Modelo de co-gestión para una mayor sostenibilidad financiera del área protegida

Si bien el PNCA contó con apoyo financiero durante el período 2008-2013, estas fuentes no son consideradas sostenibles a largo plazo, por lo que CIMA viene buscando mecanismos para mejorar la sostenibilidad financiera del parque. Uno de ellos fue diseñar el proyecto REDD+ Cordillera Azul, dentro del cual CIMA y The Field Museum of Chicago (como socio estratégico) desarrollaron un documento técnico para comprobar de qué manera el PNCAZ ha evitado la emisión de más de 1,6 millones de toneladas de CO2 al año por deforestación, y casi 13 millones de toneladas de CO2 durante el periodo 2008-2015. Por esto llegó a considerarse un megaproyecto REDD+, validado por estándares internacionales, como el Voluntary Carbon Standard (VCS), y el Climate, Community and Biodiversity Standards (CCB), los cuales buscan dar legitimidad y credibilidad, ante los mercados voluntarios, por medio de certificados de reducción de emisiones de gases de efecto invernadero no emitidos. Gracias a estos certificados, el proyecto pudo obtener su registro en Markit, una herramienta para administrar internacionalmente los créditos globales de carbono, lo que dio paso a que CIMA trabaje en procesos de negociación de créditos de carbono en el ámbito internacional.

  • Compromiso de 20 años de una ONG como organización ejecutora del Contrato de Administración Total del PNCAZ, la cual busca mecanismos para  la sostenibilidad financiera de su gestión.
  • Reconocimiento a nivel mundial del aporte de los servicios ecosistémicos a comunidades locales y a nivel nacional, y la promoción de su valoración económica, que permitió generar el proyecto REDD+ del PNCAZ.
  • Articulación de la estructura de co-gestión con un socio financiero que permita mayor sostenibilidad.

Producto de los procesos de negociación de créditos de carbono en el ámbito internacional, a fines del 2014 CIMA logró sumar un socio financiero clave: Althelia Climate Fund, con quien tiene un contrato hasta por lo menos el año 2021. Eate contrato le permite recibir fondos para las operaciones anuales del parque a cambio de un número determinado de créditos de carbono generados por el proyecto REDD+ Cordillera Azul. Esto permitió desarrollar un mecanismo de sostenibilidad financiera que ha permitido invertir en el fortalecimiento de las capacidades de gestión del área protegida, implementar iniciativas de conservación local y educación ambiental, e invertir en las actividades productivas sostenible que realizan las comunidades locales y organizaciones sociales, de modo que la conservación y protección del parque sea una realidad.

Alianza público-privada para la gestión efectiva del área protegida

El marco regulatorio de las áreas protegidas en Perú propicia un enfoque de co-gestión y trabajo participativo, y permite la suscripción de Contratos de Administración entre el Estado peruano y organizaciones privadas sin fines de lucro, como un mecanismo efectivo de apoyo a la gestión. En este contexto, el Parque Nacional Cordillera Azul (PNCA) tuvo, desde su creación, el apoyo técnico de la ONG Centro de Conservación, Investigación y Manejo de Áreas Naturales – Cordillera Azul (CIMA – Cordillera Azul). Años más tarde, en el 2008, el Estado firmó con CIMA un contrato de administración total de operaciones del Parque por un período de 20 años. En este marco se suscribió un Acuerdo de Desarrollo Global (GDA) entre la Agencia de los Estado Unidos para el Desarrollo Internacional (USAID), la Fundación Moore, la Fundación MacArthur, The Field Museum of Chicago y CIMA, para conjugar esfuerzos hacia la conservación del PNCAZ y contar con apoyo financiero durante el período 2008-2013. Esto permitió establecer una visión a largo plazo para la gestión adaptativa del PNCAZ, implementar un modelo de gestión participativa, y alcanzar mayor sostenibilidad financiera a través del apalancamiento de fondos para el PNCAZ.

  • Marco regulatorio de las AP en Perú promueve la cogestión y el establecimiento de alianzas público-privadas.
  • Compromiso de largo plazo (20 años) de una ONG como organización ejecutora del Contrato de Administración Total del PNCAZ.
  • Trabajo coordinado entre ONG que administra el Parque con entidad de gestión pública, gobiernos regionales y locales, y comunidades de la zona de amortiguamiento.

