Integrar la Eco-RRD en los procesos de planificación del desarrollo local y nacional

El proyecto diseñó una plantilla de Planificación de un Desarrollo Verde y Resiliente para su uso en las aldeas, y propuso un modelo para ampliar la planificación local con el fin de integrar los ecosistemas y las catástrofes a nivel de paisaje. Se llevaron a cabo evaluaciones de cartografía comunitaria, modelización SIG y teledetección para comprender mejor los cambios actuales e históricos en el riesgo de catástrofes, la salud de los ecosistemas y el uso del suelo, teniendo en cuenta el cambio climático. También se llevó a cabo una evaluación de la visión con la comunidad local para comprender mejor las necesidades de desarrollo de la comunidad.

En la plantilla, el proceso de planificación comienza con un examen exhaustivo de las condiciones físicas, sociales, culturales, religiosas y socioeconómicas existentes, así como con la identificación y localización de los principales peligros y zonas propensas a las catástrofes mediante consultas a la comunidad, visitas sobre el terreno y conocimientos de expertos locales. Una vez recopilada la información, se anima a las comunidades a debatir e identificar las prioridades de desarrollo local con respecto a los medios de subsistencia, el desarrollo del pueblo, la prevención de catástrofes y la mejora de la resiliencia de la comunidad. El plan final consiste en un mapa del desarrollo de la aldea, acompañado de un breve informe en el que se explican las conclusiones, los objetivos de desarrollo y las estrategias.

El proyecto se dio cuenta de que sería más útil integrar el proceso de planificación del desarrollo del proyecto en los procesos de desarrollo local institucionalizados. Debido a algunas dificultades en este sentido (véanse las lecciones aprendidas), el proyecto aprovechó la ubicación de las siete aldeas objetivo, que se encontraban dentro de los límites del Área Protegida de Shah Foladi, e influyó en el diseño del plan de gestión del área protegida para ampliar las medidas basadas en el ecosistema dentro del paisaje más amplio.

Uno de los retos a los que se enfrentó el proyecto fue cómo apoyar mejor la integración de elementos de Eco-DRR en la planificación del desarrollo local en Afganistán. Aunque el proyecto empezó creando los planes de desarrollo ecológico y resiliente que se utilizarían en el marco del proyecto, decidió influir en el proceso de planificación del desarrollo existente en el marco del Programa Nacional de Solidaridad (PNS) del Gobierno. Sin embargo, el PNS está siendo revisado y se está elaborando un nuevo proceso a nivel nacional. Por lo tanto, el proyecto no pudo integrar la planificación del desarrollo verde y resiliente en el PNS. Sin embargo, ha puesto todo en marcha para que esto pueda ocurrir en el futuro.

Garantizar una utilidad sostenida

Para que el producto final tenga valor práctico, el modelo debe i) alojarse en un lugar conveniente y propicio para la planificación del uso del suelo, ii) alojarse en un lugar libre de elementos ambientales (lluvia, viento, agua salada, etc.), iii) ser visible por los organismos de planificación comunitarios/estatales, iv) revisarse periódicamente para incorporar la información espacial a los ejercicios de planificación en curso.

- Un espacio/agencia de acogida libre de elementos medioambientales

- Entusiasmo por el uso por parte de grupos de planificación estatales y comunitarios

Si se puede comprar/proporcionar una funda, cubrir el modelo prolongará su vida útil durante años.

Control del pez león en zonas inaccesibles para los pescadores

Cuando la extracción comercial del pez león no es práctica o no está permitida (como en las zonas protegidas), o si la presión pesquera actual no es suficiente para suprimir las poblaciones de pez león por debajo de los objetivos de gestión específicos del lugar, se puede recurrir a una combinación de métodos de extracción alternativos para reducir las poblaciones de pez león, entre los que se incluyen:

  • sacrificio mediante buceo, ya sea por parte de los gestores de las zonas protegidas o de los operadores de buceo

  • competiciones de sacrificio del pez león (también conocidas como derbis o torneos)

  • las trampas de aguas profundas, aún en fase de diseño, pueden utilizarse como herramienta dentro de un paquete de medidas de gestión del pez león.

