La eliminación de algunas o todas las plantas leñosas crea un vacío que invariablemente volverá a ser poblado por plantas leñosas, a veces por especies más agresivas. Las defensas naturales contra este fenómeno incluyen una capa de hierba sana y fuertemente competitiva, y grandes arbustos capaces de suprimir el restablecimiento y la supervivencia de nuevas plántulas de arbustos.
A pesar de estos aliados naturales en la lucha contra la reinfestación de especies leñosas agresivas, un programa de cuidados posteriores es absolutamente esencial para mantener abierta una zona entresacada. Esto puede hacerse de varias maneras, como el acuchillado mecánico de las nuevas plántulas, tratamientos químicos localizados (selectivos) de los nuevos brotes, o incluso aplicando opciones de gestión menos populares, como la quema controlada en combinación con los ramoneadores. También es esencial un sistema eficaz de gestión del pastoreo que garantice el mantenimiento de una capa de hierba sana.
El aspecto más importante de un programa de cuidado posterior es que no debe considerarse como una operación puntual, sino que debe convertirse en un componente permanente de la gestión diaria de la explotación.