Alianza público-privada para la gestión efectiva del área protegida

El marco regulatorio de las áreas protegidas en Perú propicia un enfoque de co-gestión y trabajo participativo, y permite la suscripción de Contratos de Administración entre el Estado peruano y organizaciones privadas sin fines de lucro, como un mecanismo efectivo de apoyo a la gestión. En este contexto, el Parque Nacional Cordillera Azul (PNCA) tuvo, desde su creación, el apoyo técnico de la ONG Centro de Conservación, Investigación y Manejo de Áreas Naturales – Cordillera Azul (CIMA – Cordillera Azul). Años más tarde, en el 2008, el Estado firmó con CIMA un contrato de administración total de operaciones del Parque por un período de 20 años. En este marco se suscribió un Acuerdo de Desarrollo Global (GDA) entre la Agencia de los Estado Unidos para el Desarrollo Internacional (USAID), la Fundación Moore, la Fundación MacArthur, The Field Museum of Chicago y CIMA, para conjugar esfuerzos hacia la conservación del PNCAZ y contar con apoyo financiero durante el período 2008-2013. Esto permitió establecer una visión a largo plazo para la gestión adaptativa del PNCAZ, implementar un modelo de gestión participativa, y alcanzar mayor sostenibilidad financiera a través del apalancamiento de fondos para el PNCAZ.

  • Marco regulatorio de las AP en Perú promueve la cogestión y el establecimiento de alianzas público-privadas.
  • Compromiso de largo plazo (20 años) de una ONG como organización ejecutora del Contrato de Administración Total del PNCAZ.
  • Trabajo coordinado entre ONG que administra el Parque con entidad de gestión pública, gobiernos regionales y locales, y comunidades de la zona de amortiguamiento.

El mecanismo de co-gestión a través del contrato de administración total del PNCA por parte de CIMA fue clave para la efectividad de la gestión del parque ya que CIMA no solamente cuenta con las habilidades de gestión de áreas protegidas, sino que, además, ha logrado implementar elementos fundamentales e innovadores para concretar esta gestión. Uno de estos elementos es haberse convertido en un agente articulador que permite promover y alcanzar el involucramiento tanto de los cerca de 120 poblados y comunidades nativas que habitan en la zona de amortiguamiento del área, como de las autoridades regionales y locales de los cuatro departamentos en los que se ubica el Parque (San Martín, Loreto, Ucayali y Huánuco). Con este modelo se busca el empoderamiento de las poblaciones vecinas al área protegida para la conservación y el desarrollo local, cuyo enfoque de trabajo responde al Plan Maestro del PNCAZ, elaborado a través del Comité de Gestión del área protegida, CIMA y el SERNANP.

ARPA: el programa de conservación de bosques tropicales más importante de Brasil, y mecanismos de sostenibilidad financiera del Parque Nacional de Jaú

El PN de Jaú representa una de las mayores extensiones de bosque húmedo tropical protegidas en el mundo, que protege gran parte de una cuenca hidrográfica de aguas negras. Por su importancia, esta AP fue priorizada por el Programa de Áreas Protegidas de la Amazonía (ARPA), un programa gubernamental de Brasil, creado en el año 2002, liderado por el Ministerio de Medio Ambiente, y gestionado por el Fondo Brasileño para la Biodiversidad (Funbio).

El programa ARPA cuenta con el financiamiento del Fondo Mundial para el Medio Ambiente (GEF), el gobierno alemán, el Fondo Mundial para la Vida Silvestre (WWF), el Fondo Amazonía, a través del Banco Nacional de Desarrollo Económico y Social de Brasil (BNDES), la Fundación Moore y, actualmente, empresas privadas que son donantes del programa. Tiene una vigencia de 13 años, y su objetivo es expandir y fortalecer el Sistema Nacional de Áreas Protegidas de la Amazonía en Brasil, mediante la protección de 60 millones de hectáreas de Unidades de Conservación en el bioma Amazónico; y asegurar la sostenibilidad de su gestión a corto y largo plazo. Se implementa en tres fases independiente y continuas. La primera entre 2003 y 2010, la segunda entre 2010 y 2015, y la tercera, con un plazo de 25 años.

