Rehabilitación de sistemas de agua potable y preparación ante catástrofes

Para rehabilitar, reconstruir y rediseñar los sistemas de agua potable dañados por la tormenta tropical Stan en 2005, el proyecto de Tacaná facilitó las comunicaciones, la evaluación de daños y la organización de la coordinación de donantes inmediatamente después del desastre. Junto con los municipios y las autoridades gubernamentales, se elaboró un plan de reconstrucción para el departamento de San Marcos. WANI coordinó la rehabilitación y reconstrucción de 72 sistemas de agua potable y cuatro pequeños sistemas de riego.

Un total de 77 comunidades, con aproximadamente 34.092 habitantes y 6.616 familias, participaron en los estudios de los sistemas de abastecimiento de agua. Paralelamente a la reconstrucción de los sistemas de agua potable, se desarrollaron planes y mecanismos de preparación ante catástrofes.

Esta crisis fue decisiva para impulsar el compromiso con la GIRH y las reformas de la gobernanza del agua.

La devastación causada por esta tormenta tropical alertó a las autoridades y comunidades de la vulnerabilidad de la zona a los efectos del cambio climático y de la necesidad de aumentar la resistencia a las tormentas tropicales y las inundaciones mediante la mejora de las infraestructuras y la restauración de los ecosistemas.

Desarrollo de alianzas e integración de los niveles local y nacional

A nivel comunitario en Guatemala, WANI facilitó el desarrollo de colaboraciones con los Comités de Desarrollo Comunitario y se coordinó con los Consejos de Desarrollo Municipal y Nacional para permitir la integración de la planificación y gestión de microcuencas con la acción comunitaria en materia de desarrollo. La aplicación ha demostrado que los proyectos formulados por las comunidades y no por instituciones externas responden a las demandas reales de las comunidades.

A nivel departamental, en San Marcos, Guatemala, se creó una alianza con 16 organismos gubernamentales y ONG para formar la Coordinadora Interinstitucional de Recursos Naturales y Medio Ambiente de San Marcos. CORNASAM ha adoptado la microcuenca como unidad de planificación y, juntos, estos grupos han coordinado la divulgación y la formación en el enfoque de microcuencas.

Como resultado del éxito del modelo de microcuencas a nivel local, se creó la Comisión Nacional de Microcuencas de Guatemala, integrada por varios ministerios gubernamentales y ONG/IG (Acción contra el Hambre, FAO y UICN) para liderar la aplicación de la reforma de la gobernanza mediante la gestión de microcuencas en todo el país. Esta Comisión Nacional facilitará la preparación de políticas públicas nacionales sobre el agua.

En México, la nueva ley de aguas de 2003 esbozó y apoyó la puesta en marcha de consejos de aguas.

A nivel transfronterizo, la firma de la "Declaración de Intenciones de Tapachula" por parte de alcaldes mexicanos y guatemaltecos apoyó la cooperación en acciones conjuntas de gestión de cuencas hidrográficas y proporcionó una plataforma para el intercambio de información entre organismos gubernamentales a nivel local.

Reforzar las alianzas comunitarias e integrarlas con las instituciones de desarrollo municipales y nacionales aumenta la coordinación entre los niveles administrativos. Esto fomenta la planificación integrada y coordinada de los recursos hídricos en toda la cuenca y el intercambio de experiencias con otros grupos y redes comunitarios.

Autoorganización para mejorar la gobernanza

Pequeñas empresas: En Guatemala, WANI desempeñó un papel decisivo en la creación de una cooperativa dirigida por jóvenes llamada "Jóvenes en la Misión" (JEM). JEM comenzó como una iniciativa católica de educación medioambiental dirigida por un grupo de jóvenes voluntarios que promovían el uso sostenible del agua y la restauración de las cuencas hidrográficas.

Modelo de microcuenca: El proyecto Tacaná desarrolló un modelo de planificación y gestión comunitaria del agua basado en:

  • Una amplia participación comunitaria y el reconocimiento de las microcuencas como unidad de planificación.
  • La implicación de las autoridades políticas locales en la gestión medioambiental,
  • La creación de capacidad comunitaria en GIRH, y
  • El establecimiento de colaboraciones estratégicas con organizaciones gubernamentales y no gubernamentales.

