“Aprender haciendo” y monitoreo para incrementar capacidades y conocimientos
  • Se realizó una evaluación de vulnerabilidad socioambiental de 2 ejidos (211 familias) de manera participativa para identificar y priorizar las medidas de EbA.
  • Se proporciona apoyo técnico que complementa el conocimiento tradicional de las familias, para garantizar que las medidas de EbA contribuyan a la seguridad alimentaria y del agua.
  •     Se organizan intercambios y capacitaciones para productores, autoridades ejidales y municipalidades sobre cambio climático, seguridad alimentaria, manejo forestal sostenible y conservación del suelo.

Además, la solución se centró en generar evidencia sobre los beneficios de las medidas de EbA sobre el agua y la seguridad alimentaria:
 

  • En colaboración con la UICN y el Centro Internacional de Agricultura Tropical (CIAT), se realizaron encuestas de hogares para estudiar los beneficios de las medidas de la EbA o la seguridad alimentaria. La metodología conjunta también se aplicó en otros cinco países.
  •  Se desarrolló una metodología para comprender la efectividad de EbA en la seguridad del agua y se aplicó en La Azteca y Alpujarras. Los métodos incluyen: entrevistas, grupos focales y recolección de datos ambientales en el campo (por ejemplo, calidad del agua).
  • En la zona, CONAFOR implementa desde 2012 el Proyecto Bosques y Cambio Climático, destinado a reducir la vulnerabilidad climática de varios ejidos, a través de la protección y uso sostenible de bosques ejidales. Por su complementariedad, este proyecto crea condiciones habilitadoras para la adopción de medidas de AbE.
  • Hace años que UICN y sus socios abogan por la protección y uso sostenible de bosques en las cuencas del Volcán Tacaná. Habiendo trabajado previamente con el ejido La Azteca bajo el Proyecto Cahoacán, conocen bien la realidad local.
  • Manteniéndose el apoyo técnico a la zona por casi 15 años (desde 2004, por medio de diferentes proyectos), se obtiene un aprendizaje continuo y conjunto entre los asesores técnicos, los ejidatarios y las instituciones. Así se internaliza la problemática y se resuelven en equipo las vulnerabilidades identificadas. Al basarse en el enfoque de “aprender haciendo”, se fomentan los procesos iterativos y de apoyo mutuo, con lo que se logra un aprendizaje amplio, duradero y adaptativo.
Fortalecer la gobernanza para la adaptación

Dentro de las estructuras comunitarias, la Asamblea ejidal actúa como plataforma de gobernanza y es la máxima instancia de toma de decisión. Lograr la anuencia de la Asamblea fue un paso clave para iniciar y luego incrementar las gestiones de restauración del manglar en el ejido Conquista Campesina. Se desarrolló un programa ejidal para la conservación de humedales y sistemas acuáticos a través de la conservación voluntaria de tierras denominadas como “servidumbre ecológica”. Gracias a sus labores en torno al manglar, la organización ejidal ha mejorado y ha generado mayores vínculos institucionales, tanto estatales como federales, lo que también abre oportunidades para elevar las necesidades de adaptación a niveles más altos de gobierno. Con este fin de incidencia política, ejidatarios se presentaron en el VII Congreso Nacional de Investigación en Cambio Climático, apoyado por el recientemente re-activado Consejo Consultivo de Cambio Climático de Chiapas, para exponer sobre los beneficios de la AbE y presentar propuestas para que sus prioridades fueran tomadas en cuenta en la política estatal de cambio climático. Al hacer crecer la organización social, se contribuyó entonces a realzar la gobernanza para la adaptación desde lo local a lo estatal.

