciones a través de acciones colectivas.
  • Las prácticas de restauración de los ecosistemas deben ir acompañadas de acciones de incidencia política y difusión que refuercen estas iniciativas de AbE. Particularmente en la cuenca baja del Río Paz, estas acciones se vuelven necesarias por la naturaleza de los conflictos ambientales que existen en el territorio y por la variedad de actores implicados.
  • Organizar una agenda de incidencia política puede ser una herramienta poderosa para las comunidades, en especial si contiene propuestas específicas cuyo propósito es lograr que se implemente la normativa ambiental existente. La incidencia política de las comunidades de Garita Palmera, El Tamarindo y Bola de Monte, busca: (i) persuadir al MARN a establecer sanciones para quienes incurren, repetidamente, en prácticas de pesca prohibidas y a exigir mayor responsabilidad en el uso del agua y manejo de desechos líquidos por parte de la industria azucarera; y (ii) solicitar al MAG que monitoree el uso del agua de dicha industria (es decir, los permisos extendidos) e introduzca tarifas de agua proporcionales al volumen utilizado.
Creación de capacidades para lograr el enfoque ecosistémico

Para integrar el enfoque ecosistémico en la gestión del territorio y, capacitar a las estructuras de gobernanza locales, las autoridades locales y los agricultores. Juntos, implementaron medidas de EbA para enfrentar la sequía y la variabilidad, tales como: prácticas de conservación de suelos, protección de manantiales e implementar sistemas agroforestales.

 

El desarrollo de capacidades se hizo con:
 

  •  Enfoque de "aprender haciendo" para lograr resultados demostrativos en el campo con >100 agricultores/as. Las medidas de AbE implementadas se centraron en los servicios ecosistémicos del agua y el suelo, en la diversificación productiva y en la mitigación de los impactos del cambio climático y la variabilidad (vientos y lluvias extremas) en los cultivos y los bienes. Estas medidas mejoran la infiltración y disponibilidad de agua.
  • Capacitaciones a los Comités de agua sobre de organización, y gestión integral del agua, para influir en su comprensión de los servicios ecosistémicos del agua.
  • Programa de capacitación en habilidades de comunicación para mujeres líderes y agricultoras.
  • Capacitación regional de adaptación al cambio climático e intercambio de experiencias para 30 gobiernos locales de Mesoamérica (incluyendo muncipios del Sumpul)
  • Las sinergias con los proyectos existentes y las organizaciones locales como el Plan Trifinio fueron cruciales.
  • Los intercambios de experiencias contribuyen a los procesos de capacitación y motivan a los participantes a participar en la gobernanza del agua, y reconocen el valor de aprendizaje de las acciones que se llevan a cabo.
  •  Asegurar las capacidades de la organización local es clave para garantizar la provisión de servicios de ecosistemas de agua y siempre será una buena inversión.
Desarrollar marcos flexibles de gobernanza para la adaptación

La gobernanza para la adaptación requiere de marcos políticos y jurídicos flexibles. Por ello, las plataformas de gobernanza de la subcuenca alta requerían de instrumentos de gestión que permitieran valorar e institucionalizar aquellas opciones de adaptación y formas de gobernanza que ofrecían los mayores beneficios socio-ambientales. Se elaboraron los Reglamentos Internos de varios Comités de Agua de las ADESCOS y del Comité Comunitario Binacional de la Subcuenca, el que también actualizó su Plan Estratégico (quinquenal) y Plan Operativo Anual.

 

Se apoyó la construcción de políticas municipales (Planes Locales de Adaptación de La Palma y San Ignacio). Dado que la adaptación al cambio climático está inmersa en una serie de incertidumbres sobre los impactos futuros del clima y las trayectorias de desarrollo, estos marcos e instrumentos deberán estar en constante evolución, siempre tomando en cuenta lecciones derivadas de las experiencias de campo y de gobernanza. Así la adaptación al cambio climático puede avanzar bajo un enfoque flexible de aprender haciendo y por medio de ciclos iterativos, generar estrategias a corto plazo en vista de las incertidumbres a largo plazo.