  • Contexto nacional de mayor preocupación por la conservación de la Amazonía y el desarrollo sostenible, junto con el reconocimiento mundial de la importancia de los bosques tropicales.
  • Definición de políticas públicas regionales para la conservación y el uso sostenible de los bosques.
  • Presupuesto del programa ARPA de 2003-2015 de 236 millones de dólares.

La inclusión del PN de Jaú dentro del programa ARPA fue una estrategia indispensable para su conservación, al ser uno de los mayores programas de conservación de bosques tropicales del mundo, demostrando la implementación de un modelo para asegurar la captación y aplicación de los recursos financieros de manera rápida y eficaz. 

En su primera fase ARPA buscó la creación de nuevas AP; en la segunda fase, se enfocó en la consolidación del programa; y la tercera, tiene como objetivo consolidar las 60 millones de hectáreas de AP en la Amazonía, a nivel federal y estatal, y alcanzar la sostenibilidad financiera.

El apoyo provisto por ARPA permitió la creación de la RESEX del Río Unini, de manera que se consolidaron la RESEX y el PN de Jaú, a través del financiamiento de proyectos que permiten la generación de valor de conservación y mayores ingresos económicos para las comunidades. Así se contribuye a su sostenibilidad social, económica y de gestión de ambas unidades de conservación.

Gobernanza y participación de actores locales en el manejo y aprovechamiento de recursos naturales

A lo largo del proceso de creación de la Reserva Extractivista (RESEX) del río Unini, y en el marco del contrato de co-gestión del PN de Jaú, la Fundación Vitoria Amazónica (FVA) implementó metodologías innovadoras participativas de mapeo de uso de recursos naturales (RRNN) y ha venido invirtiendo en un proceso de fortalecimiento organizacional y de capacidades locales para el uso sostenible de los RRNN. Es de destacar  el desarrollo e implementación de una metodología para el monitoreo de uso de RRNN (SIMUR) en el río Unini. Esto sirvió de insumo para un proceso que se dio en el año 2008, posterior a la creación de la RESEX del río Unini, con el desarrollo e implementación de “Términos de Compromiso” con las comunidades del río Unini. Estos documentos representan acuerdos entre las 6 comunidades del PN de Jaú que viven en el río Unini y el Gobierno brasilero, con los objetivos de regularizar su permanencia dentro del Parque, y establecer un proceso de co-manejo entre la población local y la administración del Parque. Es así que la participación comunitaria en los procesos de toma de decisiones en las dos unidades de conservación (PN de Jaú y la RESEX del río Unini) fue y es fundamental para la gestión eficiente de ambas áreas.

  • Desarrollo de herramientas enfocadas en el manejo de conflictos socio-ambientales.
  • Promoción de la participación social en la gestión de unidades de conservación.
  • Zonificación de usos y aprovechamiento del área protegida establecidos con 3 distintas categorías, y aterrizado en el territorio gracias a un proceso participativo robusto.
  • Creación de la Cooperativa Mixta Agroextractivista del Río Unini (COOMARU), para el uso de los RRNN.

Diferentes procesos de planificación del manejo de ambas UC han permitido avanzar en el fortalecimiento organizacional y de capacidades locales para el desarrollo de actividades económicas. Por ejemplo, se creó la COOMARU, dedicada al comercio justo de la nuez brasileña, y al desarrollo de infraestructura básica para el almacenamiento y beneficio de productores agro-extractivistas. Además, los residentes de estas áreas son la principal fuente de información sobre los RRNN utilizados. Por lo tanto, los programas y proyectos que involucran la participación comunitaria en las etapas de recolección, sistematización, almacenamiento y análisis de datos tienen potencial transformador en el proceso de gestión de las UC, ya que ordena y clasifica la información sobre las actividades productivas y de subsistencia dentro y alrededor de estas zonas. Así, las dinámicas de formación a monitores de la comunidad y residentes, contribuyen a la formación de líderes comunitarios en la gestión de las AP.

