Gestión sostenible de los recursos naturales bajo aspectos climáticos en territorios indígenas de La Mosquitia".

Solución completa
Huerto familiar en Mosquitia
GIZ

El proyecto "Gestión sostenible de los recursos naturales bajo aspectos climáticos en territorios indígenas de La Mosquitia", se desarrollará hasta 2023, con el objetivo de lograr un uso sostenible y adaptado al clima de los recursos naturales de la provincia. Se centra en reforzar las estructuras de gobernanza para animar a la población local a participar en la planificación.

El caso de Honduras / La Mosquitia ilustra la importancia de integrar las cuestiones de justicia en el proyecto durante las primeras fases de planificación. La integración de estas cuestiones en las estructuras y procesos de gobernanza en la zona del proyecto es esencial, aunque la gestión del proyecto también debe tenerlas en cuenta. Los puntos de entrada estratégicos para anclar las cuestiones de justicia incluyen el concepto de proyecto, la estructura de dirección, el sistema de seguimiento y evaluación (S&E) y el concepto de personal. Integrar las distintas dimensiones de la justicia (reconocimiento, procedimiento y distribución) a través de estos puntos de entrada es un requisito previo clave para que la justicia se tenga en cuenta en la ejecución del proyecto.

Última actualización: 22 Feb 2023
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Contexto
Défis à relever
Degradación de tierras y bosques
Pérdida de ecosistemas
Deficiente gobernanza y participación

La Mosquitia abarca los 12 territorios indígenas de los miskitu, con unos 100.000 habitantes. Más de la mitad de las familias rurales viven en la pobreza extrema, y el 85% de los hogares sufren escasez de alimentos. Las mujeres y los niños sufren especialmente los efectos de la pobreza.

Los bosques de la Mosquitia están en peligro por la deforestación ilegal derivada de la afluencia no regulada de ganaderos no indígenas y la falta de estrategias estatales y mecanismos de apoyo para el uso sostenible de los recursos naturales. Además, los consejos territoriales indígenas de Honduras apenas pueden ejercer la administración de sus propias tierras.

Por otra parte, el cambio climático amenaza los medios de vida de la población local, ya que las sequías, las inundaciones, los incendios forestales y las tormentas son cada vez más frecuentes, lo que ejerce presión sobre la agricultura y provoca pérdidas de cosechas. Los daños recurrentes y el rápido cambio de las condiciones climáticas superan las capacidades de adaptación de la población local.

Escala de aplicación
Local
Ecosistemas
Agroforestería
Tierras de cultivo
Selva baja caducifolia
Bosques tropicales de hoja perenne
Tema
Adaptación al cambio climático
Servicios ecosistémicos
Incorporación de la perspectiva de género
Gobernanza de las áreas protegidas y conservadas
Seguridad alimentaria
Medios de vida sostenibles
Poblaciones indígenas
Actores locales
Conocimientos tradicionales
Gestión del suelo
Agricultura
Cultura
Gestión forestal
Ubicación
La Mosquitia, Región Autónoma Costa Caribe Sur, Nicaragua
América Central
Procesar
Resumen del proceso

Los componentes básicos ponen de relieve la importancia de un enfoque basado en la justicia para el éxito de la ejecución del proyecto. Además, la implicación de la población local desde el principio, tanto en la planificación como en la ejecución de la adaptación basada en los ecosistemas (AbE) mediante enfoques agroecológicos, fue vital para dotar a las partes interesadas de un fuerte sentimiento de apropiación del proyecto y de reconocimiento político de su enfoque participativo. La filosofía del personal del proyecto de servir más como moderador del proceso entre las partes interesadas clave que como ejecutor técnico de las acciones sirvió para hacer partícipes a una amplia variedad de actores que centraron sus intereses individuales en la solución de problemas comunes, en este caso la AbE. Esto produjo efectos colaterales positivos, como puede verse por los "multiplicadores" comunitarios que prestan a sus comunidades una especie de asistencia técnica ya sin intervención del proyecto.

Bloques de construcción
1. Creación de un comité operativo con representantes de la población indígena, las autoridades locales y otras partes interesadas importantes para la gestión conjunta del proyecto.

En las zonas del proyecto, éste puso en marcha un comité operativo encargado de seleccionar las medidas locales de apoyo (por ejemplo, infraestructuras y desarrollo de capacidades), basándose en criterios mutuamente acordados, como la participación de las mujeres, el interés por la medida y sus posibilidades de ser sostenible.

