Seguimiento y evaluación del impacto de la formación

Para medir la eficacia a largo plazo de la formación, son esenciales los procesos de seguimiento y evaluación (S&E). Más allá de recoger las reacciones inmediatas de los participantes, un enfoque holístico implica evaluar la aplicación de las prácticas aprendidas a lo largo del tiempo.

En lugar de limitarse a contar el número de participantes formados, el enfoque se desplaza hacia la medición de los impactos cualitativos de la formación. Esto incluye evaluar cómo los conocimientos adquiridos se traducen en resultados tangibles como el aumento de la productividad, la mejora de la gestión de los recursos y la mejora de los medios de subsistencia. El seguimiento sistemático de estos resultados permite evaluar y mejorar continuamente la eficacia del programa de formación.

Las encuestas realizadas inmediatamente después de la formación recogen las reacciones iniciales de los participantes, mientras que los seguimientos periódicos proporcionan información sobre el índice de adopción y adaptación de las prácticas.

Las visitas sobre el terreno también ayudan a los formadores a identificar los obstáculos a la adopción, como las limitaciones de recursos o los problemas contextuales, que pueden servir de base para futuras revisiones de los materiales de formación. Así se garantiza que la formación siga siendo dinámica y responda a las necesidades cambiantes de los agricultores.

Los circuitos de retroalimentación desempeñan un valioso papel en el proceso de evaluación, mientras que los seguimientos periódicos proporcionan información sobre la tasa de adopción y adaptación de las prácticas. Por ejemplo, los datos sobre la tasa de adopción de técnicas específicas -como la mejora de la gestión del agua o las prácticas alimentarias sostenibles- pueden servir de indicador del éxito de la formación.

Pruebas piloto e incorporación de comentarios, y revisión continua

Las pruebas piloto de los materiales de formación son un paso importante para perfeccionar y mejorar los contenidos a partir de las reacciones reales de las distintas partes interesadas, especialmente alumnos y formadores. Este proceso se ve reforzado por métodos prácticos como las visitas sobre el terreno y las demostraciones, durante las cuales los formadores muestran técnicas específicas. A continuación, se anima a los alumnos a aplicar estos métodos en situaciones reales, lo que permite a los formadores evaluar la aplicabilidad y pertinencia del contenido de la formación.

Gracias a las sesiones de formación de prueba, se pueden identificar los ajustes y retos necesarios, complementados con ideas anecdóticas y comentarios directos de los agricultores. Este enfoque iterativo garantiza que los materiales sigan siendo prácticos y pertinentes para las condiciones locales, incorporen nuevos conocimientos y se adapten a la cambiante dinámica del entorno y del mercado.

Lo más importante es que la recogida de información abarque todo el ciclo de cultivo y cubra fases clave como la preparación del estanque, la repoblación, la alimentación y la cosecha. Esto permite a los formadores identificar los retos y ajustar la formación en consecuencia.

Al final de las sesiones piloto, los participantes deben reflexionar sobre sus experiencias respondiendo a preguntas clave como "¿Qué ha ido bien?" y "¿Qué se puede mejorar?". Este proceso refuerza el contenido y mejora los métodos de impartición. Como resultado, los materiales responden mejor a las necesidades reales del público destinatario.

Este amplio marco temporal permitió a los formadores recabar información detallada sobre los retos a los que se enfrentaban los agricultores y ajustar la formación en consecuencia.

Modos innovadores de suministro

Las campañas deben adaptarse específicamente a cada grupo destinatario para que el contenido sea más pertinente y atractivo. Es importante utilizar formatos de comunicación multimedia y variados, como vídeos, cómics y programas de radio, carteles, cómics, murales y concursos. Estos formatos ayudan a presentar la información de forma fácilmente comprensible y atractiva.