Es posible que varias partes interesadas tengan que llevar a cabo una o varias de estas actividades en un lugar determinado para alcanzar el nivel deseado de supresión del pez león.

  • Deben conocerse los objetivos de gestión del pez león para poder identificar los lugares controlados de forma ineficaz.
  • Un grupo de trabajo sobre el pez león debe estar activo para que la gestión de los lugares prioritarios se base en los mejores conocimientos disponibles.
  • El sacrificio con escafandra autónoma requiere un sector del submarinismo activo e informado, así como capacidad para una gestión adecuada y la aplicación de la normativa (por ejemplo, para evitar que los submarinistas capturen otras especies mientras llevan a cabo el sacrificio del pez león).
  • Dada la naturaleza generalizada de la invasión del pez león y los recursos limitados, es poco probable que las poblaciones de pez león puedan controlarse en todas las áreas de importancia para la conservación. Por lo tanto, los lugares de gestión deben priorizarse a través de un grupo de trabajo sobre el pez león, en consulta con las comunidades y las partes interesadas.
  • El sacrificio puede dañar los arrecifes si no se gestiona adecuadamente: los buceadores inexpertos pueden dañar los corales con los arpones, o un permiso especial para el sacrificio del pez león puede dificultar la aplicación de actividades que de otro modo estarían prohibidas (por ejemplo, la pesca submarina dentro de zonas protegidas). Estos problemas deben abordarse antes de poner en marcha cualquier programa.
  • Los torneos de pesca del pez león no proporcionan extracciones lo suficientemente regulares como para mantener la supresión de la población del pez león si no se combinan con estrategias adicionales. Sin embargo, constituyen una excelente oportunidad para aumentar la concienciación.
  • El riesgo de que las trampas causen daños físicos a los arrecifes o capturen especies accesorias debe eliminarse antes de introducir las trampas.
Poner en marcha una campaña de sensibilización

Para establecer un mercado comercial del pez león, es importante comprender las percepciones de las partes interesadas (en particular, los pescadores y los propietarios de restaurantes) y del público en general con respecto a la captura y el consumo del pez león. Por ejemplo, en una encuesta realizada al público en general en Belice en 2015, alrededor de la mitad de los encuestados que no habían comido pez león afirmaron que no probarían una muestra gratuita porque creían que era peligroso. Además, la explotación del pez león se asoció significativamente con el conocimiento sobre la invasión.


Una vez identificados los obstáculos y los conceptos erróneos en torno a la captura/comida del pez león, pueden resolverse mediante la elaboración de un programa de divulgación específico con el público en general y una campaña de marketing social dirigida a restaurantes y consumidores que informe a la gente sobre la invasión del pez león de una manera que refleje las preocupaciones y los valores locales.

Las actividades pueden incluir

  • demostraciones culinarias
  • presentaciones educativas
  • degustaciones de pez león (en colaboración con restaurantes y cocineros locales)
  • talleres de manipulación segura
  • puestos interactivos y educativos con degustadores de pez león

Encuestas especializadas con grupos concretos:

  • entrevistas con pescadores para conocer los obstáculos a la pesca del pez león, incluida la viabilidad económica de los mercados del pez león en comparación con los mercados pesqueros tradicionales
  • Cuestionarios con propietarios de restaurantes y proveedores de marisco para conocer las actitudes ante el pez león y los obstáculos a su explotación.
  • encuestas entre el público en general para evaluar sus conocimientos sobre la invasión y su percepción del pez león como plato de marisco

Para llegar a un público más amplio, las actividades de sensibilización pueden celebrarse en muchos tipos de eventos, como festivales gastronómicos, torneos de pesca del pez león, y con escuelas, restaurantes y excursiones de buceo recreativo.

