
Apicultura con perspectiva de género para la protección de los manglares y los medios de subsistencia en Kwale y Tanga

El proyecto financiado por IKI-BMUKN Conservación transfronteriza y gestión sostenible de la biodiversidad costera y marina en Kwale (Kenia) y Tanga (Tanzania) apoya la conservación de la biodiversidad marina y costera a través de enfoques comunitarios y con perspectiva de género. Para reducir la presión sobre los ecosistemas de manglares, el proyecto introdujo la apicultura sostenible como medio de vida alternativo para las comunidades locales de Kwale y Tanga. La formación de tutores se desarrolla en dos partes: La primera se centra en la construcción de colmenas, la gestión de las colonias y la producción de miel. La segunda parte se imparte cuando la miel está lista para la cosecha y capacita para el procesado y la adición de valor, incluido el uso de la cera de abeja para fabricar productos como velas y ungüentos. Gracias a la tutoría y al diseño de una formación integradora, mujeres que antes estaban excluidas por tabúes culturales se han convertido en participantes activas en la apicultura. El proyecto apoya tanto la protección del medio ambiente como la generación de ingresos locales.
Contexto
Défis à relever
- Degradación del hábitat de los manglares
Los ecosistemas de manglares del condado de Kwale (Kenia) y del distrito de Mkinga (Tanzania) se enfrentan a importantes amenazas derivadas de la explotación insostenible para la obtención de productos madereros y no madereros, la conversión a la agricultura, la acuicultura y la contaminación. - Baja producción de miel y mala calidad
La producción es baja debido a la escasa cualificación de los apicultores, a colmenas y equipos de calidad inferior y a técnicas de recolección deficientes, lo que se traduce en una miel de baja calidad. Las cadenas de valor de la miel en Kwale y Mkinga carecen de vínculos estructurados con el mercado y de actividades de valor añadido, lo que limita el potencial de ingresos de la comunidad. - Capacidad técnica limitada
Los apicultores locales, el personal de extensión y los carpinteros carecen de las competencias adecuadas y de formación, lo que repercute significativamente en la ocupación de las colmenas y la producción de miel. - Exclusión de las mujeres de la apiculturapor razones de género: Durante generaciones, la apicultura en las comunidades costeras de Kenia se ha considerado una práctica dominada por los hombres, profundamente arraigada en las normas tradicionales y religiosas, lo que negaba a las mujeres el acceso a los beneficios económicos y sociales de la producción de miel.
Ubicación
Procesar
Resumen del proceso
Los cuatro módulos están diseñados para funcionar como un proceso integrado que apoye una apicultura sostenible y dirigida por la comunidad. El análisis inicial de la cadena de valor (módulo 1) sentó las bases al identificar las lagunas de conocimientos, las deficiencias de los equipos y las oportunidades de intervención específica. Esto sirvió de base para el desarrollo de la formación de carpinteros (Building Block 2), que abordó la falta de colmenas de calidad y permitió la producción local utilizando diseños mejorados. Con colmenas de alta calidad disponibles a nivel local, el proyecto puso en marcha una primera fase de desarrollo de capacidades (Building Block 3), dotando a miembros seleccionados de la comunidad y a funcionarios públicos de conocimientos prácticos y teóricos para gestionar las colmenas con eficacia y compartir conocimientos mediante un modelo de formación de formadores. Una vez iniciada la producción de miel, la segunda fase de formación (Building Block 4) introdujo la instrucción práctica en la adición de valor y el desarrollo de productos, capacitando a los participantes para procesar y comercializar los productos de las colmenas utilizando materiales locales. Juntos, los bloques forman un enfoque gradual desde el diagnóstico hasta la capacitación y el desarrollo de productos, aumentando los resultados tanto ecológicos como económicos.
