Refuerzo de las capacidades de resistencia al cambio climático

El objetivo de este bloque es capacitar a los gestores de los parques en materia de cambio climático mediante talleres centrados en temas muy específicos de las cuestiones relacionadas con el cambio climático que se plantean en los parques.

En 2017 se celebraron una serie de talleres de capacitación en Lusaka (a nivel nacional) y Kasama (a nivel provincial/local) para concienciar sobre conceptos clave relacionados con el cambio climático, incluidos los impactos, la vulnerabilidad y la resiliencia en relación con las áreas protegidas. A los talleres asistieron delegados del Departamento de Parques Nacionales y Vida Silvestre, el Departamento de Gestión de Recursos Naturales, la Administración Provincial del Norte, el Consejo de Distrito de Nsama, el Ayuntamiento de Mpulungu, el Parque Nacional de Nsumbu, ONG (por ejemplo, Conservation Lake Tanganyika - CLT y Frankfurt Zoological Society - FZS) y programas como el Proyecto de Desarrollo del Lago Tanganica (LTDP).

Los talleres proporcionaron a los participantes información y conocimientos clave sobre los aspectos climáticos necesarios en los próximos pasos de la integración del cambio climático en el Plan General de Gestión del Parque.

  1. Disponibilidad de partes interesadas, motivadas y comprometidas
  2. Capacidad de comunicación eficaz
  1. El desarrollo de capacidades no debe ser un acontecimiento puntual, sino una empresa continua destinada a mejorar la capacidad tanto de los gestores de los parques como de las partes interesadas, incluidas las comunidades locales que viven junto a las áreas protegidas.
  2. El compromiso y la mayor capacitación de las comunidades son importantes para la sostenibilidad de la solución.
  3. El proceso debe ir acompañado de un seguimiento y una evaluación que garanticen la mejora real de la concienciación y la capacidad.
Gestión de un entorno urbano habitable mediante la colaboración público-privada

La visión y los conceptos de Minato Mirai 21 se han plasmado mediante la colaboración público-privada conforme al acuerdo básico de 1988 entre los propietarios de tierras y otras partes interesadas de todo el distrito central. En particular, el acuerdo permite a los terratenientes tomar una fuerte iniciativa en la formulación de normas locales para un desarrollo equilibrado. Asimismo, el acuerdo impone a todos los promotores de oficinas la obligación de proporcionar en sus propiedades una determinada cantidad de espacios públicos abiertos y plantas de actividad social. Además, estipula normas y reglas detalladas sobre el diseño de los edificios, como la escala mínima del solar, la restricción de altura, las circulaciones peatonales y los retranqueos de los muros exteriores.

- Iniciativas de gestión de zonas operativas

- Directrices de diseño urbano

La creación de un consenso entre los sectores público y privado durante la fase de planificación puede facilitar la firme iniciativa de los propietarios de los terrenos a la hora de formular normas locales para las reurbanizaciones y la posterior gestión sostenible de las zonas.

Lograr una gobernanza ecosistémica para la adaptación

La gobernanza para la adaptación requiere de una visión ecosistémica, donde las acciones implementadas en campo para una mayor resiliencia de los recursos naturales se enfocan más en proteger los servicios ecosistémicos de la cuenca hidrográfica (bosque-agua-suelo) y menos en responder únicamente a las problemáticas encontradas a nivel de fincas individuales. Por ello resulta clave la priorización de zonas de restauración, puesto que debe ser en función de mejorar la captura de agua y también la productividad (los medios de vida locales). Los tres tipos de medidas de AbE implementadas en la cuenca del Río Goascorán fueron: 1) restauración de nacientes de agua, 2) conservación de suelos, y 3) sistemas agroforestales. Esta combinación reconoce la interdependencia de los componentes bosque-agua-suelo y permite a las comunidades evidenciar cambios positivos en plazos intermedios, lo que aumenta la confianza en las “soluciones naturales” adoptadas para la seguridad hídrica y alimentaria. La gestión territorial con visión de cuenca o microcuenca también contribuye al enfoque ecosistémico que se requiere para un desarrollo sostenible, es decir, uno que sea adaptativo ante el cambio climático.