El mecanismo de co-gestión a través del contrato de administración total del PNCA por parte de CIMA fue clave para la efectividad de la gestión del parque ya que CIMA no solamente cuenta con las habilidades de gestión de áreas protegidas, sino que, además, ha logrado implementar elementos fundamentales e innovadores para concretar esta gestión. Uno de estos elementos es haberse convertido en un agente articulador que permite promover y alcanzar el involucramiento tanto de los cerca de 120 poblados y comunidades nativas que habitan en la zona de amortiguamiento del área, como de las autoridades regionales y locales de los cuatro departamentos en los que se ubica el Parque (San Martín, Loreto, Ucayali y Huánuco). Con este modelo se busca el empoderamiento de las poblaciones vecinas al área protegida para la conservación y el desarrollo local, cuyo enfoque de trabajo responde al Plan Maestro del PNCAZ, elaborado a través del Comité de Gestión del área protegida, CIMA y el SERNANP.

Mosaicos de Conservación; estrategia efectiva para consolidar grandes extensiones de territorio protegido en Brasil

La Ley del Sistema Nacional de Unidades de Conservación, publicada en julio del 2000, estableció el Enfoque de Mosaicos de Conservación. Los mosaicos son “un conjunto de Unidades de Conservación (UC) de categorías diferentes o no, próximos, yuxtapuestas o superpuestas, y otras AP, públicas o privadas”, cuya gestión debe realizarse de manera integrada, de acuerdo a los objetivos de cada UC.

Ante el desafío de manejar los conflictos socio-ambientales y optimizar los recursos humanos, financieros y materiales, el 2010 se estableció el Mosaico de Conservación Bajo Río Negro, con una superficie de 7.329.220 hectáreas, conformado por 11 UC, entre ellas el PN de Jaú y la RESEX del Río Unini.

La implementación de este enfoque prioriza los procesos de conservación en porciones mayores de territorio, lo que permite la gestión integral de paisajes localizados a lo largo de los ríos Jaú y Unini, al norte, y el Bajo Negro al sur del mosaico. Al ver a las AP como partes de un todo, funcionales y conectadas entre sí, fue necesario incorporar en el diseño de los planes de manejo una metodología participativa, que promoviera el involucramiento de múltiples actores en la toma de decisiones para el manejo del territorio y sus recursos naturales.

  • El enfoque de manejo de un Mosaico de Conservación permite la integración de múltiples actores y oportunidades de asistencia técnica y financiera para la gestión territorial.
  • Articulación de esfuerzos en áreas con la misma identidad territorial, para llegar a un objetivo común de conservación y manejo sostenible de recursos naturales.
  • Institucionalización del Consejo Consultivo como movilizadora en el territorio.
  • Planificación de estrategias en la escala de paisaje.

Elementos clave para la gestión integral del paisaje incluyeron la implementación de un Plan de Acción para el Mosaico; el establecimiento de un Consejo Consultivo para la toma de decisiones; el desarrollo de metodologías participativas de zonificación de áreas de uso comunitario y de subsistencia; y, el fortalecimiento de capacidades locales, mediante procesos de capacitación en manejo de RRNN, producción agrícola sostenible, turismo, y derechos y deberes de las comunidades.

Los beneficios de la gestión integrada son la optimización de recursos; la planificación integrada del paisaje; la coordinación de actividades de protección, educación ambiental, monitoreo y concientización dentro de la región; la posibilidad de trabajar una única identidad territorial con base en las características de la región; el desarrollo de estrategias conjuntas de valorización de los productos para las comunidades situadas alrededor y en las UC; y la facilitación de acuerdos y resolución de conflictos.

ARPA: el programa de conservación de bosques tropicales más importante de Brasil, y mecanismos de sostenibilidad financiera del Parque Nacional de Jaú

El PN de Jaú representa una de las mayores extensiones de bosque húmedo tropical protegidas en el mundo, que protege gran parte de una cuenca hidrográfica de aguas negras. Por su importancia, esta AP fue priorizada por el Programa de Áreas Protegidas de la Amazonía (ARPA), un programa gubernamental de Brasil, creado en el año 2002, liderado por el Ministerio de Medio Ambiente, y gestionado por el Fondo Brasileño para la Biodiversidad (Funbio).