Lo ideal es que los talleres de manipulación segura se lleven a cabo como un intercambio de conocimientos, dirigidos por un pescador o pescadores que ya se dediquen a la pesca del pez león.

Planificación de las gestión del AP del Parque Nacional Natural Resguardo Indígena Yaigojé Apaporis desde la cosmovisión indígena

Con la creación del Parque Nacional Natural - Resguardo Indígena Yaigojé Apaporis nació una nueva forma de relacionamiento entre pueblos indígenas y Estado colombiano. Fue necesario buscar mecanismos para asegurar la gobernabilidad y la conservación integral de sus sistemas de vida, sin interferir los derechos de dichos pueblos a su autonomía territorial ni al manejo cultural que tradicionalmente han efectuado. Una vez creado el Parque, se inició el proceso de formulación de su Régimen Especial de Manejo (REM), por medio del cual se genera la administración conjunta entre Parque Nacionales Naturales de Colombia (PNNC) y la Asociación de Capitanes Indígenas de Yaigojé Apaporis (ACIYA). Para establecer el REM, se requirió una metodología de investigación propia o endógena, propuesta por los mismos pueblos indígenas, y apoyada por la experiencia de la Fundación GAIA Amazonas. Esta metodología se basó en lineamientos emitidos en un Congreso Indígena amazónico, donde se identificaron todos los temas que serían recopilados en cada uno de los pueblos indígenas, para guiar la elaboración del REM. De este modo se promovió la participación de las comunidades con tres representantes indígenas y un shamán.

  • Figura legal del REM que mantiene la inalienabilidad de los territorios indígenas cuando adquieren una categoría de Parque Nacional.
  • Desarrollo de una metodología propia y adecuada, liderada por la Fundación GAIA Amazonas en conjunto con las organizaciones indígenas, para establecer los lineamientos del REM de acuerdo a las particularidades del Parque y del Régimen.
  • Disponibilidad financiera de recursos del Estado y de apoyo externo para un proceso participativo de construcción del REM. 

El proceso de investigación para elaborar el REM se llevó a cabo en dos años, y en el Convenio de Cooperación 011 de 2013 entre PPNC y ACIYA, se estableció un plazo prudencial de cinco años para la construcción, formalización e implementación conjunta del REM. Este proceso de investigación permitió lo siguiente:

  • Rescatar los valores ancestrales.
  • Promover una mayor vinculación de los jóvenes en el proceso de elaboración del REM
  • Revalorizar los conocimientos tradicionales.
  • Generar un mayor relacionamiento de coordinación y gestión del área entre el personal de PPNC y los pueblos indígenas.
  • Generar una comprensión de las características biológicas del territorio y su valor cultural para el diseño de las estrategias de manejo del Parque.
  • Constituirse en un modelo a replicar en otros REM existentes en la Amazonía colombiana, pues permite integrar para el conocimiento tradicional del uso de los recursos naturales con las políticas de PNNA respecto del manejo de áreas protegidas.
Organización social local y apoyo del Gobierno nacional para la creación del área protegida

En 1988 se creó el Resguardo Indígena Yaigojé Apaporis por solicitud de los pueblos indígenas Tanimuca, Yucana, Letuama, Matapí, Cabayari, Macuna, Barazano y Yujup-Macú. Posteriormente, en el 2008, mediante consenso en asamblea extraordinaria de las Autoridades Tradicionales y los Capitanes Indígenas (ATCI), estos pueblos decidieron solicitar la creación de un Parque Nacional superpuesto con los límites del Resguardo Indígena, considerando que esto eliminaría el desarrollo de actividades mineras y de explotación que pusieran en riesgo la biodiversidad y sus sitios sagrados, y por lo tanto, sus usos y costumbres, composición social y entorno ambiental.