  • La presencia continua y el arraigo en el territorio del Plan Trifinio es un factor habilitante de peso que brinda flexibilidad en la toma de decisiones y también escalamiento vertical. Esta entidad de carácter trinacional trabaja de cerca con las comunidades y conoce el territorio, y a su vez tiene peso político y llegada con las autoridades, al ser parte del Sistema de la Integración Centroamericana y estar presidida por los Vicepresidentes y Delegado Presidencial de tres países (El Salvador, Guatemala y Honduras).
  • La sub-cuenca del Sumpul cuenta con un Plan de Manejo Integral, cuya implementación recae en todos los actores de sub-cuenca y que podría revitalizarse con base en los avances en temas de AbE y fortalecimiento de la gobernanza para la adaptación. Una gobernanza flexible debería contemplar el monitoreo, evaluación y actualización de este Plan de Manejo Integral en función de lo aprendido por medio del proyecto AVE y otros en la cuenca.
  • Los nuevos instrumentos de gestión preparados por las plataformas de gobernanza de la sub-cuenca, deberán a futuro ser evaluados para determinar cuán efectivos fueron como respuestas de adaptación. Cualquier ajuste que resulte de este análisis, será muestra de una gobernanza flexible.
Lograr una gobernanza con enfoque ecosistémico para la adaptación

Bajo un enfoque ecosistémico, los esfuerzos buscan mejorar los medios de vida y la resiliencia de los ecosistemas para así­ disminuir la vulnerabilidad de las comunidades locales ante los desafíos de lluvias erráticas, cambio de estaciones, tormentas y consecuente pérdida de cosechas. Las medidas impulsadas son:

  • Restauración de los bosques a orillas de los ríos para evitar la erosión de las orillas de los ríos durante tormentas extremas e inundaciones. Esto se promueve con jornadas anuales de reforestación binacionales y se guía por un estudio de oportunidades de restauración en las orillas de los ríos.
  • Se realiza agrodiversificación con los agricultores locales para aumentar el número y las variedades de especies de cultivos, frutas y árboles de madera en sus parcelas, mientras se combinan con los animales. El objetivo es mejorar la resiliencia del sistema contra la lluvia errática y los cambios en los patrones estacionales.
  • Aprendizaje e intercambio a través de una red de agricultores con conocimientos en AbE. 
  • Organización de ferias de agrobiodiversidad para fomento y rescate de semillas criollas.
  • El cambio climático y en particular, los cambios en los patrones de lluvia, son factores que preocupan a muchos actores de la cuenca, lo que aumenta su disposición a priorizar acciones a favor de la seguridad hídrica y alimentaria. Como resultado, se contó con la anuencia de los agricultores a incorporar, en sus fincas, prácticas agrícolas sostenibles, y a apropiarse de éstas.
  • El modelo de fincas integrales facilita el entendimiento del valor de los servicios ecosistémicos y ayuda a dar fundamento a la gobernanza con enfoque ecosistémico.
  • Al fomentar diálogos sobre la AbE, se debe tomar en cuenta los conocimientos y experiencias tradicionales e indígenas sobre la variabilidad climática y los recursos naturales. Esto no sólo favorece la coherencia en la selección de las medidas de AbE, sino que también permite captar elementos para informar las acciones de las agencias de extensión agrícola en la cuenca y enriquecer las políticas nacionales y regionales.
  • El conocimiento indígena es fundamental a la hora de conocer las semillas y variedades de cultivos que mejor se adaptan al contexto socio-ecológico. Los intercambios de experiencias y los espacios de diálogo y comunicación entre productores, permitieron rescatar estos conocimientos tradicionales y desarrollar mayor conciencia sobre los efectos del cambio climático.
  • Las jornadas de reforestación son actividades muy valiosas, tanto desde el punto de vista de los servicios que brindan los árboles, como en lo referente a los aspectos educativos.  Este tipo de acción deja una huella imborrable en los niños y jóvenes, y los motiva a replicar la actividad en el futuro. 
Revitalización de la gobernanza para la adaptación