El programa ARPA cuenta con el financiamiento del Fondo Mundial para el Medio Ambiente (GEF), el gobierno alemán, el Fondo Mundial para la Vida Silvestre (WWF), el Fondo Amazonía, a través del Banco Nacional de Desarrollo Económico y Social de Brasil (BNDES), la Fundación Moore y, actualmente, empresas privadas que son donantes del programa. Tiene una vigencia de 13 años, y su objetivo es expandir y fortalecer el Sistema Nacional de Áreas Protegidas de la Amazonía en Brasil, mediante la protección de 60 millones de hectáreas de Unidades de Conservación en el bioma Amazónico; y asegurar la sostenibilidad de su gestión a corto y largo plazo. Se implementa en tres fases independiente y continuas. La primera entre 2003 y 2010, la segunda entre 2010 y 2015, y la tercera, con un plazo de 25 años.

  • Contexto nacional de mayor preocupación por la conservación de la Amazonía y el desarrollo sostenible, junto con el reconocimiento mundial de la importancia de los bosques tropicales.
  • Definición de políticas públicas regionales para la conservación y el uso sostenible de los bosques.
  • Presupuesto del programa ARPA de 2003-2015 de 236 millones de dólares.

La inclusión del PN de Jaú dentro del programa ARPA fue una estrategia indispensable para su conservación, al ser uno de los mayores programas de conservación de bosques tropicales del mundo, demostrando la implementación de un modelo para asegurar la captación y aplicación de los recursos financieros de manera rápida y eficaz. 

En su primera fase ARPA buscó la creación de nuevas AP; en la segunda fase, se enfocó en la consolidación del programa; y la tercera, tiene como objetivo consolidar las 60 millones de hectáreas de AP en la Amazonía, a nivel federal y estatal, y alcanzar la sostenibilidad financiera.

El apoyo provisto por ARPA permitió la creación de la RESEX del Río Unini, de manera que se consolidaron la RESEX y el PN de Jaú, a través del financiamiento de proyectos que permiten la generación de valor de conservación y mayores ingresos económicos para las comunidades. Así se contribuye a su sostenibilidad social, económica y de gestión de ambas unidades de conservación.

Gobernanza y participación de actores locales en el manejo y aprovechamiento de recursos naturales

A lo largo del proceso de creación de la Reserva Extractivista (RESEX) del río Unini, y en el marco del contrato de co-gestión del PN de Jaú, la Fundación Vitoria Amazónica (FVA) implementó metodologías innovadoras participativas de mapeo de uso de recursos naturales (RRNN) y ha venido invirtiendo en un proceso de fortalecimiento organizacional y de capacidades locales para el uso sostenible de los RRNN. Es de destacar  el desarrollo e implementación de una metodología para el monitoreo de uso de RRNN (SIMUR) en el río Unini. Esto sirvió de insumo para un proceso que se dio en el año 2008, posterior a la creación de la RESEX del río Unini, con el desarrollo e implementación de “Términos de Compromiso” con las comunidades del río Unini. Estos documentos representan acuerdos entre las 6 comunidades del PN de Jaú que viven en el río Unini y el Gobierno brasilero, con los objetivos de regularizar su permanencia dentro del Parque, y establecer un proceso de co-manejo entre la población local y la administración del Parque. Es así que la participación comunitaria en los procesos de toma de decisiones en las dos unidades de conservación (PN de Jaú y la RESEX del río Unini) fue y es fundamental para la gestión eficiente de ambas áreas.

  • Desarrollo de herramientas enfocadas en el manejo de conflictos socio-ambientales.
  • Promoción de la participación social en la gestión de unidades de conservación.
  • Zonificación de usos y aprovechamiento del área protegida establecidos con 3 distintas categorías, y aterrizado en el territorio gracias a un proceso participativo robusto.
  • Creación de la Cooperativa Mixta Agroextractivista del Río Unini (COOMARU), para el uso de los RRNN.