La creación del Parque Nacional Natural – Resguardo Indígena Yaigojé Apaporis tiene un largo proceso de trabajo con la Fundación GAIA Amazonas, la cual contó con el apoyo técnico y  financiero de la Fundación Gordon y Betty Moore. La decisión de pasar a un Régimen Especial de Manejo (REM) debía tener pleno respaldo local, asegurar la autonomía de los pueblos indígenas y fortalecer sus sistemas tradicionales; además, era necesario que los pueblos indígenas cuenten con facultades de negociación y coordinación para poder establecer acuerdo con el Estado.

  • Comunidades indígenas tradicionales empoderadas en la toma de decisiones.
  • Marco legal de Colombia reconoce la autonomía indígena y su rol como autoridades públicas y ambientales en sus territorios.
  • Disponibilidad financiera de recursos del Estado y de apoyo externo para un proceso efectivo de consulta previa informada.
  • Experiencia exitosa de relacionamiento entre PNNC, la autoridad indígenas y la sociedad civil (ONG) para fortalecer la gobernanza ambiental del territorio.

Tomada la decisión de crear el parque, el siguiente paso fue el acuerdo entre Parques Nacionales Naturales de Colombia (PNNC) y la Asociación de Capitanes Indígenas de Yaigojé Apaporis (ACIYA) para llevar a cabo un proceso de consulta previa, libre e informada, que permita mayor participación social  y una construcción colectiva en cuanto a definición de límites, extensión del área, objetivos de conservación y construcción conjunta del REM. Como resultado de esto, las ATCI establecieron acuerdos de gestión entre el Estado y las autoridades indígenas donde se asegura que el manejo integral del área se haría con base en el conocimiento tradicional y reglamentos recibidos en concordancia con la forma de concebir el mundo de cada uno de los siete pueblos indígenas y sus 19 comunidades, respetando la autonomía indígena, el derecho sobre sus tierras comunales, sus sitios sagrados y sus valores culturales. Fue así como, en octubre de 2009 se declaró la constitución del PNN Yaigojé Apaporis.

Guardaparques comunales en la gestión participativa

La conservación participativa es un principio por el cual parte la estrategia de protección y conservación que se aplica en el PNCAZ, pues uno de los retos es cumplir con un efectivo control y vigilancia del AP, con sólo 45 guardaparques, para una extensión de más de 1.35 millones de hectáreas, y con un perímetro de casi 1.000 km. Por ello fue necesario generar una estrategia de participación para su conservación, con guardaparques comunales, de modo que se incorporen a las estrategias de Control y Vigilancia,  en el marco del Plan Maestro del Parque, los frentes de defensa de las poblaciones, rondas campesinas, e incluso las propias autoridades locales. Todos ellos han adquirido un compromiso por ayudar en la conservación y protección del parque, o en definir y planificar los asentamientos de las poblaciones para impedir su avance, y el cambio de uso del suelo.

  • Estrategia de Control y Vigilancia con apoyo de guardaparques comunales.
  • Alto involucramiento de las autoridades locales y de las comunidades locales en la gestión participativa del área.
  • Visibilidad de la importancia de la conservación de los bosques, su diversidad biológica y sus servicios ecosistémicos para el desarrollo local. 

Como parte de las estrategias generadas para mejorar la efectividad de la gestión del PNCAZ se ha logrado fortalecer el frente de protección del parque. De esta manera, además de contar con 45 guardaparques oficiales contratados por CIMA y reconocidos oficialmente por el SERNANP, también se cuenta con la presencia de guardaparques comunales, seleccionados en las asambleas de sus respectivas comunidades. Los guardaparques comunales rotan cada dos meses en los puestos de control del área protegida, con lo que apoyan directamente la protección del Parque, pero se mantienen integrados a sus propias comunidades.  Con esta estrategia se busca generar un ambiente favorable y de colaboración con las comunidades locales para la implementación de las acciones de conservación del parque, de modo que esto ha permitido mantener una co-gestión del territorio y un trabajo conjunto.