Además, la formación en pesca y acuicultura sostenibles debe incluir tanto habilidades prácticas como conocimientos teóricos, haciendo especial hincapié en métodos de enseñanza flexibles y en el aprendizaje práctico. La formación práctica suele tener lugar en granjas de demostración o en las propias granjas de los participantes, donde tienen lugar tutorías en grupo y aportaciones técnicas in situ de formadores y expertos. Esta formación práctica abarca temas esenciales como la selección del emplazamiento, la excavación de estanques, la repoblación, la gestión de piensos y estanques, el control de la salud de los peces, la gestión de la calidad del agua y el procesado del pescado. Al participar en situaciones de la vida real, los participantes adquieren las habilidades necesarias para aplicar de forma independiente el contenido de la formación en sus propias operaciones. Este aprendizaje experimental mejora su capacidad para gestionar la acuicultura en estanques y la pesca durante toda la temporada. Mientras que las demostraciones sobre el terreno ofrecen un aprendizaje práctico, la formación en el aula proporciona conocimientos teóricos.

Dependiendo del contexto, puede ser importante desarrollar una formación que pueda impartirse sin depender de la tecnología o la electricidad, especialmente en zonas remotas y rurales.

Influidos por las restricciones debidas a la pandemia de COVID-19, algunos países adoptaron métodos innovadores para impartir contenidos de formación y llegar a un público más amplio. En Mauritania, por ejemplo, el contenido de la formación se difundió a través de una aplicación móvil, lo que permitió a los grupos destinatarios acceder cómodamente a la información. Se restringieron las reuniones, las visitas a los lugares de desembarque de pescado y los talleres de formación sobre el terreno. Algunos proyectos desarrollaron programas de radio interactivos específicamente diseñados para oyentes remotos o vídeos de formación especiales para difundir sus contenidos formativos y sensibilizar sobre el consumo de pescado y las prácticas sostenibles. Además, estos vídeos tienen la ventaja de poder volver a verse, lo que permite orientar a los piscicultores y acuicultores incluso después del ciclo de formación o ayudar a otros piscicultores que no pudieron participar.

Selección y formación de formadores (ToT)

El método de Formación de Formadores (FdF) es un enfoque muy utilizado en los programas de desarrollo de capacidades para garantizar la difusión efectiva y el arraigo de los conocimientos y habilidades en las comunidades. Los formadores se seleccionan en función de criterios como la experiencia, la capacidad de comunicación y el compromiso con la comunidad. Se someten a un programa de cualificación estructurado que incluye sesiones en el aula y aprendizaje práctico para prepararlos a dirigir sesiones acordes con los principios del aprendizaje de adultos y los enfoques basados en el descubrimiento.
Un modelo de Formador Maestro, como el utilizado en la Escuela de Negocios de Acuicultura de Malawi y el modelo de Persona de Recursos Comunitarios de la India, desempeña un papel crucial a la hora de garantizar una calidad uniforme y la calibración de las normas de formación. Los instructores principales no sólo dirigen los programas iniciales de formación de instructores, sino que también apoyan la garantía de calidad en curso mediante la tutoría de los instructores y la supervisión de la eficacia de la formación impartida. Los formadores actúan como intermediarios, traduciendo los conceptos técnicos en soluciones prácticas para los agricultores.

Los manuales del formador deben crearse de forma precisa y detallada para proporcionar a los futuros formadores una orientación clara sobre cómo impartir eficazmente contenidos de formación específicos. La elaboración de estos manuales debe seguir un enfoque participativo, incorporando continuos circuitos de retroalimentación por parte de los participantes.

La creación de una red de formadores dentro de las comunidades es esencial para garantizar la disponibilidad a largo plazo de servicios de formación y asesoramiento. Al integrar esta red a nivel local, los esfuerzos de capacitación pueden responder mejor a las necesidades de la comunidad.

La experiencia de la India ha demostrado que los agricultores valoran muy positivamente a los formadores más jóvenes, sobre todo a los que tienen hasta cinco años de experiencia y estudios de posgrado. Estos formadores resultaron ser más afines a los niveles de aprendizaje de los agricultores, ya que no estaban demasiado alejados en términos de comprensión educativa y podían salvar eficazmente la brecha de conocimientos.