Diferentes procesos de planificación del manejo de ambas UC han permitido avanzar en el fortalecimiento organizacional y de capacidades locales para el desarrollo de actividades económicas. Por ejemplo, se creó la COOMARU, dedicada al comercio justo de la nuez brasileña, y al desarrollo de infraestructura básica para el almacenamiento y beneficio de productores agro-extractivistas. Además, los residentes de estas áreas son la principal fuente de información sobre los RRNN utilizados. Por lo tanto, los programas y proyectos que involucran la participación comunitaria en las etapas de recolección, sistematización, almacenamiento y análisis de datos tienen potencial transformador en el proceso de gestión de las UC, ya que ordena y clasifica la información sobre las actividades productivas y de subsistencia dentro y alrededor de estas zonas. Así, las dinámicas de formación a monitores de la comunidad y residentes, contribuyen a la formación de líderes comunitarios en la gestión de las AP.

Participación local para garantizar el acceso a recursos naturales y tenencia del territorio

En el año 1979, el área donde se ubica el Parque Nacional de Jaú fue propuesta como Reserva Biológica; una categoría de manejo restrictiva respecto a la explotación de recursos naturales (RRNN) en Brasil. Posteriormente, en el año 1980 se crea el PN de Jaú, y desde entonces tiene el reto de manejar la alta conflictividad socio-ambiental de la zona.

La Fundación Vitoria Amazónica (FVA), con presencia en el área desde 1991, aplicó metodologías innovadoras participativas de mapeo de uso de RRNN, lo que apoyó el desarrollo de su Plan de Manejo y zonificación, entre 1996 y 1998, en el marco de un contrato de co-gestión del Parque con el Gobierno Federal de Brasil. Años más tarde, se crea en Brasil el Sistema Nacional de Unidades de Conservación (SNUC), y se desarrollan herramientas para la construcción de procesos participativos. Es así que la FVA, como institución de colaboración técnica del Instituto Brasilero de Medio Ambiente y Recursos Naturales Renovables (IBAMA), apoyó a las comunidades locales en la creación de la Reserva Extractivista (RESEX) del río Unini, en un proceso que continuó hasta el año 2006, para garantizar el acceso a recursos naturales y tenencia del territorio por parte de las poblaciones del río Jaú y Unini.

  • Creación del Sistema Nacional de Unidades de Conservación (SNUC)
  • Promoción de la participación social en la gestión de las unidades de conservación (UC).
  • Desarrollo de herramientas para el manejo de conflictos socio-ambientales.
  • Apoyo técnico y financiero para procesos de capacitación entre administradores del AP y representantes locales.
  • Creación de la Asociación de Moradores del Río Unini (AMORU), para crear la RESEX del Río Unini.

La creación de la RESEX del Río Unini implicó un proceso participativo que permitió negociar y definir, junto  con las comunidades, condiciones favorables que faciliten el diseño y aplicación de mecanismos de consulta, zonificación del uso de RRNN, y creación de instancias participativas, como el Consejo Consultivo para el PN de Jaú (en 2006), y el Consejo Deliberativo para la RESEX (en 2008).

El primer paso fue la creación de la AMORU, la cual solicitó formalmente la creación de la RESEX. Luego, se desarrolló un proceso de consulta pública en las comunidades locales para avalar la creación de la Reserva, y una vez creada, el Instituto Chico Méndez de Conservación de la Biodiversidad (ICMBio), vinculado al Ministerio de Medio Ambiente, y en conjunto con la FVA, iniciaron los procesos de gestión. Entre ellos, se constituyó el Consejo Deliberativo, integrado por organismos gubernamentales, organizaciones de la sociedad civil y representantes de las poblaciones que viven en la zona.

Implementación de un proyecto pionero en el mundo y su efectividad como estrategia de sostenibilidad financiera

El Proyecto Acción Climática Noel Kempff Mercado (PAC-NKM) se diseñó en 1996, con la participación del Gobierno Nacional de Bolivia, la FAN, The Nature Conservancy (TNC), y tres empresas energéticas extranjeras, con el objetivo de evitar o mitigar la emisión de hasta 5,8 millones de toneladas de CO2 durante 30 años (1997-2026), en una superficie de más de 600.000 hectáreas.