Bloques de construcción
Análisis de la cadena de valor de la miel de manglar
El proyecto llevó a cabo un análisis en profundidad de la cadena de valor de la miel de manglar en Kwale (Kenia) y Mkinga (Tanzania) para orientar las intervenciones estratégicas de apoyo a la conservación y los medios de vida locales. Utilizando la metodología ValueLinks, la evaluación identificó a los agentes y flujos de la cadena, incluidos apicultores, proveedores de insumos, talleres de carpintería, servicios de extensión, comerciantes y consumidores. Entre los principales problemas detectados figuran la falta de calidad de las colmenas, la escasa producción, la falta de formación y la debilidad de los vínculos con el mercado. La mayor parte de la miel se vende localmente con un valor añadido mínimo. El análisis reveló el potencial de la miel de manglar como producto ecológico de nicho. Las recomendaciones incluían la formación de apicultores y carpinteros, la promoción de la propiedad individual de las colmenas, el establecimiento de centros de recolección de miel y el fortalecimiento del acceso al mercado. Este análisis garantizó que las intervenciones del proyecto abordaran directamente las realidades sobre el terreno y sentó las bases para el trabajo de capacitación y comercialización que siguió.
Factores facilitadores
La presencia de socios técnicos activos como WWF, WCS, UICN, CORDIO y Mwambao creó una sólida red de apoyo beneficiosa para el análisis. Los carpinteros y proveedores de insumos locales, tanto en Kwale como en Tanga, ya estaban produciendo colmenas, lo que creó un punto de entrada práctico. Los apicultores y los funcionarios públicos aportaron datos de producción y opiniones sinceras durante las visitas sobre el terreno y las entrevistas, y el uso de la metodología ValueLinks ayudó a estructurar el proceso de cartografía.
- Participación y aportaciones de las principales partes interesadas, incluidos apicultores, funcionarios públicos y ONG.
- Datos existentes y conocimientos locales de iniciativas apícolas anteriores.
- Metodología clara (cuestionarios normalizados, entrevistas semiestructuradas, observaciones sobre el terreno) que garantiza una recopilación de datos coherente y verificable.
Lección aprendida
La realización de un análisis de la cadena de valor en las primeras fases del proyecto ayudó a ajustar las intervenciones a las necesidades reales. Los problemas de los apicultores, como la mala calidad de las colmenas, la escasa producción y la formación inadecuada, podían resolverse con un apoyo específico. Los colmenares colectivos solían ser ineficaces, por lo que promover la propiedad individual mejoró los resultados. La demanda de miel de manglar representa una oportunidad para la creación de marcas y la generación de ingresos, pero requiere inversiones en control de calidad y agregación. El mapeo de la cadena también reveló lagunas en la adición de valor y puso de relieve la importancia de la formación y la tutoría, especialmente a través de un enfoque de formación de formadores.
Formación de carpinteros para mejorar las colmenas
Tanto en Kwale (Kenia) como en Mkinga (Tanzania), las colmenas producidas localmente eran a menudo de calidad inferior y contribuían a la escasa ocupación de las colonias y al bajo rendimiento de la miel. El proyecto respondió identificando talleres de carpintería y formando a carpinteros seleccionados en la producción de colmenas mejoradas Kenya Top Bar Hives (KTBH) y otros modelos estandarizados. En Kwale se seleccionaron dos talleres (Lunga Lunga y Tiwi). Lunga Lunga ya producía colmenas a gran escala, pero necesitaba mejoras técnicas. En Mkinga, la formación tuvo lugar en la ciudad de Tanga. La formación hizo hincapié en las dimensiones correctas de las colmenas, los materiales adecuados y la biología apícola básica para garantizar que los carpinteros comprendieran la funcionalidad de cada característica del diseño. Tras la formación, los talleres siguieron produciendo colmenas para satisfacer la demanda local, lo que permitió a los miembros de la comunidad comprarlas en lugar de depender de donaciones. Esto contribuyó a que la población local se sintiera como propia y a crear un modelo sostenible de suministro de colmenas que pudiera ampliarse más allá del proyecto. Esta intervención también sentó las bases de un apoyo adicional a los apicultores, que ahora pueden acceder a mejores equipos en su región.