Sostenibilidad del enfoque de relaciones públicas

Para garantizar el futuro a largo plazo del sistema de RP, es esencial asegurar su reconocimiento institucional y su integración en las políticas agrícolas nacionales. Para ello es necesario introducir un marco de referencia nacional de formación y un sistema de certificación de los RP. Estas normas definen las competencias y los módulos de aprendizaje necesarios para formar a los RP, abarcando tanto los aspectos técnicos (agroecología, conservación del suelo) como las competencias pedagógicas (liderazgo, transmisión de conocimientos). La certificación, que se está desarrollando actualmente, permitirá a los RP acceder a la financiación y reforzará su credibilidad ante las instituciones y los socios agrícolas. Al mismo tiempo, se han puesto en marcha mecanismos de financiación para apoyar a los RP y garantizar su capacitación. Estos mecanismos incluyen

  • El Fondo de Desarrollo Agrícola Regional, que subvenciona los servicios prestados por los RP certificados.
  • Actividades generadoras de ingresos (AGI), que permiten a los RP desarrollar servicios agrícolas (venta de semillas, producción de compost) para garantizar su viabilidad económica.
  • Asociaciones con organizaciones de agricultores, para integrar a los RP en las estructuras locales de apoyo a la agricultura.
  • La introducción de un proceso de certificación, probado en dos zonas piloto, garantiza el reconocimiento oficial de los RP y su integración en los sistemas agrícolas.
  • El desarrollo de actividades generadoras de ingresos (AGI) permite a los RP ofrecer servicios vinculados a los insumos locales, reforzando así su autonomía financiera.
  • El acceso a mecanismos de financiación, especialmente a través del fondo regional de desarrollo agrícola, apoya a los RP certificados subvencionando sus servicios e iniciativas.
  • Un marco de referencia nacional y un proceso de certificación refuerzan la legitimidad y eficacia de los PR. Estas herramientas proporcionan reconocimiento oficial y facilitan su inclusión en planes de financiación y asociaciones locales.
  • El apoyo a la creación de actividades generadoras de ingresos es crucial para garantizar el compromiso a largo plazo de los RP. Oportunidades como el suministro de insumos permiten a los RP conciliar sus responsabilidades con beneficios económicos directos.
  • La colaboración con las partes interesadas locales es esencial para mantener la sostenibilidad del modelo una vez finalizados los programas. Estas asociaciones garantizan una transición fluida y la continuidad de los servicios.
Integración de contextos y lenguas locales

La incorporación del contexto local -como las condiciones medioambientales y culturales de las regiones y las lenguas locales- es esencial a la hora de diseñar los manuales de formación. Para garantizar la sostenibilidad y la adopción generalizada de los materiales de formación, éstos deben ajustarse estrechamente a las necesidades y prioridades de las instituciones locales.

Los factores favorables incluyen la participación de agricultores y expertos locales en la elaboración de materiales, la garantía de que los lugares y las herramientas de formación sean accesibles, la recogida periódica de opiniones de los participantes para actualizar los contenidos y la obtención del apoyo de los líderes comunitarios para fomentar la asistencia y la confianza.

En la India, por ejemplo, las sesiones modulares de formación se desarrollaron teniendo en cuenta el tiempo disponible de los agricultores y su calendario agrícola. El enfoque desarrollado permite desglosar la formación en módulos breves de 2 horas. Esto garantizó que los agricultores, especialmente las mujeres, pudieran participar sin interrumpir sus actividades domésticas y de subsistencia. La configuración modular también permitió a los agricultores seleccionar las sesiones en función de la estación, como la preparación de los estanques, la repoblación o los periodos de cultivo, maximizando la pertinencia y el momento de la información facilitada. La adición de ilustraciones adecuadas, especialmente de productos y prácticas locales, a los materiales de formación mejoró la comprensión al basar el contenido en elementos visuales familiares.

Desarrollo colaborativo y participativo

Un enfoque colaborativo y participativo es fundamental para el desarrollo de materiales de formación. Para garantizar su pertinencia, viabilidad y apropiación, suele formarse un grupo de trabajo integrado por representantes de ministerios, universidades, piscicultores, agentes de la cadena de valor e investigadores. Se emplean procesos iterativos, talleres de validación y consultas con las partes interesadas para perfeccionar los materiales y garantizar que reflejen las necesidades locales.