El modelo de microcuencas es integrador, muy participativo y se basa en colaboraciones estratégicas. En Guatemala, los consejos de microcuencas abarcan de 10 a 20 comunidades que comparten recursos hídricos en las cuencas de los arroyos tributarios. Los consejos se organizan para coordinar la gestión de los recursos y, sobre todo, la forma de integrarla con el desarrollo comunitario. Los consejos de microcuenca se unen entre sí y, por tanto, amplían sus acciones para incluir la gestión de la cuenca a diferentes escalas.

Los Consejos fueron reconocidos por los gobiernos locales desde el principio, ya que los alcaldes de las ciudades participaron en el proceso organizativo. Involucrar a las partes interesadas adecuadas en el proceso permite una mejor asimilación y apropiación del enfoque.

  • Los proyectos desarrollados por las comunidades y no por instituciones externas atienden las demandas reales de las comunidades, no sólo los objetivos institucionales.
  • El modelo de microcuencas fue fundamental para alcanzar el objetivo del proyecto de aumentar la capacidad de adaptación de la cuenca y los medios de vida locales mediante la capacitación de instituciones de propiedad comunitaria. Con el apoyo del proyecto Tacaná, las comunidades crearon consejos de microcuencas para dirigir la restauración y el desarrollo de la cuenca de acuerdo con sus prioridades.
Conservación del agua, el suelo y el medio ambiente

El cambio no regulado del uso del suelo en la cuenca alta había sido especialmente perjudicial en las laderas empinadas y la deforestación redujo la capacidad de los suelos para retener el agua. La erosión resultante aumentó considerablemente el riesgo de inundaciones y corrimientos de tierra. WANI y sus socios apoyaron el diseño de numerosos proyectos piloto comunitarios que abordaban la conservación del agua, el suelo y el medio ambiente. Las mujeres constituían el 90% de estos grupos, capacitándolas para asumir un papel más proactivo en el desarrollo de sus comunidades. Los proyectos piloto fueron la base para reunir a la gente y organizarse en comités de microcuencas. Algunos ejemplos son:

  • Viveros forestales para la reforestación y fomento de la agrosilvicultura en las explotaciones;
  • Facilitar el desarrollo y la creación de redes de empresas y cooperativas comunitarias dedicadas, por ejemplo, a la apicultura, la piscicultura o el ecoturismo en mariposarios forestales;
  • Huertos comunitarios, agricultura ecológica y proyectos de conservación del suelo;
  • Construcción de sistemas sépticos para mejorar el saneamiento y aumentar la calidad del agua del río Suchiate;
  • Protección de manantiales para el abastecimiento doméstico de agua e instalación de distribución por tuberías;
  • Creación de un centro de demostración y formación en Chiapas para la gestión integrada de las cuencas hidrográficas.

El modelo de microcuenca fue fundamental para lograr el desarrollo de la capacidad de adaptación de la cuenca y de los medios de vida locales mediante la potenciación de las instituciones comunitarias.

Esta restauración de los servicios ecosistémicos en la cuenca alta ha logrado resultados en el abastecimiento de agua, los medios de subsistencia de los agricultores y la resiliencia ante los desastres. Al adoptar un enfoque ecosistémico de la GIRH, centrado en la restauración del medio ambiente para la seguridad de los medios de subsistencia, estas iniciativas a pequeña escala han animado a las comunidades a autoorganizarse y han mejorado sus oportunidades de desarrollo. La participación comunitaria en la gestión de los recursos hídricos transfronterizos es factible y añade valor a los enfoques transfronterizos convencionales. La planificación y la aplicación de la GIRH pueden ser compartidas con éxito por comunidades transfronterizas.

Movilización de conocimientos

La movilización se logró mediante la valoración económica de los recursos hídricos, el suministro de información disponible a nivel local y la capacitación para el aprendizaje y el liderazgo.

  • La Asociación Agua Viva del proyecto estableció un sistema de Pago por Servicios Ecosistémicos en Guatemala para proteger y restaurar los recursos naturales de las cuencas hidrográficas de Tacaná, centrándose principalmente en el agua.
  • WANI facilitó la movilización popular en México mediante la creación de "bibliotecas virtuales de recursos hídricos " en los ayuntamientos de cinco municipios. Éstas proporcionaron acceso a información y conocimientos actualizados sobre los recursos hídricos y el medio ambiente en la región.
  • El aprendizaje de los proyectos piloto de WANI se ha incorporado a los estudios académicos de la Universidad de San Carlos mediante prácticas de 10 meses. Estos programas están creando una masa crítica de profesionales formados en los conceptos, enfoques y prácticas de WANI que, con el tiempo, ocuparán puestos profesionales en distintas instituciones y organizaciones activas en la zona, creando un influyente circuito de retroalimentación.
  • Confianza y buena relación con las instituciones locales.
  • Información disponible a nivel local.
  • La generación de conocimientos locales conduce a una mayor preparación ante las catástrofes y a una mayor apertura política sobre el agua a nivel municipal y estatal.

