Los satélites y las aeronaves desempeñan un papel crucial en la recogida de datos medioambientales a distancia, ayudándonos a comprender mejor nuestro clima y nuestros ecosistemas. La teledetección, a menudo realizada desde aviones, globos o satélites, nos permite vigilar grandes áreas y regiones remotas durante largos periodos. Estos "ojos en el cielo" son un complemento inestimable de las observaciones terrestres, ya que nos ayudan a comprender las corrientes oceánicas y aéreas, los cambios en la cubierta terrestre y el cambio climático. Sin embargo, los animales también poseen sentidos extraordinarios y una capacidad única para detectar cambios en sus hábitats. Al combinar las capacidades de los animales con las tecnologías de teledetección, GAIA pretende mejorar nuestra capacidad para vigilar y comprender nuestro planeta. Los animales poseen capacidades sensoriales superiores y estrategias de comportamiento que les permiten percibir cambios sutiles y drásticos en sus ecosistemas, así como detectar incidentes críticos. Los buitres, por ejemplo, actúan como "especies centinela" y pueden elevar el concepto de teledetección a nuevas cotas. Patrullan regularmente vastas zonas en busca de alimento, operando sin emisiones, recursos adicionales ni reparaciones. Además, sus patrullas se guían por su excepcional visión y la misión de encontrar cadáveres. La forma en que patrullan, lo que buscan y los incidentes a los que nos conducen pueden estar relacionados con cambios medioambientales y acontecimientos ecológicos específicos.
Para aprovechar plenamente el potencial de la teledetección a bordo de buitres, GAIA se centra en dos aspectos esenciales. En primer lugar, se fijan potentes dispositivos de seguimiento a los buitres para vigilar sus movimientos y comportamiento a escalas temporales y espaciales detalladas. En segundo lugar, se están desarrollando nuevas soluciones tecnológicas para comprender mejor lo que observan y hacen los animales. Por ejemplo, una nueva etiqueta con cámara integrada, algoritmos de inteligencia artificial para la detección de comportamientos y el reconocimiento de imágenes, y un enlace vía satélite para la cobertura en tiempo real en regiones remotas. Con estas herramientas, los animales pueden captar imágenes y proporcionar datos de su entorno más rápidamente, con mayor resolución y especificidad que las imágenes por satélite. Este enfoque innovador nos permite ver la naturaleza a través de los ojos de los animales.
GAIA ha adoptado una estrategia de residuos mínimos: Sólo se utiliza y desarrolla el equipo técnico que es absolutamente esencial. Los collares y las etiquetas permanecen durante largos periodos de tiempo (por ejemplo, en el caso de los buitres) o se recogen de forma rutinaria (por ejemplo, en el caso de los leones) para extraer datos. Ningún transmisor permanece en el paisaje: si se cae un transmisor o muere el animal que lleva la marca, se localiza y se retira del paisaje. De este modo, el sistema GAIA es un sistema que "no deja rastro", con importantes beneficios para los ecosistemas.
GAIA consiguió colocar unas 130 marcas comerciales en buitres de todo el sur y el este de África. Este número relativamente elevado brindó la oportunidad de estudiar en gran profundidad (tanto espacial como temporalmente) cómo los datos de las especies centinela marcadas, como los buitres dorsiblancos carroñeros, pueden apoyar el seguimiento de los ecosistemas. En segundo lugar, la colaboración con, por ejemplo, Endangered Wildlife Trust, Kenya Bird of Prey Trust o Uganda Conservation Foundation ha hecho posible la creación de este bloque.
Los estudios de GAIA han demostrado que la capacidad sensorial y la inteligencia de las especies centinela son, en efecto, una gran baza en la vigilancia de los ecosistemas. La investigación de buitres y cuervos y el análisis de los datos de las marcas que portan estos "ojos en el cielo" han demostrado que son muy superiores al hombre y a la máquina a la hora de localizar cadáveres en vastos paisajes y pueden ayudar a vigilar la mortalidad en los ecosistemas. Y en segundo lugar, los estudios GAIA confirmaron que los enfoques de alta tecnología son un medio para conectar con este valioso conocimiento y utilizarlo para la vigilancia, la investigación y la conservación. Los humanos modernos se han desconectado notablemente de la naturaleza, sin saber "leerla" ni "escucharla". Gracias a la innovadora tecnología de rastreo impulsada por IA, no sólo se eleva el nivel de teledetección animal para la investigación y la conservación, sino que también se restablece la conexión con la naturaleza.