Este órgano incluía a dos representantes (al menos una mujer) de cada uno de los cinco consejos territoriales, así como a representantes de los municipios (dos), los departamentos de silvicultura y agricultura (dos), las ONG locales (dos), una universidad (una), el Programa Mundial de Alimentos (uno) y la organización encargada de la ejecución, la GIZ (cuatro). El comité, que se reúne periódicamente cada tres meses, se ocupa de la gestión conjunta del proyecto, incluida la planificación anual, el seguimiento del proyecto y la gestión de riesgos y conflictos.

Factores facilitadores

Se expresó una importante demanda de mecanismos de participación más sólidos y de mayores esfuerzos para mejorar los medios de subsistencia locales, lo que supuso que ya se apoyara la creación de un comité operativo.

La GIZ lleva más de 15 años trabajando en la región y, por tanto, mantiene muy buenas relaciones a nivel local, lo que facilita el acceso a información importante y a portadores de información. Otro factor positivo fue la cooperación de un consorcio formado por una consultora internacional y una ONG internacional presente en la zona.

Lección aprendida
  • La gobernanza debe ser un elemento central de todo proyecto de AbE, si se quiere que siga las mejores prácticas de AbE basada en la justicia (es decir, que refuerce los derechos de los pueblos indígenas, especialmente de las mujeres, en la toma de decisiones y en la prevención o moderación de conflictos). Muy importante a este respecto es la sensibilización de las instituciones nacionales para que adapten sus normas y procedimientos a las necesidades de las comunidades indígenas.

  • La participación temprana de la población local en la concepción de los proyectos, junto con el recurso a expertos y conocimientos locales, son cruciales para lograr la aceptación del enfoque EbA. Además, en el proceso de evaluación de nuevos proyectos, es esencial que la población local esté debidamente informada y sea escuchada, para que pueda defender y priorizar adecuadamente sus demandas y necesidades.
2. Instalación de plataformas de resolución de problemas, que sirvan como grupos de trabajo para la resolución de conflictos y la creación de consenso, especialmente en cuestiones relacionadas con la tenencia de la tierra y el uso de los recursos.

El proyecto puso en marcha varias plataformas para la resolución de problemas (por ejemplo, una sobre la delimitación de fronteras entre unidades territoriales); las plataformas sirven como grupos de trabajo para la resolución de conflictos y la creación de consenso. Al crear las plataformas, el proyecto designó a miembros de los distintos grupos interesados, les proporcionó formación y orientación intensivas y estableció mecanismos de reclamación.

Factores facilitadores

La GIZ tuvo en cuenta la realidad de los grupos marginados de la población indígena y su visión del desarrollo. Para ello, involucró estrechamente a la población local en la concepción de los proyectos, basándose en el Consentimiento Libre, Previo e Informado (CLPI) como principio decisivo para la acción. Además, promover el diálogo entre las comunidades locales, los Consejos Territoriales y los Municipios es necesario para minimizar los conflictos y generar confianza entre los distintos actores.

Lección aprendida
  • Los sistemas de salvaguarda y los análisis de conflictos pueden ayudar a identificar los riesgos y a integrar las medidas adecuadas en el concepto y la ejecución del proyecto.

  • En la fase de planificación del proyecto, es crucial prever tiempo y presupuesto suficientes para el desarrollo participativo del enfoque del proyecto y para que los procesos de salvaguarda sean significativos.
3. Identificación de mecanismos flexibles de ejecución de proyectos, que puedan reflejar las demandas a nivel local (por ejemplo, contratación de empleados locales de la población miskitu).

Para ello, el proyecto contrató a dos agencias consultoras internacionales con una larga presencia sobre el terreno. En los documentos de licitación y el proceso de selección, la GIZ se centró en requisitos previos como la experiencia en prevención de conflictos y enfoques basados en los derechos humanos, así como en la justicia de género en particular. Sobre la base de los términos de referencia formulados por el proyecto, el consorcio contrató a empleados locales, que actúan como intermediarios de confianza, poseen las competencias lingüísticas y la empatía cultural necesarias, así como los conocimientos especializados y la comprensión de la lógica del proyecto desde la perspectiva del donante. Además, el proyecto contrató a consultores nacionales para reforzar las capacidades de la población local y sus instituciones.

Factores facilitadores

La GIZ celebró reuniones a nivel de aldea, territorio y zona del proyecto con los evaluadores del nuevo proyecto. Los resultados se sincronizaron con los planes de desarrollo local (planes de vida). Los factores cruciales fueron la consulta informada inicial y la participación de la población local en el diseño de los microproyectos y las oportunidades de empleo para el personal indígena. Otro factor es el principio del proyecto de no trabajar con la población, creando capacidades a nivel local en diversas aptitudes.

