Refuerzo de la educación para la conservación y apoyo escolar en el distrito de Bikita (Zimbabue)
En las zonas rurales de Zimbabue, la pobreza, las infraestructuras limitadas y las escasas oportunidades educativas restringen la capacidad de aprendizaje de los niños y su compromiso con cuestiones medioambientales más amplias. A pesar de vivir cerca de una rica biodiversidad, muchos alumnos crecen con escasa conciencia de la conservación, y la escolarización se ve aún más dificultada por unas instalaciones y unos recursos inadecuados. Para solucionar este problema, Sango Wildlife Conservancy (SWC) desarrolló un programa que combina la educación sobre conservación in situ con el apoyo directo a escuelas y comunidades. La solución refuerza la concienciación sobre la naturaleza y la sostenibilidad entre los jóvenes estudiantes, al tiempo que mejora las condiciones de aprendizaje y el bienestar de la comunidad mediante intervenciones prácticas como infraestructuras, agua potable y seguridad alimentaria. Los principales beneficiarios de esta iniciativa son unos 2.000 escolares y sus profesores de 10 escuelas diferentes. En términos más generales, unos 15.000 miembros de la comunidad del distrito de Bikita también se benefician gracias a la mejora del acceso a recursos esenciales.
Contexto
Défis à relever
- Social - Pobreza y escasas oportunidades de subsistencia
- Social - Acceso limitado a una educación de calidad
- Social - Infraestructuras y recursos escolares inadecuados
- Social - Acceso limitado a agua potable e infraestructuras sanitarias
- Ecológico - Conflictos entre los seres humanos y la fauna salvaje y presiones de la caza furtiva
Los niveles de educación reflejan tanto avances como retos: aunque la mayoría de los niños en edad escolar han asistido a la escuela en algún momento y las tasas de alfabetización en la provincia alcanzan el 91,5%, sólo 3/4 de los niños están matriculados actualmente, y la asistencia desciende bruscamente después de la escuela primaria. El interés por las ciencias naturales es especialmente escaso: sólo el 2% de los estudiantes de enseñanza secundaria superior y terciaria eligen este campo. Las cifras ilustran una comunidad que se enfrenta a múltiples barreras: acceso limitado a los servicios básicos, exposición temprana a los conflictos entre seres humanos y fauna salvaje y a la caza furtiva de carne de animales silvestres como actividades normalizadas, y oportunidades restringidas para cursar estudios superiores. Los niños tienen pocas posibilidades de aprender sobre la naturaleza, el cambio climático o el valor de la economía de la vida salvaje.
Ubicación
Procesar
Resumen del proceso
Consciente de que el éxito de la conservación a largo plazo depende de la participación de la comunidad, la SWC empezó por implicar a las escuelas locales en 2012. En colaboración con los directores de las escuelas primarias cercanas, la SWC puso en marcha un programa de excursiones de un día a la reserva, que permitía a los niños ver la vida salvaje en su hábitat natural. Las primeras visitas revelaron tanto el escaso conocimiento que los alumnos tenían de los animales salvajes como el mal estado de muchas instalaciones escolares. Con el tiempo, el programa evolucionó hasta combinar la educación medioambiental con el apoyo práctico a las escuelas y comunidades, mejorando no sólo la concienciación sobre la conservación, sino también la capacidad de los niños para aprender en un entorno sano y propicio.
Bloques de construcción
Educación para la conservación mediante la participación activa
Desde 2012, SWC ha invitado a alumnos de primaria y secundaria a participar en excursiones anuales a la reserva. Los niños pudieron observar especies en peligro crítico, como el rinoceronte negro, mientras participaban en debates interactivos sobre el cambio climático, la deforestación, la contaminación, la protección de la vida salvaje y la gestión comunitaria. También se distribuyeron en las escuelas carteles educativos sobre mamíferos, aves rapaces, anfibios y serpientes para reforzar los conocimientos adquiridos en clase. El programa comenzó con cuatro escuelas (primarias de Chedutu, Chinyika, Maronga y Uteke) y se amplió a diez en 2024, llegando a 381 niños y 41 profesores sólo en ese año. En total, se calcula que unos 2.000 niños y niñas han participado en el programa hasta la fecha.