La formación debe abordar no sólo el "cómo", sino también el "por qué". Al explicar los fundamentos de determinadas prácticas -como la reducción del impacto ambiental o la promoción de la seguridad alimentaria y nutricional-, los agricultores adquieren un conocimiento más profundo y están capacitados para tomar decisiones informadas que se ajusten a los objetivos de sostenibilidad. Esto va más allá de simplemente seguir instrucciones; fomenta el pensamiento crítico y la resolución adaptativa de problemas.

Para crear empresas resistentes y prósperas, la formación también debe incorporar elementos como la educación empresarial, las innovaciones a lo largo de la cadena de valor y el uso de tecnologías descentralizadas de energía renovable. Estos componentes permiten a los acuicultores mejorar sus conocimientos financieros, responder a los retos del mercado y del medio ambiente y aplicar soluciones innovadoras para aumentar la productividad y la sostenibilidad.

Si es necesario, pueden incorporarse consultores para armonizar los resultados y acelerar el proceso, pero en la revisión de los contenidos deben participar siempre diversas partes interesadas del sector y de la cadena de valor.

Los materiales deben ajustarse estrechamente a las necesidades y prioridades de las instituciones locales e integrarse en colaboración en los planes de estudios nacionales y las escuelas de formación técnica, garantizando tanto la pertinencia como la apropiación local.

En la India, el desarrollo de materiales de formación en acuicultura implicó múltiples talleres y la participación de piscicultores locales, organismos gubernamentales, ONG e investigadores. Este proceso de colaboración fue vital para crear sesiones de formación modulares adaptadas a las limitaciones estacionales de la piscicultura, sobre todo para las mujeres y los pequeños piscicultores. Los materiales se probaron y revisaron continuamente para garantizar su pertinencia, se redactaron en las lenguas locales y se adaptaron al aprendizaje sobre el terreno sin necesidad de tecnología. Este enfoque integrador permitió que los agricultores se apropiaran del contenido de la formación y garantizó su eficacia a largo plazo.

Evaluación de necesidades y análisis de carencias para decidir el contenido y los formatos de la formación

El paso inicial consiste en llevar a cabo una evaluación exhaustiva de las necesidades y un análisis de las carencias por parte de miembros experimentados del equipo técnico del proyecto y de los socios. Este proceso implica examinar los materiales existentes, consultar con las partes interesadas y los agentes de la cadena de valor del pescado e identificar las lagunas en los conocimientos y las prácticas. Se puede realizar una encuesta sobre el terreno para recopilar datos sobre las necesidades de los beneficiarios y los requisitos marco necesarios para la formación, por ejemplo, disponibilidad de tecnología, duración de la formación e intervalos.

Los factores básicos para las evaluaciones incluyen un equipo técnico cualificado y una colaboración eficaz entre los socios. Deben tener acceso a los materiales existentes para garantizar una selección informada. Las encuestas participativas sobre el terreno que tienen en cuenta el género, la juventud y los grupos marginados ayudan a identificar con precisión las necesidades. Los recursos financieros y el apoyo logístico permiten una recogida y un análisis exhaustivos de los datos.

Los temas principales de los distintos programas de formación, así como los formatos utilizados, pueden variar enormemente. Por ejemplo, mientras que la evaluación de las necesidades en Zambia detectó lagunas en los manuales de formación en acuicultura existentes que podían abordarse mediante formación práctica, la encuesta en Uganda condujo al desarrollo de una empresa pesquera. En Mauritania, la identificación de los puntos débiles puso de relieve la necesidad de formación en higiene y calidad en la cadena de valor del pescado. En respuesta a los riesgos climáticos, el proyecto de Malawi reconoció la importancia de los métodos de captura intermitente y elaboró un manual de trampas para peces.