Herramientas innovadoras para un modelo de gestión participativa de la conservación

El manejo de un área protegida de más de 1.35 millones de hectáreas y la alta actividad humana en su zona de amortiguamiento (2.3 millones de hectáreas), han demandado la generación de herramientas de gestión innovadoras, enfocadas en la participación social. Es así que CIMA implementa un Modelo de Intervención conocido como FOCAL, el cual se está incorporando en otras AP del país, y que cuenta con herramientas como:

  • Mapeo de Usos y Fortalezas(MUF): Reúne información socioeconómica de comunidades y centros poblados, sus necesidades y percepciones en cuanto al área, y uso de recursos naturales, para identificar organizaciones locales con las cuales se debe establecer alianzas para implementar acciones de conservación.
  • Zonificación Participativa Comunal (ZPC): Guía el proceso de desarrollo de una zonificación ecológica económica a nivel nivel comunal para lograr la concertación de la población respecto a la utilización sostenible de su territorio y sus recursos naturales.
  • Normas de Convivencia: Permiten alcanzar acuerdos a nivel del centro poblado o comunidad, definen códigos de comportamiento, y brindan estabilidad al proceso de planificación o a los Planes de Calidad de Vida que se elaboren posteriormente.
  • Herramientas de gestión innovadoras enfocadas en la participación social.
  • Empoderamiento de comunidades locales.
  • Asistencia técnica y acompañamiento para el desarrollo de proyectos productivos.
  • Acuerdos locales para apoyar la gestión del área.
  • Promoción de mejoras en la calidad de vida de las poblaciones locales.

Los planes de calidad de vida que elaboran las comunidades, con una visión de 10 años, se basan en que las comunidades definan su propio concepto de calidad de vida, enmarcado en Normas de Convivencia. Para la planificación e implementación de estos planes es clave el apoyo técnico de CIMA, y los recursos financieros que aporta Althelia. Su implementación ha permitido el fortalecimiento institucional de organizaciones comunales y de capacidades locales para llevar a cabo iniciativas productivas y realizar gestiones comunales con autoridades competentes. Además, con la finalidad de consolidar los Planes de Calidad de Vida, CIMA suscribe Acuerdos Azules o Acuerdos de Conservación con las comunidades o poblados como una muestra de compromiso sostenido. Así, ambos actores se comprometen a asumir responsabilidades concretas en el tiempo; mientras que la Jefatura del PNCAZ y las autoridades locales de cada centro poblado ejercen un rol de supervisores del cumplimiento de dichos compromisos.

Modelo de co-gestión para una mayor sostenibilidad financiera del área protegida

Si bien el PNCA contó con apoyo financiero durante el período 2008-2013, estas fuentes no son consideradas sostenibles a largo plazo, por lo que CIMA viene buscando mecanismos para mejorar la sostenibilidad financiera del parque. Uno de ellos fue diseñar el proyecto REDD+ Cordillera Azul, dentro del cual CIMA y The Field Museum of Chicago (como socio estratégico) desarrollaron un documento técnico para comprobar de qué manera el PNCAZ ha evitado la emisión de más de 1,6 millones de toneladas de CO2 al año por deforestación, y casi 13 millones de toneladas de CO2 durante el periodo 2008-2015. Por esto llegó a considerarse un megaproyecto REDD+, validado por estándares internacionales, como el Voluntary Carbon Standard (VCS), y el Climate, Community and Biodiversity Standards (CCB), los cuales buscan dar legitimidad y credibilidad, ante los mercados voluntarios, por medio de certificados de reducción de emisiones de gases de efecto invernadero no emitidos. Gracias a estos certificados, el proyecto pudo obtener su registro en Markit, una herramienta para administrar internacionalmente los créditos globales de carbono, lo que dio paso a que CIMA trabaje en procesos de negociación de créditos de carbono en el ámbito internacional.