Factores facilitadores
El éxito de este componente básico fue posible gracias a la presencia y credibilidad a largo plazo de la SWC en la región, la disposición de los directores de las escuelas a colaborar en la educación para la conservación y la capacidad logística para acoger a grupos de estudiantes en la zona de conservación.
Lección aprendida
Exponer a los niños a la naturaleza a una edad temprana fomenta un aprecio permanente por la conservación y crea un punto de entrada para futuras carreras en la gestión medioambiental. Vincular los conocimientos del aula con experiencias del mundo real hace que conceptos abstractos -como el cambio climático o la crisis de la biodiversidad- sean más tangibles. También fomenta un sentimiento de orgullo y una conexión emocional con los ecosistemas locales.
Educación para la conservación mediante el apoyo a las instalaciones
Además de la educación, la SWC, con la ayuda de sus socios, ha apoyado sistemáticamente a escuelas y comunidades con infraestructuras esenciales. Entre 2012 y 2013, se repararon y amueblaron cuatro escuelas primarias. Solo en 2024, otras intervenciones incluyeron la instalación de cuatro depósitos de agua de 5.000 litros y una bomba solar en la escuela primaria de Mafaune, lo que benefició directamente a más de 500 alumnos, 14 miembros del personal y 1.800 miembros de la comunidad. El mantenimiento de pozos de sondeo en varias escuelas y aldeas (20 intervenciones en 2024) proporcionó un acceso fiable a agua limpia, mejorando la salud y la asistencia escolar. Además, se vallaron los patios de las escuelas, se donaron libros y material de papelería, se proporcionó un ordenador portátil a la escuela primaria de Uteke y se acondicionaron carreteras y campos de fútbol para mejorar el acceso a las escuelas, las infraestructuras sanitarias y las actividades recreativas. También se apoya la nutrición mediante donaciones de carne cosechada de forma sostenible y la creación de huertos comunitarios, de los que se compraron los excedentes para generar ingresos para los hogares locales.
Factores facilitadores
Estas intervenciones fueron posibles gracias a las asociaciones establecidas por SWC con escuelas y comunidades, así como a la financiación y el apoyo técnico de socios externos. La voluntad de las comunidades locales de colaborar en los huertos escolares, el mantenimiento de las carreteras y la reparación de los pozos de sondeo fue fundamental para mantener las mejoras.
Lección aprendida
La mejora de las instalaciones escolares tiene un efecto directo en el bienestar y la asistencia de los niños. Cuando las escuelas ofrecen agua limpia, estructuras seguras y oportunidades recreativas, los niños tienen más probabilidades de tener éxito académico. Beneficios tangibles como la mejora de la salud y la nutrición también fomentan una mayor confianza de la comunidad en las organizaciones de conservación. El apoyo a las instalaciones demostró que los esfuerzos de conservación son más eficaces cuando las comunidades experimentan mejoras directas y cotidianas en su calidad de vida.
Impactos
Desde 2012, unos 2.000 niños y niñas han participado en actividades de educación para la conservación, adquiriendo una exposición directa a la vida salvaje y una comprensión más profunda de las cuestiones medioambientales. El programa no solo aumenta la concienciación sobre el valor de la biodiversidad y fomenta el interés por las carreras relacionadas con la conservación y la gestión medioambiental, sino que también fomenta el orgullo y el sentimiento de apego a la protección de los ecosistemas locales. La mejora de las infraestructuras escolares y del material educativo crea un entorno de aprendizaje más funcional, fomentando la asistencia a la escuela. A nivel comunitario, el acceso al agua potable a través de pozos, a alimentos nutritivos gracias a los huertos y a las donaciones de carne también aumenta la asistencia a la escuela y el bienestar, al tiempo que reduce la dependencia de prácticas nocivas como la caza furtiva.
Beneficiarios
Aproximadamente 2.000 escolares y sus profesores de 10 escuelas diferentes, que acceden a una educación para la conservación y a mejores condiciones de aprendizaje. En general, est. 15.000 miembros de la comunidad del distrito de Bikita se benefician de un mejor acceso a los recursos.