  • El cambio climático y en particular la disponibilidad del agua para consumo humano y uso agrícola son factores que preocupan a la mayoría de los actores de la microcuenca, lo que hace que aumente su disposición a priorizar acciones que favorezcan las zonas de recarga hídrica y la disminución del riesgo ante eventos extremos.
  • Una vez implementadas, las medidas de AbE priorizadas hicieron palpables las mejoras en las condiciones de las zonas de recarga hídrica y en la capacidad organizativa y de gobernanza de las comunidades, ayudando igualmente a consolidar el concepto de que la cobertura forestal es un “seguro colectivo” ante el cambio climático.
  • La auto-motivación de las comunidades (por el agua y sus medios de vida) y el liderazgo de actores locales claves son factores determinantes para alcanzar una buena gobernanza para la adaptación y el éxito en la aplicación de medidas de AbE.
Lograr una gobernanza flexible para la adaptación

La adaptación al cambio climático está inmersa en una serie de incertidumbres con respecto a los impactos futuros del clima y las trayectorias de desarrollo. Por ende, la adaptación debe avanzar bajo un enfoque flexible de “aprender haciendo”, integrando la flexibilidad en los marcos jurídicos y de política, y en decisiones secuenciales e iterativas para generar estrategias a corto plazo en vista de las incertidumbres a largo plazo. En Goascorán, la ausencia de marcos regulatorios y de política para la gestión de cuencas compartidas, limita la capacidad de respuesta conjunta ante el cambio climático -y por tanto de flexibilidad y aprendizaje. Esta limitante fue subsanada integrando la adaptación en diversos instrumentos de gestión de microcuenca, municipales y nacionales y en agendas transfronterizas entre actores locales. Debe evaluarse la efectividad de estos marcos (y otros nuevos) en períodos intermedios para permitir revisiones y ajustes, conforme aumente el conocimiento sobre el cambio climático; lo mismo en el corto plazo con las medidas de AbE. La información que alimenta estos procesos iterativos debe integrar la ciencia occidental con los conocimientos locales. De este modo, se puede ser flexible e identificar nuevas opciones de adaptación y criterios para su evaluación

  • Un aspecto clave de la gobernanza para la adaptación es los marcos institucionales y de políticas que la amparan o facilitan, y que hacen que ésta sea o no flexible. En este sentido, se pudo aprovechar la ventana de oportunidad que ofrecía la actualización de los Planes Ambientales Municipales (El Salv.) y Planes de Desarrollo Municipal (Hond.), la preparación del Plan Nacional de Adaptación de Honduras, y el uso de la figura de Mesas Técnicas en El Salvador, quedando en todos consignado el valor de la gobernanza para la adaptación.
  • Es importante monitorear y evaluar cualquier mejora lograda a través de la AbE, con el fin de utilizar evidencia obtenida en campo para informar y fundamentar los cambios a los marcos legales, de políticas y de gestión, para así aplicar un enfoque flexible en la gobernanza de la adaptación.
Lograr una gobernanza participativa para la adaptación

La participación de todos los actores de la cuenca ha sido un eje central en los procesos de conformación y capacitación de nuevas estructuras de gobernanza para las Microcuencas de Lituy (Honduras) y Honduritas (El Salvador). Ha sido importante la integración de organizaciones de base (comunitarias), como juntas de agua, asociaciones de productores, grupos de mujeres o jóvenes, Asociaciones de Desarrollo Comunitario y centros educativos. A nivel local, el liderazgo demostrado por maestros, mujeres y autoridades comunales contribuyó significativamente a la movilización social y la adopción y escalamiento de las medidas de AbE, haciendo que estos actores fueran parte fundamental del proceso comunitario de “aprender haciendo”. El resultado son comunidades auto-motivadas que participan y asumen responsabilidades. A nivel de cuenca, se amplió el Consejo de Cuenca del lado hondureño, mientras que, en El Salvador, la figura más apropiada para acomodar la amplia membresía requerida, era la Mesa Técnica Ambiental, por lo que se crean y fortalecen dos Mesas (del norte y sur de La Unión). Muchos de los integrantes se han vuelto voceros del trabajo de las Mesas con el afán de que éstas sean reconocidas por las autoridades locales y legalizadas en el mediano plazo.