  • El alcance del proyecto podría haber sido más amplio en lo que respecta a las asociaciones con las partes interesadas. Se incluyó al sector privado en los planes de pagos por servicios de cuencas hidrográficas en la parte media de la cuenca, pero sólo para los propietarios a menor escala. En la parte baja, los grandes cultivadores de palmeras y plataneros de Guatemala utilizan grandes cantidades de agua sin que se les compense por los servicios de retención de agua aguas arriba.

Agroforestería y restauración forestal

La restauración ecológica a través de la agrosilvicultura en las lindes y laderas de los bosques y las plantaciones en terraplenes se aplicó como opción de diversificación de los medios de subsistencia. Las plantaciones en terraplenes y la agrosilvicultura mejoran la fertilidad del suelo, reducen la fragmentación de los bosques, aumentan la humedad del suelo y disminuyen su erosión. Además, garantizan el suministro de recursos como la madera y los frutos, para aumentar los ingresos de los agricultores en el futuro. Las opciones basadas en los árboles son supuestamente mucho más sólidas y duraderas que las basadas en los cultivos para la adaptación al cambio climático, aunque sus impactos sólo pueden evaluarse a largo plazo.

Se tuvo cuidado al seleccionar las especies arbóreas, ya que era importante preservar el acervo genético de las especies arbóreas autóctonas, evitando al mismo tiempo la introducción de cualquier especie foránea que no fuera propicia para el entorno local. Esto también contribuye a la conservación del agua, ya que las especies arbóreas autóctonas no absorberían tanta agua del suelo.

Implicación de los miembros de la comunidad y las instituciones locales en la elaboración de normas sobre cómo utilizar los recursos naturales y los productos arbóreos.

La comunicación eficaz y el intercambio de conocimientos entre las partes interesadas permitieron difundir los conocimientos técnicos para llevar a cabo intervenciones no sólo en la zona del proyecto, sino también en las aldeas vecinas.

Todas las medidas se basan en los recursos disponibles a nivel local y los mecanismos institucionales a nivel de aldea garantizarán la sostenibilidad de las medidas y los impactos conseguidos.

La restauración de los bosques tiene un gran potencial de reproducción en la India. Alrededor de 275 millones de personas pobres de las zonas rurales del país dependen de los bosques para al menos una parte de su subsistencia. Las intervenciones agroforestales que se lleven a cabo en la periferia de los bosques contribuirán a estabilizar el sistema agrícola y, por tanto, a que los beneficiarios dispongan de fuentes de sustento diversificadas.

Los agricultores son conscientes de que los árboles no necesitan abono ni fertilizantes para crecer y desarrollarse. La selección de especies en función de los intereses de los agricultores favorece la supervivencia y el crecimiento de los árboles.

Análisis de la situación y evaluación de la vulnerabilidad

El análisis tenía por objeto estudiar la vulnerabilidad de las comunidades tribales situadas en las cuencas altas del río Gaur, en el bloque Niwas del distrito de Mandla, ante la irregularidad de las precipitaciones. La evaluación también es relevante para toda la región de Mahakuahsal.

Para comprender la exposición, la sensibilidad y la capacidad de adaptación de la región, el equipo ha adoptado un enfoque centrado en las personas que combina el trabajo de campo para la recopilación de datos de los hogares y de las instituciones del pueblo con los datos disponibles en el dominio público. Este último comprendía la búsqueda y el análisis de los datos meteorológicos existentes, otros datos de organismos gubernamentales y la realización de entrevistas con las autoridades superiores. Entre los métodos de campo aplicados figuran el DRP, los protocolos ecológicos de referencia, el análisis económico de los hogares y los cuestionarios a los agricultores.

Los resultados se utilizaron para diseñar y poner en marcha actividades destinadas específicamente a contrarrestar el impacto de la irregularidad de las precipitaciones, las condiciones de sequía, la contención de la erosión del suelo y el fortalecimiento de las instituciones de las aldeas para crear una ética de la conservación, con el fin de controlar la degradación y fragmentación de los bosques. Creación de modelos para interrelacionar las explotaciones agrícolas y las demostraciones sobre los bienes comunes para reducir la erosión del suelo.