  •  El apoyo de la Asamblea ejidal favorece la implementación y seguimiento de las medidas de AbE, incluyendo el monitoreo y evaluación de la seguridad alimentaria (metodología social con encuenstas de hogar).
  • El Congreso Nacional de Investigación en Cambio Climático, con participación del Consejo Consultivo de Cambio Climático de Chiapas, ofrece una ventana de oportunidad para que grupos de interés, como los ejidos, presenten sus necesidades y propuestas relacionadas con cambio climático, ante diferentes entidades estatales.
  • La organización ejidal y el apoyo técnico fueron clave en la realización de las acciones de restauración, vigilancia y monitoreo, y también en la concertación de acuerdos, el escalamiento de la AbE, y el acceso a recursos financieros bajo programas federales (Pago de Servicios Ambientales de CONAFOR).
  • Dado el mosaico de regímenes de propiedad que existen en la costa del Estado de Chiapas, se considera que aquellos mecanismos de conservación cuyo principal motor es la participación activa y empoderamiento de los usuarios y propietarios de los recursos naturales, son la mejor alternativa para proteger los servicios ecosistémicos costeros y los medios de vida locales.
Aumento de la resiliencia ambiental y social por medio de la restauración de manglar

El ejido Conquista Campesina quiso restaurar el manglar y los servicios ecosistémicos que ofrece (diversidad biológica, calidad del agua, protección contra tormentas) con miras a robustecer su seguridad alimentaria y resiliencia ante el cambio climático. Se realizó primero la apertura de canales hidrológicos para reabastecer de agua zonas dañadas por sedimentación; luego se coordinó la colecta, translocación y siembra de propágulos en las áreas degradadas. Por medio del pago de jornales como incentivos para la restauración (Pago por Servicios Ambientales), estos esfuerzos también consiguieron beneficios económicos para la comunidad. A la vez que se mejoró la superficie de agua en las áreas de pesca, la comunidad se estaba protegiendo contra los vientos y mareas de tormenta en las zonas de colecta, pesca y vivienda. Además, se implementaron huertos familiares, agroforestería y apicultura en algunos solares (parcelas) para diversificar los productos de autoconsumo de las familias. Estos procesos ofrecieron medios de aprendizaje importante para los ejidatarios, hombres y mujeres, quienes adquirieron conocimientos técnicos (sobre restauración de manglar y manejo de plantas en asocio) y un mejor entendimiento de la relación entre cambio climático, conservación y seguridad alimentaria.

  • Las Asambleas ejidales son instituciones muy fuertes dentro de las comunidades de Chiapas. Su autoridad y sus decisiones son clave para la adopción de cualquier medida de gestión de los ecosistemas. Contar con la aprobación de la Asamblea, es contar con el respaldo de toda la comunidad.
  • Coordinado por Pronatura Sur A.C. y la CONAFOR, se cuenta con un mecanismo local de Pago por Servicios Ambientales (a través de fondos concurrentes) que apoya la restauración, protección y vigilancia de ecosistemas de manglar (~500 ha en total).
  • La posibilidad de acceder a un incentivo económico, en forma de pago de jornales, resultó motivacional y un medio efectivo para lograr la restauración de 4.1 ha de manglar en Conquista Campesina.
  • Los esfuerzos de restauración, despertaron el interés de los ejidatarios en otras oportunidades como la implementación de huertos familiares, agroforestería y apicultura en los solares (parcelas). Estos cambios (la obtención de nuevos conocimientos y productos para autoconsumo) resultaron convincentes para las familias al disminuir su dependencia de la pesca y del manglar.
“Aprender haciendo” y monitoreo para incrementar capacidades y conocimientos

Al apoyar a ejidatarios a implementar medidas de AbE, se genera un proceso de “aprender haciendo” que además de enseñar, pretende generar evidencia sobre los beneficios de dichas medidas y crear condiciones para su sostenibilidad y escalamiento.

  • Se aplica CRiSTAL - analisis de vulnerabilidad
  • Se aprueba la restauración y vigilancia del manglar como medidas de AbE (4.1 ha).
  • Se brinda apoyo técnico a 33 ejidatarios (hombres y mujeres), complementado con sus conocimientos tradicionales, para aprender sobre técnicas de restauración de manglar y llevar adelante la restauración de áreas degradadas.
  • Se capacita a 5 técnicos comunitarios para el monitoreo y evaluación de las áreas restauradas (mediciones de estrato arbóreo, parámetros físico-químicos y sedimentos).
  • Se reflexiona sobre las ventajas de diversificar los ingresos y se aprende sobre agroforestería y apicultura.
  • Se realiza monitoreo y evaluación para conocer sobre la seguridad alimentaria de 10 familias (muestra) y estudiar los beneficios de la restauración para sus medios de vida con encuestas de hogar en época seca y lluviosa.