Para ser efectiva, la gobernanza para la adaptación debe ser multidimensional y participativa, lo que implica involucrar a agricultores, municipalidades, ministerios y otras instituciones públicas en la zona, líderes comunitarios, unidades de salud y educadores en los procesos de gestión del agua y adaptación. En Sumpul esto se logró particularmente a través de los procesos de “aprender haciendo” y de revitalización del Comité Comunitario Binacional de la Subcuenca. La labor y legitimidad local del Comité Binacional se enriqueció con la integración de instancias comunitarias que estuvieron por años desarticuladas y sin mayor participación, como los Comités de Agua, que son importantes en cada comunidad. También se generaron nuevos instrumentos de gestión, se impulsaron liderazgos y la participación activa de jóvenes y mujeres dentro del Comité Binacional, y se realizaron capacitaciones e intercambios de experiencias para el aprendizaje colectivo. Otros aportes a la gobernanza provinieron de los productores que implementaron medidas de AbE en sus fincas (quienes ahora son voceros por los beneficios derivados de dichas medidas) y de las municipalidades (La Palma y San Ignacio) que integraron el enfoque de AbE en sus políticas, con la formulación de Planes Locales de Adaptación.

  • La existencia previa (2012) del Comité Binacional es un factor habilitante clave, ya que no se comenzó de cero, sino que se fortaleció una estructura existente, impulsando su re-estructuración en base a un diagnóstico sobre su funcionamiento y actores/liderazgos clave.
  • Para que los Comités de Agua puedan contribuir a una gestión compartida con visión de cuenca en el Comité Binacional, se requiere primero mejorar sus propias capacidades de organización y gestión, antes que puedan tomar la batuta como voceros y representantes de sus comunidades.
  • El contar con estudios biofísicos e información técnica específica sobre recursos hídricos y AbE, facilitó los procesos de sensibilización, participación, logro de acuerdos y realización de acciones focalizadas, lo que a su vez ayudó a evitar la dispersión de recursos.
  • Aumentar la efectividad y sostenibilidad, de los procesos de gobernanza, conlleva un trabajo constante de muchos años, que a menudo sobrepasa la duración de los proyectos de cooperación. Por ende, es conveniente buscar, por un lado, maximizar las sinergias entre proyectos y, por otro lado, mantener la presencia y el acompañamiento en el territorio a través de proyectos sucesivos.  
Lograr una gobernanza ecosistémica para la adaptación

La gobernanza para la adaptación requiere de una visión ecosistémica, donde las acciones implementadas en campo para una mayor resiliencia de los recursos naturales se enfocan más en proteger los servicios ecosistémicos de la cuenca hidrográfica (bosque-agua-suelo) y menos en responder únicamente a las problemáticas encontradas a nivel de fincas individuales. Por ello resulta clave la priorización de zonas de restauración, puesto que debe ser en función de mejorar la captura de agua y también la productividad (los medios de vida locales). Los tres tipos de medidas de AbE implementadas en la cuenca del Río Goascorán fueron: 1) restauración de nacientes de agua, 2) conservación de suelos, y 3) sistemas agroforestales. Esta combinación reconoce la interdependencia de los componentes bosque-agua-suelo y permite a las comunidades evidenciar cambios positivos en plazos intermedios, lo que aumenta la confianza en las “soluciones naturales” adoptadas para la seguridad hídrica y alimentaria. La gestión territorial con visión de cuenca o microcuenca también contribuye al enfoque ecosistémico que se requiere para un desarrollo sostenible, es decir, uno que sea adaptativo ante el cambio climático.