  • Existe interés por parte de actores locales de coordinar acciones y mejorar la gestión de la cuenca, lo que facilita que los mecanismos o plataformas de gobernanza sean efectivos y sustentables.
  • MiAmbiente (Honduras) tiene la obligación legal de acompañar la conformación de los Comités de Microcuenca en el país, y esto debe antecederse con una caracterización socio-ecológica que permita primero delimitar cada microcuenca.
  • Contar con experiencia previa en la realización de procesos participativos es un factor habilitante para la exitosa conducción y conclusión de los mismos (por ej. para priorizar ciertas intervenciones).
  • Son claves las alianzas estratégicas con diferentes organizaciones, especialmente con las Mancomunidades de Municipios (ASIGOLFO y ASINORLU) para promover espacios de diálogo y concertación con respecto a las aguas compartidas entre Honduras y el Salvador.
  • Es necesario el acompañamiento del MARN (El Salvador) para abordar el tema ambiental y el manejo adecuado del recurso hídrico, en especial por el contexto transfronterizo. Una vez iniciada la negociación con actores locales para la conformación de las Mesas Técnicas Ambientales, el apoyo y participación de la Oficina Regional de Oriente del MARN fue importante para valorar a estas instancias como plataformas de gobernanza de la Microcuenca del Río Honduritas, en ausencia de una institución formal para la gestión de cuencas.
Lograr una gobernanza multidimensional para la adaptación

En Goascorán se trabajó en diversos niveles de toma de decisión para reforzar la gobernanza de la cuenca con una articulación vertical y horizontal de plataformas socio-políticas; todo esto para lograr un modelo de gobernanza para la adaptación que fuera multidimensional (multinivel y multisectorial). A nivel de comunidades, se implementaron medidas de AbE en campo para mejorar la seguridad alimentaria e hídrica. Con las municipalidades, se incorporó la adaptación al cambio climático en los Planes Ambientales y de Desarrollo Municipal. A nivel de microcuenca, se crearon y capacitaron dos Comités de Microcuenca (uno de cada lado de la frontera) como plataformas multi-actor de gobernanza, con reglamentos, planes y una amplia incidencia (eg. sociedad civil, municipios y mancomunidades de municipios). A nivel de cuenca, en El Salvador, donde operan diversas Mesas Técnicas, se integraron dos Mesas Técnicas Ambientales para las zonas norte y sur de La Unión con el fin de articular la gestión compartida de la cuenca y se buscaron acercamientos con el Consejo de Cuenca del Río Goascorán que opera del lado hondureño. A nivel nacional, el reciente Plan Nacional de Adaptación de Honduras contiene el enfoque de AbE, al igual que el nuevo Reglamento de la Ley de Cambio Climático de Honduras.

  • Honduras tiene un marco legal (Ley de Aguas) que crea las figuras de Consejos de Cuenca y Comités de Microcuenca, a diferencia de El Salvador. Con esto, el Comité de Microcuenca instaurado en El Salvador, si bien es muy funcional, carece de respaldo legal, lo que le impide manejar proyectos y administrar fondos.
  • Se lograron importantes sinergias con otros proyectos para la cuenca del Goascorán (eg. BRIDGE y Nuestra Cuenca Goascorán), coordinando acciones para fortalecer la gobernanza en toda la cuenca y el escalamiento del enfoque de AbE.
  • Para fortalecer la gobernanza en múltiples niveles, es fundamental iniciar el trabajo con los grupos de base (nivel comunitario) y con plataformas existentes de gobernanza local, como, por ejemplo, las Asociaciones de Desarrollo Comunal (El Salvador), para luego escalar a niveles superiores con base en la experiencia adquirida y los resultados logrados.   
  • El proyecto conocido como BRIDGE, dejó la siguiente lección aprendida, que también es relevante aquí: “La diplomacia del agua no necesariamente sigue una línea recta. Las estrategias efectivas necesitan incorporar múltiples dimensiones y con un enfoque escalonado, interconectando las estructuras existentes y en construcción en la cuenca.”
Fortalecer la gobernanza para la adaptación

Dentro de las estructuras de gobierno rural de Chiapas, la Asamblea del ejido es la principal plataforma social donde se toman decisiones participativas con respecto a los recursos naturales. La tenencia de la tierra ejidal en México es un ejemplo de tenencia individual y comunitaria que coexiste dentro de las comunidades. Las tierras comunales se titulan en nombre de los líderes de la comunidad. Ejido Azteca y Alpujaras se encuentran en parte dentro de la Reserva del Volcán Tacana.