  • Compromiso de 20 años de una ONG como organización ejecutora del Contrato de Administración Total del PNCAZ, la cual busca mecanismos para  la sostenibilidad financiera de su gestión.
  • Reconocimiento a nivel mundial del aporte de los servicios ecosistémicos a comunidades locales y a nivel nacional, y la promoción de su valoración económica, que permitió generar el proyecto REDD+ del PNCAZ.
  • Articulación de la estructura de co-gestión con un socio financiero que permita mayor sostenibilidad.

Producto de los procesos de negociación de créditos de carbono en el ámbito internacional, a fines del 2014 CIMA logró sumar un socio financiero clave: Althelia Climate Fund, con quien tiene un contrato hasta por lo menos el año 2021. Eate contrato le permite recibir fondos para las operaciones anuales del parque a cambio de un número determinado de créditos de carbono generados por el proyecto REDD+ Cordillera Azul. Esto permitió desarrollar un mecanismo de sostenibilidad financiera que ha permitido invertir en el fortalecimiento de las capacidades de gestión del área protegida, implementar iniciativas de conservación local y educación ambiental, e invertir en las actividades productivas sostenible que realizan las comunidades locales y organizaciones sociales, de modo que la conservación y protección del parque sea una realidad.

Alianza público-privada para la gestión efectiva del área protegida

El marco regulatorio de las áreas protegidas en Perú propicia un enfoque de co-gestión y trabajo participativo, y permite la suscripción de Contratos de Administración entre el Estado peruano y organizaciones privadas sin fines de lucro, como un mecanismo efectivo de apoyo a la gestión. En este contexto, el Parque Nacional Cordillera Azul (PNCA) tuvo, desde su creación, el apoyo técnico de la ONG Centro de Conservación, Investigación y Manejo de Áreas Naturales – Cordillera Azul (CIMA – Cordillera Azul). Años más tarde, en el 2008, el Estado firmó con CIMA un contrato de administración total de operaciones del Parque por un período de 20 años. En este marco se suscribió un Acuerdo de Desarrollo Global (GDA) entre la Agencia de los Estado Unidos para el Desarrollo Internacional (USAID), la Fundación Moore, la Fundación MacArthur, The Field Museum of Chicago y CIMA, para conjugar esfuerzos hacia la conservación del PNCAZ y contar con apoyo financiero durante el período 2008-2013. Esto permitió establecer una visión a largo plazo para la gestión adaptativa del PNCAZ, implementar un modelo de gestión participativa, y alcanzar mayor sostenibilidad financiera a través del apalancamiento de fondos para el PNCAZ.

  • Marco regulatorio de las AP en Perú promueve la cogestión y el establecimiento de alianzas público-privadas.
  • Compromiso de largo plazo (20 años) de una ONG como organización ejecutora del Contrato de Administración Total del PNCAZ.
  • Trabajo coordinado entre ONG que administra el Parque con entidad de gestión pública, gobiernos regionales y locales, y comunidades de la zona de amortiguamiento.

El mecanismo de co-gestión a través del contrato de administración total del PNCA por parte de CIMA fue clave para la efectividad de la gestión del parque ya que CIMA no solamente cuenta con las habilidades de gestión de áreas protegidas, sino que, además, ha logrado implementar elementos fundamentales e innovadores para concretar esta gestión. Uno de estos elementos es haberse convertido en un agente articulador que permite promover y alcanzar el involucramiento tanto de los cerca de 120 poblados y comunidades nativas que habitan en la zona de amortiguamiento del área, como de las autoridades regionales y locales de los cuatro departamentos en los que se ubica el Parque (San Martín, Loreto, Ucayali y Huánuco). Con este modelo se busca el empoderamiento de las poblaciones vecinas al área protegida para la conservación y el desarrollo local, cuyo enfoque de trabajo responde al Plan Maestro del PNCAZ, elaborado a través del Comité de Gestión del área protegida, CIMA y el SERNANP.