Factores facilitadores
Los talleres de carpintería existentes en Kwale y Tanga tenían experiencia en la producción de colmenas y estaban dispuestos a mejorar sus competencias. La demanda local de colmenas iba en aumento y la formación en apicultura se iba ampliando. El proyecto tenía acceso a expertos técnicos que podían orientar la formación, y las aportaciones de funcionarios apícolas y apicultores experimentados garantizaban la relevancia práctica. La formación también se benefició de un claro vacío en el mercado: las colmenas estándar no estaban disponibles o eran inasequibles antes de esta intervención.
- Disponibilidad de carpinteros locales cualificados en la comunidad.
- Disponibilidad de materiales locales adecuados para la construcción de colmenas.
- Directrices claras y especificaciones estándar proporcionadas por los formadores, directamente relacionadas con la biología de las abejas.
Lección aprendida
Los carpinteros locales estaban dispuestos a participar y podían absorber pedidos de gran volumen, pero no entendían las características clave del diseño si no recibían formación específica. El contenido de la formación debe ir más allá de la carpintería e incluir la biología de las abejas para garantizar la funcionalidad de las colmenas y la facilidad de inspección. La producción de colmenas de baja calidad provoca una escasa ocupación y una menor confianza en la apicultura como medio de vida. El control continuo de la calidad sigue siendo un reto y debe abordarse mediante un apoyo de seguimiento. El modelo funciona mejor cuando los carpinteros están integrados en los mercados locales e interactúan directamente con los apicultores. La formación de carpinteros también hace que la economía local pase de los modelos basados en donaciones a la iniciativa empresarial basada en la comunidad. Un entendimiento común entre apicultores, extensionistas y carpinteros ayuda a evitar desajustes entre el diseño de las colmenas y las prácticas de gestión. El éxito de este planteamiento demuestra que apoyar a los agentes anteriores de la cadena de valor puede mejorar los resultados para los usuarios finales.
Formación de formadores en prácticas apícolas sostenibles
Los apicultores de Kwale y Mkinga tenían un conocimiento limitado de la gestión mejorada de las colmenas y luchaban contra los bajos rendimientos, el manejo deficiente de los equipos y la falta de confianza en las prácticas apícolas básicas. Para subsanar esta carencia, el proyecto impartió un completo programa de Formación de Formadores (FdF) sobre prácticas apícolas sostenibles. Entre los participantes había apicultores seleccionados, mujeres y jóvenes, así como responsables de producción ganadera. La formación se centró en temas clave como la biología y ecología de las abejas, la selección del emplazamiento del colmenar, la gestión y multiplicación de colonias, el control de plagas y enfermedades, los servicios de polinización, el equipo apícola, el mantenimiento de registros y el impacto de los pesticidas en las abejas. También se trataron los productos de la colmena y la investigación actual en el sector. Se hizo hincapié en el aprendizaje práctico para garantizar que los participantes pudieran aplicar los conocimientos de inmediato y con confianza. La participación de agentes de extensión mejoró la capacidad institucional para apoyar a los apicultores más allá del proyecto. Se esperaba que las personas formadas transmitieran sus conocimientos y orientaran a otras en sus comunidades, contribuyendo así a una mayor adopción de prácticas mejoradas y a la sostenibilidad a largo plazo de la apicultura como medio de vida basado en la naturaleza en las zonas de manglares.
Factores facilitadores
- Participación activa y apoyo del gobierno local y los grupos comunitarios. La implicación de los responsables de ganadería aumentó la implicación institucional, y la presencia de abundante forraje y agua hizo que las mejoras técnicas tuvieran un impacto directo.
- Disponibilidad de colmenares adecuados para demostraciones prácticas. El enfoque de formación práctica fue clave.
- Uso de materiales de formación accesibles y explicaciones en el idioma local para mejorar la comprensión.