La gobernanza efectiva desde la participación comunitaria

El marco jurídico boliviano establece el derecho legítimo de los grupos de actores locales a decidir sobre la gestión del las AP y sus recursos naturales. En el PN Noel Kempff Mercado, desde 1996 se desarrolló un modelo de gobernanza a través de la conformación de un Comité de Gestión, que se fue consolidando de manera paulatina, y que acompaña la planificación, toma de decisiones y logros alcanzados como resultado del manejo del área. Los actores que lo conforman provienen del sector gubernamental a nivel nacional, departamental y municipal; así como del sector no gubernamental, con la participación de la Fundación Amigos de la Naturaleza (FAN) durante el tiempo de co-administración del Parque (1995-2005). También cuenta con representantes de las siete comunidades indígenas y la Central Indígena del Bajo Paraguá. Adicionalmente, desde el año 2013 participan, solo con derecho a voto, dos instituciones gubernamentales adicionales que tienen importancia para el resguardo de los límites del área y para apoyar el desarrollo del AP y sus comunidades vecinas. Desde que se conformó el Comité de Gestión hasta la actualidad, su función ha sido actuar como un órgano fuerte de gestión del área protegida que no ha cesado en sus reuniones.

  • Marco Jurídico Nacional: Ley de Participación Popular, Reglamento General para la Gestión de AP.
  • Visión estratégica para implementar un modelo de gestión multidimensional basado en la inclusión de actores para la toma de decisiones.
  • Institucionalización del Comité de Gestión en el Plan de Manejo, como la instancia de representatividad de la población local.
  • Procesos de capacitación a los miembros del Comité de Gestión.
  • Institucionalización de procesos de consulta previa a las comunidades.

Gracias a los encuentros que mantiene el Comité de Gestión, las comunidades, las autoridades locales y la Administración del Parque son parte de las decisiones en torno a la planificación y gestión del AP; logrando establecer y fortalecer el vínculo entre la Dirección del Parque, los miembros de las comunidades y otros actores involucrados en su manejo.

Durante varios años, el traslado de los participantes a las reuniones fueron incentivadas y subvencionadas por proyectos del AP. Actualmente se realizan reuniones ordinarias cada cuatro meses, o se organizan reuniones extraordinarias según la necesidad; pero la movilización de los miembros requiere subvenciones del Parque.

La inclusión de la población local en la toma de decisiones permitió incorporar visiones distintas en relación al manejo del área, lo que fortalece su manejo y administración, y legitima las decisiones y la aplicación de estrategias, articulando un objetivo vital: mejorar la calidad de vida de las poblaciones locales.

Introducir la escanda como hábitat alternativo para las especies dependientes de los pastizales

Con la pérdida de grandes extensiones de praderas agrícolas en favor del maíz y la soja, y la falta de interés por instalar otras nuevas, la fauna que depende de este hábitat se ve inevitablemente afectada. Los pastizales de Norteamérica figuran entre los 21 ecosistemas más amenazados de la región. Muchas de las praderas que quedan, sobre todo en el este de Norteamérica, están casi totalmente integradas en paisajes agrícolas. Debido a los cambios en el paisaje, muchas aves en peligro de extinción y otros animales salvajes, incluidos los polinizadores, dependen cada vez más de la comunidad agrícola para la creación, el mantenimiento y la salud del hábitat.

También se observaron insectos beneficiosos como abejas, mariposas y otros polinizadores en los campos de escanda porque, a diferencia de los campos de maíz, trigo y soja, se permitió que crecieran otras hierbas entre las hileras de cultivo de escanda. El uso de la espelta en la rotación de cultivos de una explotación no sólo proporciona un hábitat crítico para la cría y zonas de alimentación para aves raras de pastizal, sino que también proporciona un hábitat adecuado para otras especies, aumentando así la biodiversidad.

Los resultados del estudio sobre las aves indican que los campos de escanda fueron utilizados por las especies objetivo durante todos los años del estudio. Desde el punto de vista de la conservación de la fauna, el estudio indica que los campos de escanda pueden tener un doble uso, como cultivo agrícola alternativo económicamente sostenible y como hábitat alternativo para especies de aves dependientes de pastizales. Los resultados del proyecto se presentaron en talleres para agricultores organizados por el USDA-NRCS y NJ Audubon.

Hacer que los consumidores redescubran la espelta como alimento sano y sin gluten, además de hábitat propicio para las aves.