El proyecto se posicionó como el primero de secuestro de carbono con base forestal a nivel mundial que busca ser replicado en otros países, pues logró certificar cerca de un millón de toneladas de CO2, en sus primeros 9 años de implementación (1997-2005).  Al ser una Actividad Implementada Conjuntamente bajo la Convención Marco de la Naciones Unidas sobre el Cambio Climático, se estableció un fondo fiduciario de 2.5 millones de dólares que aportaron a la sostenibilidad financiera del Parque en los Programas de Protección, Desarrollo Comunitario, Monitoreo y Verificación del secuestro de carbono, y Financiamiento de la conservación a largo plazo.

A pesar de que el periodo de vigencia del PAC-NKM es hasta el año 2026, desde el año 2013 se paralizó su ejecución para adecuarlo al nuevo marco político de Bolivia, vinculado al Mecanismo Conjunto de la Madre Tierra.

  • Políticas nacionales e internacionales para el diseño e implementación del PAC-NKM.
  • Compromiso del Gobierno y continuidad del equipo técnico y científico del PAC-NKM.
  • Participación del sector gubernamental, sociedad civil y sector empresarial en la medición verificable de los cambios de volumen de carbono.
  • Sinergia entre la co-administración del Parque y la administración del PAC-NKM
  • Soporte científico de socios colaboradores en línea de base, implementación y monitoreo del proyecto.

Con el PAC-NKM se revirtió la presencia de concesiones madereras, gracias a un proceso de compensación económica y acciones para evitar la deforestación.

Metodologías innovadoras para monitorear el secuestro de carbono, y evaluar el grado de efectividad en la reducción de la deforestación, permitieron demostrar científicamente la factibilidad de la cuantificación de emisiones. Esto convirtió al PAC-NKM en un referente internacional para la cuantificación de créditos de carbono, y posicionó al Parque como el primero en ser certificado por la Sociedad General de Vigilancia, bajo los estándares del  Mecanismo de Desarrollo Limpio, a pesar de no ser una actividad elegible.

El proyecto también impulsó el Programa de Desarrollo Comunitario, el cual apoyó procesos de planificación participativa, salud, educación, micro-empresas, manejo sostenible de recursos naturales y manejo forestal. Con esto se logró la consolidación legal del territorio indígena Guarasug´we Chiquitano del Bajo Paraguá.

La gobernanza efectiva desde la participación comunitaria

El marco jurídico boliviano establece el derecho legítimo de los grupos de actores locales a decidir sobre la gestión del las AP y sus recursos naturales. En el PN Noel Kempff Mercado, desde 1996 se desarrolló un modelo de gobernanza a través de la conformación de un Comité de Gestión, que se fue consolidando de manera paulatina, y que acompaña la planificación, toma de decisiones y logros alcanzados como resultado del manejo del área. Los actores que lo conforman provienen del sector gubernamental a nivel nacional, departamental y municipal; así como del sector no gubernamental, con la participación de la Fundación Amigos de la Naturaleza (FAN) durante el tiempo de co-administración del Parque (1995-2005). También cuenta con representantes de las siete comunidades indígenas y la Central Indígena del Bajo Paraguá. Adicionalmente, desde el año 2013 participan, solo con derecho a voto, dos instituciones gubernamentales adicionales que tienen importancia para el resguardo de los límites del área y para apoyar el desarrollo del AP y sus comunidades vecinas. Desde que se conformó el Comité de Gestión hasta la actualidad, su función ha sido actuar como un órgano fuerte de gestión del área protegida que no ha cesado en sus reuniones.

  • Marco Jurídico Nacional: Ley de Participación Popular, Reglamento General para la Gestión de AP.
  • Visión estratégica para implementar un modelo de gestión multidimensional basado en la inclusión de actores para la toma de decisiones.
  • Institucionalización del Comité de Gestión en el Plan de Manejo, como la instancia de representatividad de la población local.
  • Procesos de capacitación a los miembros del Comité de Gestión.
  • Institucionalización de procesos de consulta previa a las comunidades.

Gracias a los encuentros que mantiene el Comité de Gestión, las comunidades, las autoridades locales y la Administración del Parque son parte de las decisiones en torno a la planificación y gestión del AP; logrando establecer y fortalecer el vínculo entre la Dirección del Parque, los miembros de las comunidades y otros actores involucrados en su manejo.