Lección aprendida
  • La aceptación y el éxito del proyecto dependen fundamentalmente de un planteamiento fuertemente orientado a la aplicación a nivel local y de carácter holístico, en el sentido de que se oriente a las necesidades locales.

  • Un diseño flexible del proyecto es clave para tener en cuenta las sugerencias de las distintas partes interesadas decisivas para la ejecución del proyecto.

  • El desarrollo de capacidades de manera formal (por ejemplo, diplomas) e informal ("multiplicadores" locales, aprendizaje horizontal a través del intercambio estructurado de experiencias, etc.) es clave para la sostenibilidad de las acciones.
Impactos

Al aplicar el enfoque del CLPI en su trabajo y contar con el apoyo permanente in situ de consultores técnicos sobre la cultura miskitu, el proyecto ha conseguido anclar los esfuerzos de desarrollo previstos en las comunidades locales y crear entre ellas un sentimiento de apropiación del proyecto. Mediante la aplicación de métodos de participación y resolución no violenta de conflictos, especialmente en lo que respecta a las cuestiones de tenencia de la tierra, el proyecto ha ayudado a resolver disputas fronterizas entre unidades territoriales vecinas y a pacificar las distintas corrientes dentro de la organización paraguas MASTA de los miskitu. Esto facilitó que los agentes estatales centrales y las administraciones indígenas colaboraran para resolver problemas y conflictos (por ejemplo, en relación con los planes de gestión forestal sostenible). Como resultado, estos grupos tienen ahora una mejor comprensión mutua de la situación de los demás, y los mecanismos de resolución de conflictos han mejorado. Los representantes de las comunidades indígenas aprecian mucho el carácter participativo e integrador de la planificación y ejecución del proyecto, que el comité directivo del proyecto también reconoce como ejemplar a nivel nacional. Como consecuencia, el proyecto sirve ahora de modelo para las intervenciones de organizaciones como el Departamento de Pueblos Indígenas y Afrohondureños de Honduras.

Beneficiarios

Actualmente se benefician directamente del proyecto 25 comunidades indígenas situadas en 5 de los 12 Territorios Indígenas, con una población de unos 12.500 habitantes.

Objetivos de Desarrollo Sostenible
ODS 5 - Igualidad de género
ODS 8 - Trabajo decente y crecimiento económico
ODS 10- Reducción de las desigualidades
ODS 13 - Acción por el clima
ODS 15 - Vida de ecosistemas terrestres
ODS 16 - Paz, justicia e instituciones sólidas
Historia

En la comunidad de Dakratara, Mosquitia, Honduras, vive Luz Bosen, una mujer comprometida con el cultivo de plantas y hortalizas para satisfacer las necesidades alimentarias de su familia y dar ejemplo a su comunidad. Antes de que el proyecto Pana Pana estuviera presente en Dakratara, la gente solía plantar cultivos básicos (arroz, frijoles, mandioca, plátano) en las llanuras de los ríos, lejos de la comunidad. El conocimiento de la población sobre los cultivos era escaso, razón que facilitaba la aparición de enfermedades y plagas vegetales. El resultado eran largos caminos y un bajo rendimiento de los cultivos, entre otros.

Pana Pana en acción

El proyecto Pana Pana de la Cooperación Alemana al Desarrollo (GIZ) ha desarrollado en La Mosquitia una práctica que consiste en un proceso de capacitación a través de la metodología de Escuelas de Campo, orientado a mejorar los sistemas productivos con la incorporación de alimentos diversificados y buenas prácticas agrícolas a partir del rescate de saberes y técnicas tradicionales. La Pana Pana establece el cultivo de varios cultivos en forma ordenada y a distancia en un mismo campo, levantando surcos o montículos para defender las semillas de inundaciones o sequías. Al acercar los campos y huertos a las viviendas, fue necesario enseñar la elaboración de abonos y pesticidas orgánicos para mejorar el suelo. La diversificación de especies vegetales ayuda en este sentido, pero también a mejorar la nutrición.

Luz, como líder de la comunidad, enseña ahora a sus vecinos a diversificar su dieta, a realizar su trabajo cerca de casa y a cosechar sus propios alimentos. Luz se ha convertido en una mujer de referencia en esta comunidad por su liderazgo y su huerto familiar diversificado, al igual que es una reverencia por ser un ejemplo de lo que las mujeres pueden conseguir.