El propósito de este componente fue sensibilizar a la población urbana a fin de fomentar prácticas de ahorro para atender la demanda social pendiente. Se hizo un llamado a la población para ahorrar agua y evitar, por ejemplo, riego de jardines, lavado de carro, las denominadas piscinas portátiles que para ser llenadas requieren de 7,000 litros del líquido, cantidad equivalente a 15 días de consumo familiar, según cifras que maneja la Superintendencia Nacional de Servicios de Saneamiento- Sunass.
Se transmitieron mensajes sencillos y clave, algunos de los que se transmitieron fueron: una familia (de seis miembros) en las ciudades debe consumir entre 15 y 18 metros cúbicos al mes, sin embargo, el real consumo es entre 20 y 25, “entonces las familias están derrochando el líquido”.
Se promovió la adopción de cambios de hábito de consumo en los hogares, por ejemplo, introducir en el tanque del inodoro una botella con agua, con lo que se ahorraría hasta dos litros del líquido por cada descarga. Plantear duchas de cinco minutos y cerrar la llave mientras se enjabona. Así, se podría ahorrar hasta 40 litros de agua.