Creación de paquetes técnicos

Los paquetes técnicos son un conjunto estructurado de soluciones agroecológicas adaptadas a los retos específicos de las regiones de Androy y Boeny. Se elaboran a partir de la experiencia sobre el terreno, la investigación científica y los conocimientos empíricos de los agricultores locales. Cada paquete técnico cubre un área clave de la agricultura sostenible, incluyendo

  • Gestión del suelo y fertilidad: técnicas de conservación del suelo, rotación de cultivos, uso de compost y abonos verdes.
  • Control de la erosión: instalación de setos, plantación de árboles, plantación de cultivos fijadores de nitrógeno.
  • Agroforestería: Combinación de cultivos alimentarios con árboles frutales y forestales para mejorar la resistencia al clima.
  • Adaptación al cambio climático: selección de variedades locales resistentes a la sequía, gestión optimizada del agua, agricultura de conservación.

Estos paquetes técnicos van acompañados de material didáctico accesible (guías ilustradas, carteles, vídeos) y se actualizan periódicamente mediante talleres de evaluación participativa.

  • La participación activa de los agricultores y la implicación de las ONG en la formación y el seguimiento garantizan la pertinencia de los paquetes técnicos.
  • Los talleres de evaluación periódicos y la implicación de los agentes estatales fomentan el aprendizaje colectivo y la adopción a gran escala.
  • Los paquetes técnicos fomentan la adopción de prácticas agroecológicas consolidando los conocimientos locales e identificando con precisión las necesidades de las explotaciones.
  • Es esencial adaptar las técnicas al contexto local. Algunas prácticas, como el barbecho o la siembra bajo cubierta, no son adecuadas para los pequeños agricultores que cultivan de forma continua.
  • Hay que tener en cuenta las limitaciones del terreno. Las técnicas que requieren una inversión permanente, como la siembra, no son viables para los agricultores que no tienen asegurada la tenencia de la tierra.
  • Se necesita un enfoque flexible y diferenciado. Las herramientas deben adaptarse a las realidades de los pequeños agricultores, las explotaciones familiares y los grandes productores.
  • La evaluación participativa refuerza la eficacia de las intervenciones. La actualización periódica de los paquetes técnicos ayuda a satisfacer mejor las necesidades de los beneficiarios y a mejorar su impacto.
Sistema local de asesoramiento

El enfoque Paysan-ne Relais (PR) se basa en un sistema de asesoramiento local que permite transmitir eficazmente los conocimientos agroecológicos dentro de las comunidades rurales. La característica distintiva de este modelo es su difusión horizontal, en la que los RP, seleccionados en función de su compromiso y aptitudes, desempeñan un papel clave en la formación y orientación de sus pares en la adopción de prácticas agrícolas sostenibles.

Los RP son agricultores locales que aplican técnicas agroecológicas en sus propias parcelas y actúan como demostradores para otros agricultores. Organizan visitas sobre el terreno, formación práctica y talleres de intercambio, facilitando el aprendizaje a través de la práctica. A diferencia de los métodos tradicionales de extensión agraria, que a menudo dependen de expertos externos, el enfoque de los RP permite que los conocimientos se apropien mejor y se adapten mejor a las realidades locales.

El proceso de creación de los RP incluye varias etapas:

  1. Selección de los RP
  2. Formación inicial
  3. Puesta en práctica
  4. Apoyo continuo
  • La formación continua, el apoyo de las ONG y la financiación regional potencian la eficacia de los PR. Su aceptación social y su proximidad a las comunidades facilitan la difusión y la sostenibilidad de las técnicas agroecológicas.
  • Un proceso de selección basado en criterios claros como la motivación, la aceptabilidad social y las aptitudes agroecológicas permite identificar a los relevos eficaces.
  • La adaptación local de las prácticas es esencial. Los agricultores perciben ciertas "buenas prácticas" como inaplicables. El modelo de RP, arraigado en las realidades locales, favorece una mejor adopción de las técnicas.
  • Es necesario un equilibrio entre voluntariado y remuneración. Los RP deben ser compensados para garantizar su compromiso sin comprometer su autonomía económica.
  • Hay que tener en cuenta las especificidades de género. La participación de "mujeres líderes" permite adaptar el modelo de RP a las limitaciones de las agricultoras, garantizando una difusión más inclusiva de las prácticas.