El incremento de capacidades y conocimientos fortalece el capital humano y contribuye al empoderamiento ejidal y con eso, a mayores posibilidades de incidencia política y acceso a recursos financieros.

  • Algunos miembros del ejido Conquista Campesina tenían experiencia previa trabajando con programas de buenas prácticas de manejo y/o habían participado en el esquema local de Pago por Servicios Ambientales (que coordinan Pronatura Sur A.C. y CONAFOR). Esto facilitó la aceptación de acciones de restauración por parte de los ejidatarios.
  • Al implementar la línea base para el monitoreo y evaluación de la seguridad alimentaria y su mejora por medio de la AbE, muchos ejidatarios se dieron cuenta que era importante gestionar su territorio de manera integral y no solo asegurar la protección, conservación y restauración de los manglares. Así fue que hubo interés en la diversificación de cultivos en los solares (parcelas), al comprender que esta medida mejoraría la alimentación familiar y ampliaría las fuentes de ingreso.
Lograr una gobernanza ecosistémica para la adaptación

Bajo un enfoque ecosistémico y una visión de microcuenca, los esfuerzos en Esquichá se centraron en mejorar los medios de vida y la resiliencia de los ecosistemas para así disminuir la vulnerabilidad de las comunidades locales.

  • la protección y recuperación de bosques en zonas de recarga hídrica,
  • la estabilización de laderas

La implementacion y optimización de sistemas agroforestales, Asimismo, hubo amplia aceptación de la necesidad de un manejo integral del recurso hídrico, en parte por la escasez de agua que sufren las comunidades en la época seca y en las partes altas de la microcuenca. También se promovió el concepto de Responsabilidad Social Ambiental entre comunidades, en donde comunidades cuenca-arriba toman medidas que benefician a comunidades cuenca-abajo; tal es el caso en la protección de los bosques de pinabete, donde se localizan fuentes de agua que abastecen a poblaciones en la parte baja de la microcuenca. Entonces, aplicar un enfoque ecosistémico fue parte del fortalecimiento de la gobernanza para la adaptación en la microcuenca de Esquichá. 

  • El cambio climático y en particular la disponibilidad del agua son factores que preocupan a la mayoría de los actores de la microcuenca, lo que hace que aumente su disposición a priorizar acciones que favorezcan las zonas de recarga hídrica y la disminución del riesgo ante eventos extremos. En Esquichá, la ocurrencia de eventos extremos en años anteriores había impactado fuertemente a varias comunidades, causando daños tantos a sus bienes (cultivos, viviendas, infraestructura productiva) como al recurso agua.
  • Para lograr que la AbE demostrara un impacto inicial en las comunidades y con ello, crear confianza en la estrategia adoptada, se promovió como primer paso la reforestación en las partes altas de la microcuenca (con fuentes de agua) o en zonas afectadas por deslizamientos, así como el trabajo comunitario en torno a viveros forestales.  Estas acciones ayudaron a consolidar el concepto de que la cobertura forestal es un “seguro colectivo” ante el cambio climático.
  • Valorar los servicios ecosistémicos de la cuenca ayudó a ver la adaptación como tarea de todas las comunidades, para conseguir beneficios tanto para la microcuenca de Esquichá, como para otras comunidades ubicadas más abajo en la cuenca del Río Coatán.
Lograr una gobernanza flexible para la adaptación

Las opciones de gobernanzza y las respuestas para la adaptación al cambio climático son nuevas y deben evolucionar constantemente; Las decisiones y los planes de gobierno deben ser flexibles; Por lo tanto, la adaptación debe avanzar bajo un enfoque flexible. Esto es posible con la aplicación de las medidas de EbA con un "aprender haciendo" mientras se usa la mejor información científica disponible sobre escenarios climáticos y se informan las políticas locales y nacionales.

 

La vulnerabilidad climática en Esquichá se evaluó utilizando la herramienta CRiSTAL ("Herramienta de evaluación de riesgos basada en la comunidad - Adaptación y medios de vida").