  • El cambio climático y en particular la disponibilidad del agua para consumo humano y uso agrícola son factores que preocupan a la mayoría de los actores de la microcuenca, lo que hace que aumente su disposición a priorizar acciones que favorezcan las zonas de recarga hídrica y la disminución del riesgo ante eventos extremos.
  • Una vez implementadas, las medidas de AbE priorizadas hicieron palpables las mejoras en las condiciones de las zonas de recarga hídrica y en la capacidad organizativa y de gobernanza de las comunidades, ayudando igualmente a consolidar el concepto de que la cobertura forestal es un “seguro colectivo” ante el cambio climático.
  • La auto-motivación de las comunidades (por el agua y sus medios de vida) y el liderazgo de actores locales claves son factores determinantes para alcanzar una buena gobernanza para la adaptación y el éxito en la aplicación de medidas de AbE.
Lograr una gobernanza flexible para la adaptación

La adaptación al cambio climático está inmersa en una serie de incertidumbres con respecto a los impactos futuros del clima y las trayectorias de desarrollo. Por ende, la adaptación debe avanzar bajo un enfoque flexible de “aprender haciendo”, integrando la flexibilidad en los marcos jurídicos y de política, y en decisiones secuenciales e iterativas para generar estrategias a corto plazo en vista de las incertidumbres a largo plazo. En Goascorán, la ausencia de marcos regulatorios y de política para la gestión de cuencas compartidas, limita la capacidad de respuesta conjunta ante el cambio climático -y por tanto de flexibilidad y aprendizaje. Esta limitante fue subsanada integrando la adaptación en diversos instrumentos de gestión de microcuenca, municipales y nacionales y en agendas transfronterizas entre actores locales. Debe evaluarse la efectividad de estos marcos (y otros nuevos) en períodos intermedios para permitir revisiones y ajustes, conforme aumente el conocimiento sobre el cambio climático; lo mismo en el corto plazo con las medidas de AbE. La información que alimenta estos procesos iterativos debe integrar la ciencia occidental con los conocimientos locales. De este modo, se puede ser flexible e identificar nuevas opciones de adaptación y criterios para su evaluación

  • Un aspecto clave de la gobernanza para la adaptación es los marcos institucionales y de políticas que la amparan o facilitan, y que hacen que ésta sea o no flexible. En este sentido, se pudo aprovechar la ventana de oportunidad que ofrecía la actualización de los Planes Ambientales Municipales (El Salv.) y Planes de Desarrollo Municipal (Hond.), la preparación del Plan Nacional de Adaptación de Honduras, y el uso de la figura de Mesas Técnicas en El Salvador, quedando en todos consignado el valor de la gobernanza para la adaptación.
  • Es importante monitorear y evaluar cualquier mejora lograda a través de la AbE, con el fin de utilizar evidencia obtenida en campo para informar y fundamentar los cambios a los marcos legales, de políticas y de gestión, para así aplicar un enfoque flexible en la gobernanza de la adaptación.
Fortalecer la gobernanza para la adaptación

Dentro de las estructuras de gobierno rural de Chiapas, la Asamblea del ejido es la principal plataforma social donde se toman decisiones participativas con respecto a los recursos naturales. La tenencia de la tierra ejidal en México es un ejemplo de tenencia individual y comunitaria que coexiste dentro de las comunidades. Las tierras comunales se titulan en nombre de los líderes de la comunidad. Ejido Azteca y Alpujaras se encuentran en parte dentro de la Reserva del Volcán Tacana.