CCA RAI proporcionó orientación y apoyo para llevar a cabo la evaluación de la vulnerabilidad a nivel local, incluyendo una plantilla para la evaluación de la vulnerabilidad que debía rellenar la agencia ejecutora FES.

La implicación de hombres y mujeres en la identificación de los retos del cambio climático y los factores de vulnerabilidad y su participación en la recopilación de datos es crucial.

La evaluación mostró que las estrategias de adaptación deben diseñarse con un enfoque orientado a la comunidad para que los pueblos sean más autosuficientes.

Los ejercicios participativos, como la Evaluación Rural Participativa (ERP), son muy eficaces para generar información esencial sobre todos los aspectos de la vulnerabilidad de una comunidad al cambio climático.

A menudo no se dispone de datos climáticos a nivel local, por lo que deben utilizarse datos de una agregación espacial superior para su validación/triangulación.

Es necesario distinguir claramente entre las fuentes de información para saber dónde puede trazarse la línea divisoria entre la percepción de la comunidad y las pruebas científicas.

Las evaluaciones de la vulnerabilidad a nivel local también pueden proporcionar el punto de partida para desarrollar marcos de seguimiento y evaluación (S&E) para proyectos de adaptación a nivel local. Por consiguiente, un marco de S&E debería contener indicadores basados en los componentes de la vulnerabilidad al cambio climático.

Fortalecimiento de las instituciones locales

El mecanismo institucional a nivel de aldea es esencial para la protección de las áreas conservadas por comunidades indígenas. Un aspecto clave de las intervenciones de la FES en las aldeas de Mandla fue la constitución de los Comités de Gestión de Recursos Naturales o Prakratik Sansadhan Prabandhan Samitis (PSPS). Los samitis eran elegidos por los Gram Sabhas (asambleas de adultos) y tenían una composición universal, lo que garantizaba que todos los habitantes de la aldea, a pesar de su posición social o económica, tuvieran voz en el funcionamiento del Samiti. Asesorar al gram sabha sobre la gestión de los recursos naturales y encabezar el proceso de elaboración de normas y reglamentos en torno a los bienes comunes es una de las funciones del comité, junto con la planificación de los recursos naturales y el uso de la tierra.

El PSPS recibió formación sobre gobernanza descentralizada, creación de perspectivas sobre los bienes comunes y planificación. Las instituciones del pueblo llegaron a una serie de normas sobre el uso de los recursos naturales. Principalmente, estas normas incluían reglas de límites, reglas de protección de los bosques y reglas de uso en cierta medida. El objetivo principal ha sido controlar la tala de árboles. En algunos lugares, también se han establecido normas relativas al reparto de la pesca producida en los estanques de la aldea, etc. para los bosques y normas de uso en cierta medida.

La Ley del Panchayati Raj, la Extensión del Panchayat a las Zonas Catalogadas, la Gestión Forestal Conjunta y la Ley Nacional de Biodiversidad proporcionan un marco jurídico. El Gram Sabha (una reunión de todos los adultos de la zona del Panchayat) también proporciona un marco propicio para las instituciones de conservación a nivel de aldea.

Las cuestiones de conservación y gobernanza de los recursos se debatieron con hombres y mujeres por separado, lo que permitió comprender la degradación de los recursos naturales en el seno del PSPS y, posteriormente, en el Gram Sabha.

Las instituciones reforzadas de las aldeas gestionan y conservan activamente más de 500 hectáreas de bosque en la región del proyecto supervisando el uso sostenible de los recursos naturales. Una comparación con un bosque no gestionado por una comunidad indica que un bosque gestionado por una comunidad muestra un 60% más de regeneración, un 37% más de densidad de plantas y un 40% más de especies vegetales.

El fortalecimiento de las instituciones de las aldeas permite articular sus prioridades y garantiza la integración de la gestión y la conservación de los recursos. Las instituciones aldeanas fuertes son capaces de planificar el paisaje, abordar cuestiones como la fragmentación de los bosques y tratar toda la periferia forestal como una unidad, independientemente del régimen de propiedad. Por lo tanto, una institución es una unidad mejor para mejorar las capacidades de adaptación de las comunidades, ya que puede abordar el "problema" de toda la comunidad y no sólo de familias individuales.

