La creación conjunta de un mapa de recursos naturales y activos comunitarios prepara el terreno para el desarrollo de las capacidades comunitarias. Un mapa de recursos comunitarios representa tanto las características naturales (por ejemplo, arroyos, estanques, arrozales, etc.) como la infraestructura física. A través del mapa de recursos aprendemos cómo los aldeanos gestionan, conservan y utilizan sus recursos naturales. El mapa de recursos de la comunidad debe ser elaborado por al menos 10 miembros de la comunidad bien informados, entre ellos miembros del comité de gestión de CFi y de CFi, mujeres, ancianos y autoridades locales. Con la ayuda del equipo del proyecto, un miembro bien informado de la comunidad redacta el mapa. Antes de ser representada, la ubicación de las características importantes debe ser discutida y confirmada por otros participantes. El mapa también debe representar las zonas oficiales (por ejemplo, zonas de pesca comunitarias o zonas de conservación de peces comunitarias) o debatir las posibles zonas de zonificación.
Una vez terminado el mapa, se celebra un debate en grupo para determinar la dependencia y la interacción de la población con sus recursos naturales, así como los principales problemas de gestión y conservación. Esto permite encontrar áreas de mejora en el desarrollo comunitario, la gestión de los recursos naturales y la conservación.
Se necesita una comunidad adecuadamente motivada para elaborar un mapa de recursos comunitarios preciso e informativo. El equipo del proyecto necesita experiencia en la facilitación de debates de grupos comunitarios y en la elaboración de mapas de recursos comunitarios. El equipo también debe asegurarse de que las mujeres participen en los debates y de que las reuniones se celebren a horas adecuadas que les permitan asistir.
El reto más común al que se enfrentan las comunidades pesqueras es la gestión de sus refugios para peces en la estación seca. Muchos de estos estanques están desconectados del lago en la estación seca y corren el riesgo de secarse a medida que el cambio climático prolongue las condiciones de calor en la estación seca. Nuestros socios comunitarios han sugerido aumentar la profundidad de estos humedales y crear conexiones permanentes con el lago para garantizar que permanezcan llenos durante la estación seca y proteger así a los peces que allí se refugian hasta que el lago vuelva a inundarse. Otro reto al que se enfrentan muchas comunidades es la dificultad de gestionar zonas de conservación remotas. Esto suele dar lugar a la creación de nuevas zonas de conservación más cercanas a las aldeas locales, lo que permite una gestión más cercana y eficaz.