Después de una primera planificación de las actividades de EbA, las acciones para integrar la flexibilidad fueron:

 

  •   La evaluación periódica de las acciones de EbA en el campo y la adopción de decisiones a corto plazo.
  •   Los resultados del monitoreo y evaluación serán claves para incluir ajustes importantes.
  •   Inclusión de medidas de EbA en el Plan de Gestión de Microbasin.
  •   Evaluación de medidas para informar al Plan de Desarrollo del municipio.
  •   Información de resultados a las autoridades competentes como el Instituto Nacional Forestal (INAB).
  • El gobierno de Guatemala (INAB) opera dos programas de incentivos forestales que admiten tierras comunales y de propiedad individual, destinados a áreas forestales en necesidad de protección, restauración o mejor gestión. Recientemente, ha aumentado el interés político por integrar criterios de AbE y seguridad hídrica en estos programas, lo que ha llevado al INAB a buscar herramientas para mejorar la forma en que se asignan los incentivos y orientar a comunidades en zonas clave de recarga hídrica interesadas en acceder a los programas.
  • El enfoque de “aprender haciendo” es un aspecto clave para lograr flexibilidad en la gobernanza para la adaptación. Se debe buscar la mejora constante y valorar aquellas prácticas, estrategias y políticas que aportan a aumentar la resiliencia socio-ambiental. Como resultado de este enfoque, los integrantes del Consejo de Microcuenca del Río Esquichá están más conscientes, por un lado, de los marcos legales y de política que facilitan la gobernanza multidimensional y la articulación requerida para enfrentar el cambio climático y, por otro lado, de la necesidad de monitorear y evaluar, en el tiempo, los beneficios que traen los ecosistemas para la adaptación y los medios de vida locales. 
Lograr una gobernanza participativa para la adaptación

Para fortalecer la gobernanza, se requería mejorar la participación del gobierno y actores locales en la gestión de la microcuenca. A nivel local, se reforzó la base organizativa de las comunidades, a través de los líderes comunitarios y su comprensión de la importancia de las zonas de recarga hídrica; las Comisiones de Viveros Forestales Comunales, administradas en general por mujeres que ocupan puestos altos o de confianza en las juntas directivas; y los Consejos Comunitarios de Desarrollo que se fueron integrando con mayor fuerza al Consejo de Microcuenca del Río Esquichá. Así, la participación se catalizó desde las bases, destacándose también la participación de los jóvenes, en especial en las jornadas de reforestación que contaron con >1000 personas. El rol del estado también incrementó con diálogos y acuerdos con las municipalidades y el acceso por parte de las comunidades a incentivos forestales. El mayor valor agregado fue el empoderamiento local a través de la movilización social (incluidas las mujeres), el enfoque de “aprender haciendo” (que implica implementaciòn de AbE y capacitaciones), la capacidad organizativa y los procesos de gobernanza comunitaria y de microcuenca. Lo logrado es reflejo de un fuerte compromiso comunitario y participativo.

  • El cambio climático y en particular la disponibilidad del agua son factores que preocupan a la mayoría de los actores de la microcuenca, lo que hace que aumente su disposición a participar en procesos de diálogo, aprendizaje constante y búsqueda de soluciones y acciones conjuntas. En Esquichá, la ocurrencia de eventos extremos en años anteriores había impactado fuertemente a varias comunidades, afectando tantos sus bienes (cultivos, viviendas, infraestructura productiva) como el recurso agua.
  • El Consejo de Microcuenca del Río Esquichá reúne, además de las municipalidades, a 16 de las 20 comunidades de la microcuenca, que se organizan en COCODEs y Comisiones de Viveros Comunales. Apostar por fortalecer estas estructuras comunales fue altamente efectivo, logrando que la mayor capacidad organizativa y liderazgo femenino en las comunidades, ayudara a consolidar la gobernanza del Consejo de Microcuenca.
  • El empoderamiento de las mujeres beneficia la gestión de los recursos naturales y la cohesión social comunitaria. En el ámbito de las Comisiones de Viveros Forestales Comunales, las mujeres sintieron que tenían mucho que aportar y al apropiarse de esos espacios, aumentó su confianza para actuar en otras instancias también. Al consultarlas, indicaron que había cambiado su participación ya que habían “perdido el miedo a expresarse en reuniones en donde hay presencia de hombres", señalando que conocen que tienen el derecho a reunirse y a participar como actor clave en promover la restauración forestal en zonas de recarga hídrica como medida de adaptación al cambio climático.
Lograr una gobernanza multi-dimensional para la adaptación