Con el fin de aumentar los ejidos, las principales acciones de capacidad de adaptación y gestión emprendidas bajo esta solución fueron:

  • La capacitación sobre los marcos legales y de políticas sobre el cambio climático se impartió a los líderes del ejido y a los funcionarios de los municipios.
  • Desarrollo de la Estrategia Local para el Desarrollo Sostenible bajo el Cambio Climático del ejido La Azteca.
  • Conformación de los comités de agua del ejido.
  • Presentaciones públicas sobre los beneficios de AbE: ej. durante el VII Congreso Nacional de Investigación del Cambio Climático, donde lLos líderes compartieron el beneficio de las prácticas de conservación del suelo y la protección de los bosques para la seguridad del agua.
  • Las comunidades que viven en la cuenca del río, organizadas a través de las asambleas ejidales, son fuertes defensores del uso sostenible de los recursos / conservación para mejorar la seguridad del agua y los alimentos y la adaptación basada en los ecosistemas.
  • El conocimiento técnico y las habilidades de liderazgo son importantes para inspirar al resto de la comunidad y asegurar la toma de decisiones para las tierras comunales en la Asamblea con el fin de aumentar la resiliencia.
  • Con la asamblea ejidal tomando decisiones con respecto al aprovechamiento de bienes comunes y servicios ecosistémicos, se fortalece la gobernanza para la adaptación. Sin embargo, falta mayor organización del capital social y articulación con otras organizaciones, asociaciones civiles y la municipalidad para convertir las problemáticas que enfrentan los dueños y poseedores de tierras forestales en oportunidades.
  • Se debe seguir fortaleciendo la gobernanza para dar sostenibilidad a las acciones de AbE, para que la continuidad de éstas no se base en el asistencialismo.
Aumentar resiliencia ambiental y social con base en cobertura boscosa y agua

 soDespués de analizar las vulnerabilidad y establecer prioridades de adaptación los ejido La Azteca y el ejido Alpujarras buscaron proteger los servicios de los ecosistemas proporcionados por sus bosques (captura de agua, biodiversidad, suelo y estructura de fertilidad) con el objetivo de beneficiar sus vidas y la resistencia al cambio climático.

Las siguientes medidas y acciones de EbA se implementaron para enfrentar fuertes lluvias, tormentas, erosión y para mejorar la resiliencia de los ecosistemas, la retención de agua en el suelo:

 

  1. Protección y restauración del bosque nuboso en la Reserva del Volcán Tacaná. Las acciones específicas fueron:
  • Regeneración natural de áreas forestales degradadas.
  • Reforestación con especies nativas.
  • Medidas preventivas de incendios forestales como cortafuegos prácticas de conservación del suelo
  • Vigilancia para prevenir la tala ilegal, la caza ilegal y la extracción de flora y fauna, incendios forestales y para detectar brotes de plagas.

2. Optimización de sistemas agroforestales:
 

  •  Prácticas de conservación de suelos (ej. cercas vivas, terrazas y presas de ramas). Las cercas vivas utilizan especies de plantas para dividir parcelas, proporcionar sombra y proteger contra la erosión.
  •  Introducción de especies forestales y frutales en plantaciones de café (sombra)

 

  • Las asambleas ejidales son instituciones muy fuertes en las comunidades de Chiapas. Son clave para la adopción de medidas de AbE, incluyendo el monitoreo y evaluación de la seguridad alimentaria e hídrica, cuya continuidad ha quedado en manos de los líderes ejidales.
  • Existe un aprendizaje previo en los ejidos La Azteca y Alpujarras, y en otros ejidos de la zona, puesto que ahí se aplica desde 2012 un esquema de Pago por Servicio Ambiental para la gestión sostenible de bosque mesófilo de montaña y sistemas agroforestales (~4000 ha).

El objetivo principal de la solución era mejorar la resiliencia de las comunidades y los ecosistemas frente a los impactos relacionados con el clima. Esto se logró mediante la implementación de medidas de EbA en combinación con medidas sinérgicas de adaptación basada en la comunidad, ciertas estrategias de mitigación de CO2 (como el Pago de los Servicios de los Ecosistemas para la protección del bosque) y la gestión integrada del agua de la cuenca del río Cahoacán (eran comunidades Están localizados).

Una lección importante es que las medidas de EbA no se pueden aislar, pero se deben tomar a escala de cuenca o microbios en el impacto en los servicios de los ecosistemas relacionados con el agua.