Los consumidores han descubierto los beneficios para la salud de las variedades antiguas y la creciente popularidad de los productos sin gluten ha incrementado el uso de cereales especiales que no contienen gluten, como la espelta. Un informe de 2004 publicado por el Ministerio de Industria e Inversión australiano concluía que: "En la alimentación animal, la fibra de la cáscara de la espelta es especialmente beneficiosa para los rumiantes, como el ganado vacuno, ya que aumenta la digestibilidad del pienso y reduce los problemas de acidosis". La incorporación de la espelta a una rotación de cultivos y su uso para atraer a especies de aves en declive, puede ser un método útil para que las explotaciones atraigan clientela adicional a través de la observación de la fauna (eco-agiturismo). A través de este aspecto de valor añadido , el público puede educarse mejor sobre la importancia de apoyar la agricultura local, así como comprender la conexión entre la agricultura, la biodiversidad, el hábitat de la fauna silvestre, la vida silvestre a nuestros sistemas naturales y el suministro de alimentos.

En los últimos años, la espelta ha resurgido como un producto viable y un importante cultivo comercial, especialmente para los pequeños productores de cereales ecológicos y artesanales en el mercado de la alimentación sana, tanto en EE.UU. como en Europa. Se dice que es mucho más fácil de digerir que el trigo y que sus nutrientes son más "biodisponibles", es decir, más fácilmente accesibles durante la digestión.

La espelta, un cultivo no modificado genéticamente, tiene una estructura física y un periodo de crecimiento similares a los de las gramíneas autóctonas que se utilizan para el heno, por lo que es concebible que pueda satisfacer las necesidades de las aves que se reproducen en los pastizales de tierras altas y otros animales silvestres. La cosecha después de esta fecha no afectará a los meses de cría de las aves, a diferencia de la cosecha de los cultivos de heno de gramíneas de temporada fría o de otros cultivos de cereales como el centeno, la avena, la cebada o el trigo. Al incorporar la espelta a la rotación de cultivos del agricultor, este cultivo ofrece una alternativa para la diversidad económica, así como un hábitat crítico para la fauna silvestre con el fin de aumentar la biodiversidad.

Familiarizar a los agricultores con la espelta como cultivo respetuoso con las aves y económicamente viable

Es necesario que más agricultores conozcan la espelta y su utilidad en la producción de alimentos. A través de la divulgación y la demostración, puede ser una opción viable para que otros productores agrícolas la adopten en sus rotaciones, lo que diversificará sus ingresos agrícolas.

El coste/ingreso de producción de la escanda, comparado con el coste/ingreso de producción del trigo y la soja, resultó ser una opción mucho mejor para que los productores diversifiquen sus cultivos, debido al uso de la escanda en el mercado de consumo actual. La espelta tiene un mercado actual establecido tanto como pienso animal como grano para consumo humano.

A diferencia de los biocombustibles de heno o hierba, la espelta se planta con maquinaria agrícola convencional, por lo que no son aplicables los costes derivados de la obtención de equipos especializados de siembra o cosecha (como los de la hierba de temporada cálida), por lo que los agricultores se mostraron más dispuestos a probarla.

Realineación de la costa

En dos días se abrieron dos brechas de 20 m en el dique para permitir la entrada de las mareas. Antes de excavar las brechas, se elevó el dique secundario situado detrás del campo hasta la altura de marea de tormenta prevista de 1 en 50 años. A partir de las recomendaciones del "estudio de diseño e impacto", también se llevaron a cabo otras obras de ingeniería necesarias, concretamente el bloqueo de las alcantarillas de un canal de drenaje situado detrás del dique.

Antes de la década de 1950, cuando se construyó el dique (que se rompió en 2003), la zona que abarca el "Meddat Marsh Field" era un humedal costero. De hecho, un mapa del Ordnance Survey de 1872 mostraba que en ese campo parecía haber algunas marismas, así como marismas saladas (que en el mapa aparecían como "susceptibles de inundación"). Además, antes del proyecto, el campo era difícil de mantener seco y, como no se había arado, gran parte de la topografía (incluidos los arroyos relictos de marismas saladas) seguía presente.

El proyecto de la bahía de Nigg era el primero de este tipo en Escocia y, por tanto, no se tenía experiencia de las autorizaciones necesarias, ni de los procesos necesarios para obtenerlas, con arreglo al sistema escocés. En consecuencia, la RSPB elaboró una larga lista de posibles normativas afectadas y se consultó a los organismos pertinentes.