Integración de datos científicos y conocimientos tradicionales para la gestión

El ecosistema del Corredor ha sido bien estudiado y se dispone de más de 200.000 puntos de datos georreferenciados para ayudar a establecer planes de gestión espacial. Las comunidades de pescadores han participado en el seguimiento de los recursos en el pasado y actualmente están generando datos sobre sus capturas. Esto, en combinación con otros datos procedentes de la bibliografía y de entrevistas y procesos cartográficos en los que participan los pescadores, ayuda a integrar una gran cantidad de conocimientos tradicionales e información científica para elaborar propuestas de gestión realistas. Incluso cuando se les presentan análisis complejos de estos datos resultantes de modelos informáticos como INVEST y ZONATION, los pescadores han demostrado confianza en la información que se les presenta y la validan. Al crear un proceso de toma de decisiones que utiliza pruebas procedentes de estas diversas fuentes en las que creen todas las partes interesadas, estamos construyendo un proceso de toma de decisiones basado en la ciencia. Tenemos previsto trabajar con las partes interesadas para definir los mejores indicadores de seguimiento de los efectos de la gestión y, a continuación, diseñar un proceso participativo para supervisarlos, desarrollando un lenguaje común de base científica para medir la eficacia del programa. El programa está construyendo una plataforma digital que servirá para comunicar los avances.

El CEDO lleva 37 años generando datos sobre este ecosistema, lo que permite integrar la ciencia en el proceso. La larga historia de participación de los pescadores en el seguimiento también es útil, ya que no han cuestionado la validez de los datos que ven, en general, y también tienen la oportunidad de afinar los resultados. La validación gubernamental de los datos generados es clave. El gobierno ha contribuido económicamente a la producción de los datos y el trabajo del CEDO es conocido y respetado.

La financiación del seguimiento a largo plazo es importante y debe incluir los recursos necesarios para la gestión y el análisis de los datos. Involucrar a los pescadores en el seguimiento, compartir con ellos otras fuentes de datos y producir resultados coherentes con su forma de entender el ecosistema son elementos poderosos para conseguir que confíen en los resultados. El programa también implica un equipo técnico que comprenda el proceso y participe en la evaluación de los componentes críticos del análisis. Conseguir que el gobierno se comprometa es fundamental para conseguir que utilice los datos en la elaboración de políticas. Compartir los resultados, los créditos y, en última instancia, las publicaciones con los investigadores del gobierno, puede ofrecer importantes incentivos para que el gobierno colabore en la producción y el análisis de los datos.

Participación en todo el proceso

Este proyecto implica a pescadores y otros agentes en la planificación de su uso futuro de la zona marina costera del Corredor de Puerto Peñasco, pero también busca la participación significativa de las partes interesadas desde el principio, haciéndolas partícipes de la ejecución de acciones para mejorar la gestión del ecosistema. Muchos profesionales del CMSP se sienten frustrados por los plazos necesarios para pasar de la planificación a la ejecución. Las partes interesadas también se frustran. Este proyecto consigue que las partes interesadas participen en actividades como la limpieza de playas, el control de recursos, el análisis de datos, la distribución de materiales a sus comunidades y el apoyo a los jóvenes de su comunidad. Les enseña lo que es la acción colectiva y cómo puede llevarse a cabo de muchas maneras. También les sirve para desarrollar su capacidad de gestión de los ecosistemas.

El CEDO participa en programas para jóvenes y otros miembros de la comunidad, como vigilancia de recursos y limpieza de playas, y llevamos a cabo otras actividades para implicar a la gente. Ofrecemos oportunidades para que los interesados se impliquen en acciones concretas que tengan un impacto inmediato en sus hijos, sus playas y su comprensión de los recursos. Mientras tiene lugar el largo proceso de planificación, estas acciones sirven para inspirar a los participantes y mostrarles lo que pueden conseguir participando y trabajando juntos.

Los pescadores no entienden los plazos necesarios para un programa de gestión integrada. Se impacientan y quieren resultados inmediatos, por eso es importante implicarlos en el trabajo que hay que hacer para desarrollar un sistema de gestión funcional. A veces nos olvidamos de recordarles el panorama general y el calendario que muestra hacia dónde van y lo que han conseguido hasta ahora.Temen que el gobierno no ponga de su parte en este proceso. Mantener el compromiso activo de todos los niveles del gobierno es clave, pero también un reto, ya que las personas están cambiando. Se acude constantemente al gobierno para resolver problemas a corto plazo en lugar de utilizar un enfoque más global e integrado, por lo que hay que animar a los pescadores a esperar. Es importante crear espacios para que las comunidades se reúnan con el gobierno. Es necesario garantizar la financiación a largo plazo de este enfoque global e integrado.