Lección aprendida
Sin formación práctica, muchos grupos tuvieron problemas con la gestión básica de las colmenas, las técnicas de recolección y el reconocimiento de la miel madura. Esto provocó bajos rendimientos, fugas de colonias e incluso el deterioro de la miel recolectada. El modelo de formación a distancia permitió compartir los conocimientos locales, pero la tutoría de seguimiento es fundamental para reforzar el aprendizaje y evitar lagunas en las habilidades. Incluir a funcionarios públicos en la formación resultó beneficioso, pues ayudó a salvar la distancia entre los productores y los servicios de apoyo. En algunos casos, los funcionarios de ganadería carecían de equipos de demostración y no habían recibido formación previa en gestión de colmenas, lo que limitaba su capacidad para apoyar a las comunidades. La formación debe incluir prácticas con colmenas reales, no sólo demostraciones. En el futuro, los ToT deberían recibir siempre cursos de actualización y facilitación para ofrecer un apoyo continuado en sus comunidades.
Aumento del valor añadido mediante la creación de productos apícolas con materiales disponibles localmente
La segunda fase de la formación en apicultura, impartida en Kwale, se centró en la manipulación postcosecha y el valor añadido de los productos de la colmena. Se diseñó como una actividad de seguimiento de la Formación de Formadores (FdF) para complementar los conocimientos técnicos adquiridos durante la primera fase. Entre los participantes había formadores en apicultura y miembros de grupos selectos que habían cosechado miel de sus colmenas. La formación abarcó técnicas adecuadas de recolección, higiene y métodos para procesar la miel cruda y los subproductos de la colmena, como la cera y el propóleo. Las sesiones prácticas permitieron a los participantes fabricar una serie de artículos comercializables, como velas de cera de abeja, crema corporal, bálsamo labial, barras de loción, pomada para quemaduras y jarabe para la tos. Para el envasado y el diseño de los productos se utilizaron materiales locales como cáscaras de coco, bambú y vidrio reciclado. La formación hizo hincapié en la calidad del producto, la vida útil y la marca para mejorar su comercialización. Esta fase también fomentó la innovación y el intercambio entre iguales, ya que los participantes compartieron ideas para utilizar los productos apícolas en la medicina tradicional o el cuidado personal. El componente de adición de valor refuerza el potencial de ingresos de los apicultores y apoya el objetivo más amplio de crear medios de vida sostenibles y compatibles con los manglares.
Factores facilitadores
Los participantes ya habían adquirido experiencia práctica en la primera fase de formación y estaban motivados para ampliar sus conocimientos. La disponibilidad de miel recolectada de colmenas instaladas anteriormente permitió una práctica inmediata. Los formadores aportaron experiencia en formulación y envasado de productos con materiales locales. El apoyo de las organizaciones locales y los puntos de agregación crearon vías para futuras ventas. El interés de la comunidad por los productos naturales ayudó a posicionar el valor añadido como una fuente de ingresos viable.
Lección aprendida
Muchos participantes no tenían conocimientos previos sobre la transformación de productos de la colmena y apreciaron el enfoque práctico. La demostración de opciones de productos con valor añadido aumentó la confianza y la motivación, especialmente entre las mujeres participantes. El uso de materiales de envasado conocidos y de origen local ayudó a reducir costes y aumentó la relevancia para los productores rurales. El aprendizaje entre iguales en el que se hizo hincapié en el enfoque de la formación de formadores demostró su eficacia, ya que algunos participantes empezaron a asesorar a otros sobre la adición de valor incluso antes de que existieran modelos formales de agregación. Formar a los participantes una sola vez no es suficiente; las sesiones de actualización y el apoyo continuado son esenciales para mejorar la calidad del producto y su preparación para el mercado. En general, la vinculación de la producción a la adición de valor fomentó una mayor apropiación de las colmenas y un compromiso a largo plazo con la apicultura.
Impactos
Socioeconómicos:
- Aumento de la colonización de las colmenas existentes, así como de la cantidad de colmenas nuevas.