Aprender haciendo

El equipo tuvo en cuenta los acontecimientos ocurridos durante la larga fase de ejecución (11 años de obras y 5 de trabajos preliminares) para crear una solución EbA satisfactoria. En esencia, utilizaron la gestión adaptativa para su aplicación. De hecho, la gran inundación de 2005, en mitad de las obras, tuvo un gran impacto tanto en la zona como en la aplicación final de la solución. También tuvieron en cuenta las preocupaciones de la población (véase más arriba) para llegar a una solución final apreciada por muchos.

Disponer de espacio para permitir el desarrollo natural de la morfología fluvial a lo largo del tiempo.

La inundación reveló que las zonas sin césped sufrieron daños por erosión. La mejor protección se encontró cuando las medidas técnicas de protección de las orillas se complementaron con la plantación de sauces o césped. Especialmente las delgadas varillas de sauce que se desarrollan tras la tala cada dos o tres años proporcionan una sujeción excepcionalmente buena. Además, muchas de las nuevas estructuras que se desarrollaron debido a los "daños" de las inundaciones, como pozas, balsas y bancos de grava, están conectadas ahora con el río Isar, dependiendo de la descarga, y proporcionan hábitats para peces jóvenes y macroinvertebrados. Al mismo tiempo, el carácter biotópico de estas zonas se ve reforzado al permitir que la madera muerta permanezca después de la inundación. Estos pequeños biotopos se mantuvieron y protegieron con césped y sauce. En las superficies expuestas por la inundación, se desarrollaron al año siguiente comunidades de gramíneas delgadas pero ricas en flores de alto valor ecológico.

Equilibrio entre las distintas prioridades

En 1995 se creó el grupo de trabajo interdisciplinar "Isar-Plan", integrado por miembros de la ciudad de Múnich, la Oficina Estatal de Gestión del Agua de Múnich y el "Isar-Allianz". El grupo examinó la situación de las inundaciones, la necesidad de zonas recreativas a orillas del río y la biodiversidad de la zona. El estudio incluyó un atlas exhaustivo de la fauna y la flora, los usos públicos existentes y las cualidades espaciales, que más tarde se fusionaron en un análisis de conflictos y valores de todos los aspectos entre sí. A partir de estos resultados, se definieron los objetivos de desarrollo. Se eligieron medidas de defensa contra las inundaciones que mantuvieran en su mayor parte el sotobosque existente en los diques para conservar los ecosistemas y disponer de zonas de recreo. Se generó una capacidad de escorrentía suficiente ensanchando el lecho del cauce principal, lo que permite al mismo tiempo una estabilización casi natural y plana de las orillas del río.

La modelización hidrológica ayuda a determinar lo que se necesita y lo que es posible para restaurar el río y un caudal adecuado. Además, aunque la mayor parte del río en esa zona se había canalizado, una parte cercana a la ciudad había mantenido su carácter, por lo que podía servir como función modelo del río. Por último, era esencial una buena cooperación entre las partes interesadas para equilibrar las prioridades entre la protección contra las inundaciones, la naturaleza y las actividades recreativas.

El diseño de las rampas rugosas favorece el desarrollo natural del régimen fluvial. Con sus pozas, escalones de piedra y los bancos de grava e islas de piedra de grava aguas abajo tienen una importante función ecológica y contribuyen al desarrollo morfológico general del lecho del río. Además, constituyen un atractivo lugar de recreo. Las riberas de desarrollo dinámico son una característica especial del río natural, cambiando y retrocediendo durante los niveles altos de agua y la escorrentía de las crecidas. Sin embargo, para evitar la erosión en el futuro, se aplicaron medidas de protección de las riberas por motivos de seguridad. En el interior de la ciudad, el Plan Isar tuvo que hacer frente a varias restricciones para el desarrollo del río debidas a las infraestructuras existentes, y lidiar con los controvertidos debates públicos sobre dos diseños de restauración que competían entre sí (véase más arriba). Se llegó a un inteligente compromiso entre los dos diseños, con refuerzos construidos bajo tierra y cubiertos de vegetación para dar un aspecto naturalizado.