Con el fin de aumentar los ejidos, las principales acciones de capacidad de adaptación y gestión emprendidas bajo esta solución fueron:

  • La capacitación sobre los marcos legales y de políticas sobre el cambio climático se impartió a los líderes del ejido y a los funcionarios de los municipios.
  • Desarrollo de la Estrategia Local para el Desarrollo Sostenible bajo el Cambio Climático del ejido La Azteca.
  • Conformación de los comités de agua del ejido.
  • Presentaciones públicas sobre los beneficios de AbE: ej. durante el VII Congreso Nacional de Investigación del Cambio Climático, donde lLos líderes compartieron el beneficio de las prácticas de conservación del suelo y la protección de los bosques para la seguridad del agua.
  • Las comunidades que viven en la cuenca del río, organizadas a través de las asambleas ejidales, son fuertes defensores del uso sostenible de los recursos / conservación para mejorar la seguridad del agua y los alimentos y la adaptación basada en los ecosistemas.
  • El conocimiento técnico y las habilidades de liderazgo son importantes para inspirar al resto de la comunidad y asegurar la toma de decisiones para las tierras comunales en la Asamblea con el fin de aumentar la resiliencia.
  • Con la asamblea ejidal tomando decisiones con respecto al aprovechamiento de bienes comunes y servicios ecosistémicos, se fortalece la gobernanza para la adaptación. Sin embargo, falta mayor organización del capital social y articulación con otras organizaciones, asociaciones civiles y la municipalidad para convertir las problemáticas que enfrentan los dueños y poseedores de tierras forestales en oportunidades.
  • Se debe seguir fortaleciendo la gobernanza para dar sostenibilidad a las acciones de AbE, para que la continuidad de éstas no se base en el asistencialismo.
Aumentar resiliencia ambiental y social con base en cobertura boscosa y agua

 soDespués de analizar las vulnerabilidad y establecer prioridades de adaptación los ejido La Azteca y el ejido Alpujarras buscaron proteger los servicios de los ecosistemas proporcionados por sus bosques (captura de agua, biodiversidad, suelo y estructura de fertilidad) con el objetivo de beneficiar sus vidas y la resistencia al cambio climático.

Las siguientes medidas y acciones de EbA se implementaron para enfrentar fuertes lluvias, tormentas, erosión y para mejorar la resiliencia de los ecosistemas, la retención de agua en el suelo:

 

  1. Protección y restauración del bosque nuboso en la Reserva del Volcán Tacaná. Las acciones específicas fueron:
  • Regeneración natural de áreas forestales degradadas.
  • Reforestación con especies nativas.
  • Medidas preventivas de incendios forestales como cortafuegos prácticas de conservación del suelo
  • Vigilancia para prevenir la tala ilegal, la caza ilegal y la extracción de flora y fauna, incendios forestales y para detectar brotes de plagas.

2. Optimización de sistemas agroforestales:
 

  •  Prácticas de conservación de suelos (ej. cercas vivas, terrazas y presas de ramas). Las cercas vivas utilizan especies de plantas para dividir parcelas, proporcionar sombra y proteger contra la erosión.
  •  Introducción de especies forestales y frutales en plantaciones de café (sombra)

 

  • Las asambleas ejidales son instituciones muy fuertes en las comunidades de Chiapas. Son clave para la adopción de medidas de AbE, incluyendo el monitoreo y evaluación de la seguridad alimentaria e hídrica, cuya continuidad ha quedado en manos de los líderes ejidales.
  • Existe un aprendizaje previo en los ejidos La Azteca y Alpujarras, y en otros ejidos de la zona, puesto que ahí se aplica desde 2012 un esquema de Pago por Servicio Ambiental para la gestión sostenible de bosque mesófilo de montaña y sistemas agroforestales (~4000 ha).

El objetivo principal de la solución era mejorar la resiliencia de las comunidades y los ecosistemas frente a los impactos relacionados con el clima. Esto se logró mediante la implementación de medidas de EbA en combinación con medidas sinérgicas de adaptación basada en la comunidad, ciertas estrategias de mitigación de CO2 (como el Pago de los Servicios de los Ecosistemas para la protección del bosque) y la gestión integrada del agua de la cuenca del río Cahoacán (eran comunidades Están localizados).

Una lección importante es que las medidas de EbA no se pueden aislar, pero se deben tomar a escala de cuenca o microbios en el impacto en los servicios de los ecosistemas relacionados con el agua.