 El Consejo de Micro cuencas del río Esquichá actúa como una plataforma para el diálogo, la promoción, el desarrollo de capacidades y la apropiación de lecciones aprendidas y herramientas; es un medio para el escalamiento de EbA a diferentes niveles. Con una visión de la escalamiento vertical, las lecciones de su trabajo han influido en diferentes niveles:

  • el Municipio de Tacaná que incluirá medidas de EbA en la planificación municipal.
  • El Consejo del Río Coatán (con las autoridades nacionales de Guatemala) que facilita la cooperación y gestión intersectorial con una visión de toda la cuenca (en Guatemala), más allá de la mera esfera político-administrativa.
  • La Coordinadorade Recursos Naturales y Medio Ambiente del Departamento de San Marcos (CORNASAM) quien coordina los esfuerzos de actores gubernamentales y ONG, así como los municipios del Departamento de San Marcos.

  • La Secretaría Nacional de Planificación (SEGEPLAN) para mejorar loslineamientos de planificación municipal.

  • El Ministerio de Medio Ambiente (MARN), utilizó las lecciones aprendidas para incluir Abe en un proyecto del Fondo Verde para el Clima

  • El Instituto Nacional de Bosques.

Se necesita más trabajo para tener una coordinación binacional de la cuenca del río Coatán, compartida entre Guatemala y México.

  • El uso del conocimiento tradicional facilita la apropiación local.
  • LA conformacion del Consejo de Microcuenca del Rio Esquichá por los Consejos Comunitarios de Desarrollo de las comunidades locales, promueve que éstas trabajen de manera organizada e incidan en los niveles superiores (e.g. Consejos Municipales).
  • La existencia de la CORNASAM dese 2004 fue un factor habilitante, ya que la finalidad de esta plataforma, que fue re-activada con apoyo del Proyecto AVE, se alinea con el objetivo de mejorar las capacidades de adaptación en la microcuenca.
  • Plataformas como la CORNASAM son idóneas para fortalecer la gobernanza para la adaptación, ya que reúnen a instituciones de índole nacional y sub-nacional y autoridades de diversos sectores (integración vertical) y buscan reducir los enfoques aislados y facilitar la identificación de beneficios mutuos y sinergias entre sectores y sus necesidades de adaptación (integración horizontal).
  • La gobernanza para la adaptación debe promover una participación abierta, equitativa, respetuosa, y también efectiva, de modo que los procesos de planificación y toma de decisión se vean enriquecidos por la participación lograda y los resultados sean aceptados por todas las partes involucradas.
“Aprender haciendo” y monitoreo para incrementar capacidades y conocimientos

Se da un proceso contínuo de creación de capacidades con las comunidades e instituciones locales para identificar, diseñar e implementar medidas de adaptación-basada-en-ecosistemas (AbE), generando evidencia sobre sus beneficios, y orientado a crear condiciones para su sostenibilidad.

 

El proceso contempla no solo talleres teóricos sino además: asistencia técnica, prácticas de campo, giras de intercambio y un diplomado para técnicos municipales.  El proceso es colaborativo y participativo, y la experiencia fue de gran aprendizaje y empoderamiento para los grupos involucrados, en especial las mujeres.

 

Algunos ejemplos de actividades:

 