- El rendimiento de la miel ha mejorado en varios grupos apícolas. Por ejemplo, el grupo Tunusuru pasó de 14 kg de miel inmadura y fermentada a 25 kg de miel madura de sólo 2 colmenas, alcanzando 12,5 kg por colmena, lo que supera el rendimiento medio de 10 kg por colmena.
- 21 mujeres han recibido formación en gestión de colmenas y adición de valor, lo que contribuye a los ingresos familiares y cambia la percepción de la comunidad.
- Se están fabricando localmente siete productos apícolas diferentes, como velas de cera de abeja, bálsamos labiales y cremas corporales.
Beneficiarios
- Grupos apícolas locales y miembros de la comunidad en el condado de Kwale (Kenia) y el distrito de Mkinga (Tanzania).
- Mujeres y jóvenes con acceso limitado a oportunidades de generación de ingresos
- Carpinteros locales en formación sobre construcción de colmenas
Marco Global para la Biodiversidad (GBF)
Objetivos de Desarrollo Sostenible
Historia

El zumbido del cambio: La apicultura y las mujeres de Yungi
La marea retrocede, revelando un estrecho sendero a través de la arena brillante, la única forma de llegar a pie a Yungi antes de que el mar recupere su paso. Aquí, en esta tranquila isla de la costa sur de Kenia, el tiempo parece ir más despacio. Al amanecer, Yungi cobra vida, no con los sonidos del tráfico o las máquinas, sino con la melodía de la naturaleza. Los pájaros llaman desde el antiguo bosque de Kaya, y sus cantos se mezclan con el zumbido constante de las abejas que zigzaguean entre los densos matorrales, recogiendo el néctar de las flores silvestres. Aquí es donde habla la tierra, y los que han vivido aquí el tiempo suficiente han aprendido a escuchar.
En el único punto de agua de Yungi, Khadijah y sus amigas van a buscar agua para el colmenar. Khadijah ha visto cambiar esta tierra y a sus gentes como cambian las mareas. Sus hijos crecieron aquí, con sus pequeños pies recorriendo los mismos estrechos senderos para ir a la escuela, más allá del manglar de Majoreni.
De niña, su padre la introdujo en la apicultura. Recuerda cómo se adentraba en los manglares y el bosque cercano para revisar sus cuatro colmenas de troncos, y cómo volvía a casa con miel dorada que almacenaba cuidadosamente, a la espera de un comprador que podía tardar semanas, incluso meses, en llegar. El aislamiento de la isla hacía que todo fuera lento: el dinero, el comercio y el progreso. Pero cuando él se fue, Khadijah no dejó que las colmenas se silenciaran: continuó su trabajo y pasó de sus viejas colmenas a seis, añadiendo dos propias, y luego recibió cinco colmenas Langstroth de la COMRED.
En cada cosecha, llenaba de miel sus jerricanes de 20 litros, esperando pacientemente un comprador. Durante años, vendió su miel a 250 chelines por kilo, sin saber nunca su verdadero valor. Además de dedicarse a la apicultura, se dedicaba a la agricultura para mantener a su familia, sabiendo que no tenía otra opción por ser la hija mayor. La apicultura era un legado, pero la supervivencia era un deber. No fue hasta que asistió a un curso de apicultura cuando se enteró de la verdad: su miel, procesada correctamente, podía venderse a 1.000 chelines por kilo. La noticia la golpeó como una ola contra la orilla. La miel no era sólo una tradición, sino un salvavidas, un puente hacia algo más grande.
Y ahora está construyendo ese puente. Es una frase tomada de su entrenamiento, pero en su mundo significa más. Se trata de superar retos, liderar a su pueblo y asegurarse de que nadie se quede atrás. Como matriarca, va por delante y las demás la siguen.
Las mujeres de Yungi no se detendrán ante nada hasta que sus colmenas estén llenas y su comunidad prospere.
(Fuente: COMRED)