“Aprender haciendo” y monitoreo para incrementar capacidades y conocimientos
  • Se realizó una evaluación de vulnerabilidad socioambiental de 2 ejidos (211 familias) de manera participativa para identificar y priorizar las medidas de EbA.
  • Se proporciona apoyo técnico que complementa el conocimiento tradicional de las familias, para garantizar que las medidas de EbA contribuyan a la seguridad alimentaria y del agua.
  •     Se organizan intercambios y capacitaciones para productores, autoridades ejidales y municipalidades sobre cambio climático, seguridad alimentaria, manejo forestal sostenible y conservación del suelo.

Además, la solución se centró en generar evidencia sobre los beneficios de las medidas de EbA sobre el agua y la seguridad alimentaria:
 

  • En colaboración con la UICN y el Centro Internacional de Agricultura Tropical (CIAT), se realizaron encuestas de hogares para estudiar los beneficios de las medidas de la EbA o la seguridad alimentaria. La metodología conjunta también se aplicó en otros cinco países.
  •  Se desarrolló una metodología para comprender la efectividad de EbA en la seguridad del agua y se aplicó en La Azteca y Alpujarras. Los métodos incluyen: entrevistas, grupos focales y recolección de datos ambientales en el campo (por ejemplo, calidad del agua).
  • En la zona, CONAFOR implementa desde 2012 el Proyecto Bosques y Cambio Climático, destinado a reducir la vulnerabilidad climática de varios ejidos, a través de la protección y uso sostenible de bosques ejidales. Por su complementariedad, este proyecto crea condiciones habilitadoras para la adopción de medidas de AbE.
  • Hace años que UICN y sus socios abogan por la protección y uso sostenible de bosques en las cuencas del Volcán Tacaná. Habiendo trabajado previamente con el ejido La Azteca bajo el Proyecto Cahoacán, conocen bien la realidad local.
  • Manteniéndose el apoyo técnico a la zona por casi 15 años (desde 2004, por medio de diferentes proyectos), se obtiene un aprendizaje continuo y conjunto entre los asesores técnicos, los ejidatarios y las instituciones. Así se internaliza la problemática y se resuelven en equipo las vulnerabilidades identificadas. Al basarse en el enfoque de “aprender haciendo”, se fomentan los procesos iterativos y de apoyo mutuo, con lo que se logra un aprendizaje amplio, duradero y adaptativo.
Alcance comunitario y gobernanza

La UICN entró en el proyecto del puerto de Dhamra por la preocupación de que el puerto perjudicara a las tortugas golfinas. Sin embargo, a medida que la UICN investigaba los problemas, se enteró de que la tasa de mortalidad de las tortugas ya había aumentado drásticamente. Un informe elaborado por el Instituto de Vida Silvestre de la India indicaba que la mortalidad de las tortugas había aumentado de unos pocos miles al año a principios de la década de 1980 a más de 10.000 a mediados de la década de 1990. La pesca de arrastre mecanizada y la pesca con redes de enmalle se consideraban responsables de la mortalidad.

La comunidad local estaba poco concienciada sobre el valor de las tortugas. Para solucionarlo, el equipo de la UICN emprendió actividades de sensibilización de la comunidad, incluidos programas educativos creativos, así como de divulgación tradicional. DPCL también creó un centro de formación comunitario para que los aldeanos pudieran desarrollar nuevas habilidades.

La UICN también identificó que el uso de Dispositivos Excluidores de Tortugas (DET) podría ser útil para reducir la mortalidad de las tortugas debida a la pesca de arrastre, uno de los mayores problemas de la zona. Los dispositivos no eran nuevos para los pescadores de la zona de Dhamra -ONG y científicos indios los habían probado con los pescadores en el pasado-, pero no se utilizaban. El equipo de DPCL de la UICN consultó ampliamente a los responsables de las cooperativas pesqueras locales y a las comunidades para comprender mejor los problemas.

Se organizó un taller de formación y se facilitaron varios ensayos prácticos de los DET para pescadores de la zona. Cambiar las prácticas de las comunidades pesqueras locales sigue siendo una prioridad importante, pero requerirá una programación educativa a largo plazo combinada con soluciones políticas.

El último obstáculo que había que superar en este ámbito público era la gobernanza. Al principio, las autoridades locales parecían más preocupadas por los derechos de los pescadores que por la seguridad de las tortugas. Sin embargo, a medida que se fue entendiendo, los organismos gubernamentales se convirtieron en socios defensores de las soluciones holísticas a largo plazo. Se impartió formación sobre medios de subsistencia alternativos para ofrecer a la comunidad otras opciones de generación de ingresos además de la pesca.