  • Aplicación de la herramienta CRiSTAL- "Community-based Risk Screening Tool – Adaptation and Livelihoods” con representantes municipales y comunitarios
  • Junto a 16 comunidades y la Municipalidad de Tacaná, se diseña e implementa la estrategia de restauración de bosques, apoyando a viveros comunales
  • Se acompaña a las comunidades en la gestión de incentivos forestales para  las acciones de saneamiento, reforestación y protección.
  • Se forma a los líderes locales en las metodologías de monitoreo de los efectos de la restauración forestal y protección de fuentes de agua en la seguridad alimentaria e hídrica.
  • El Consejo Municipal de Tacaná, dio apoyo a las comunidades para el acceso a incentivos forestales.
  • La UICN tenía experiencia de 10 años de trabajo en el territorio y técnicos locales.
  • Hay excelente liderazgo de las comunidades, lo que aumenta su disposición al diálogo, al aprendizaje y la búsqueda de soluciones.
  • Hay conciencia sobre el cambio climático, puesto que eventos extremos en años anteriores impactaron a varias comunidades, dañando tanto sus bienes (cultivos, viviendas, infraestructura productiva) como el recurso agua.
  • El contar con conocimiento sobre seguridad hídrica e información técnica específica sobre AbE, facilitó los procesos de sensibilización, participación, suscripción de acuerdos comunitarios y realización de acciones focalizadas, lo que a su vez ayudó a evitar la dispersión de recursos.
  • Al existir una base organizativa en las comunidades, en forma de Comisiones de Viveros Comunales y en algunos casos Consejos Comunitarios de Desarrollo (COCODEs), se facilita enormemente el proceso de “aprender haciendo” ya que, por medio de estas plataformas locales, se puede fomentar el intercambio de experiencias y conocimientos y el aprendizaje colectivo.
  • El empoderamiento local a través de la participación social, es clave para asegurar la implementación y mejora continua de un sistema de Monitoreo y Evaluación, así como la obtención de lecciones aprendidas.
Implementacion de medidas escalables de AbE que aumentan la cobertura forestal y la dispobibilidad de agua

En función del análisis de vulnerabilidad y por acuerdo común, las comunidades priorizaron varias medidas AbE con el fin de aumentar su resiliencia:

  • Protección y restauración de zonas de recarga hídrica. Incluye reforestación en tierras municipales o comunales con fuentes de agua; protección de los bosques comunales de pinabete (especie en peligro de extinción) con mejor estado de conservación; saneamiento de bosques comunales afectados por plagas; y reforestación de zonas sin árboles colindantes a los bosques naturales. Para estas acciones que mejoran la conectividad y cobertura forestal, se promueve también el acceso a incentivos forestales.
  • Establecimiento (1) y fortalecimiento (15) de viveros comunales en apoyo a las acciones de reforestación.
  • Sistemas agro-forestales y buenas prácticas: Se optimizan y diversifican los sistemas productivos, incorporando árboles maderables y frutales para mejorar la conservación de suelos, productividad y seguridad alimentaria.
  • Recuperación de tierras afectadas por deslizamientos: Se fomentan los sistemas agroforestales y el acceso a incentivos forestales para la recuperación de áreas dañadas por tormentas.

Las comunidades de la microcuenca se han apropiado de estas medidas y apoyan su implementación con recursos técnicos importantes.

  • El Consejo Municipal de Tacaná, dio apoyo a las comunidades para el acceso a incentivos forestales.
  • La UICN tenía experiencia de 10 años de trabajo en el territorio y técnicos locales.
  • Hay excelente liderazgo de las comunidades, lo que aumenta su disposición al diálogo, al aprendizaje y la búsqueda de soluciones.
  • Hay conciencia sobre el cambio climático, puesto que eventos extremos en años anteriores impactaron a varias comunidades, dañando tanto sus bienes (cultivos, viviendas, infraestructura productiva) como el recurso agua.
  • Para la implementación de medidas de AbE, resultó clave contar con una fuerte base organizativa, acuerdos comunitarios, participación social y liderazgo de las autoridades locales (tanto indígenas como municipales).
  • Para lograr que la AbE demostrara un impacto inicial en las comunidades y con ello, crear confianza en la estrategia adoptada, se promovió como primer paso la reforestación en las partes altas de la microcuenca (con fuentes de agua) o en zonas afectadas por deslizamientos, así como el trabajo comunitario en torno a viveros forestales.  Estas acciones ayudaron a consolidar el concepto de que la cobertura forestal es un “seguro” ante el cambio climático.
  • Valorar los servicios ecosistémicos de la cuenca ayudó a ver la adaptación como tarea de todas las comunidades, para conseguir beneficios tanto para la microcuenca de Esquichá, como para otras comunidades ubicadas más abajo en la cuenca del Río Coatán.