Durante varios años, el traslado de los participantes a las reuniones fueron incentivadas y subvencionadas por proyectos del AP. Actualmente se realizan reuniones ordinarias cada cuatro meses, o se organizan reuniones extraordinarias según la necesidad; pero la movilización de los miembros requiere subvenciones del Parque.

La inclusión de la población local en la toma de decisiones permitió incorporar visiones distintas en relación al manejo del área, lo que fortalece su manejo y administración, y legitima las decisiones y la aplicación de estrategias, articulando un objetivo vital: mejorar la calidad de vida de las poblaciones locales.

Un modelo de co-administración para la efectividad de manejo y conservación del área

El modelo de co-administración del PN Noel Kempff Mercado entre el Gobierno Nacional de Bolivia y la Fundación Amigos de la Naturaleza (FAN), durante 1995 y 2005, generó las bases del fortalecimiento institucional para la gestión del Parque. Esto permitió consolidar el área, y estructuró un proceso de planificación, mediante la aplicación de instrumentos de gestión institucionalizados, como el Plan de Protección (2013-2017) y el Plan Operativo Anual; herramientas hasta entonces poco utilizados en el SNAP. Así mismo, la FAN contribuyó en la consecución de fondos para asegurar la sostenibilidad de la gestión, principalmente mediante el Proyecto de Acción Climática Noel Kempff Mercado (PAC-NKM). Sumado a esto, la promoción de instancias participativas, como el Comité de Gestión del Parque, y el involucramiento de miembros de comunidades locales en instancias operativas y de toma de decisiones, han sido fundamentales en mejorar la gestión del Parque.

Lamentablemente este modelo de co-administración dejó de funcionar en 2006, debido a cambios en el contexto socio-político a escala nacional, que centralizaron la gestión de las AP desde el Gobierno Nacional, lo que ha impactado, principalmente, en la sostenibilidad financiara del Parque.

  • Decisión y liderazgo político del Gobierno Boliviano para ampliar el PMNKM mediante Decreto Supremo No24457.
  • Suscripción de convenio de co-manejo entre la FAN y Ministerio de Desarrollo Sostenible y Medio Ambiente (1995).
  • Estructuración del Comité de Gestión del PNMKM.
  • Inclusión de comunidades locales en procesos de planificación, manejo y protección de recursos naturales del Parque.
  • Desarrollo de actividades económicas compatibles con el principio de convivencia ser humano - naturaleza.
  • La visión estratégica de establecer un modelo mixto de manejo, que integró el rol normativo y fiscalizador del Estado con la capacidad de gestión de la FAN, resultó ser un eje dinamizador de la gestión del Parque.
  • A partir de 1997, en el marco del PAC-NKM, con un proceso de compensación económica, y acompañado del desarrollo de un Programa de Protección y un Programa de Desarrollo Comunitario, para promover la gobernanza y la participación social, se logró revertir la presencia de concesiones madereras y, ampliar la superficie del Parque, de 642.458 ha a 1.523.446 ha.
  • La promoción de instancias participativas, como el Comité de Gestión, y el involucramiento activo de miembros de comunidades locales, condujo al Parque a situarse como la segunda AP con mayor número de guardaparques del país; con un gran porcentaje de representantes de las comunidades locales. Esto contribuyó a mejorar el relacionamiento y apoyo, por parte de las comunidades locales, en la conservación del área.
Introducir la escanda como hábitat alternativo para las especies dependientes de los pastizales

Con la pérdida de grandes extensiones de praderas agrícolas en favor del maíz y la soja, y la falta de interés por instalar otras nuevas, la fauna que depende de este hábitat se ve inevitablemente afectada. Los pastizales de Norteamérica figuran entre los 21 ecosistemas más amenazados de la región. Muchas de las praderas que quedan, sobre todo en el este de Norteamérica, están casi totalmente integradas en paisajes agrícolas. Debido a los cambios en el paisaje, muchas aves en peligro de extinción y otros animales salvajes, incluidos los polinizadores, dependen cada vez más de la comunidad agrícola para la creación, el mantenimiento y la salud del hábitat.

También se observaron insectos beneficiosos como abejas, mariposas y otros polinizadores en los campos de escanda porque, a diferencia de los campos de maíz, trigo y soja, se permitió que crecieran otras hierbas entre las hileras de cultivo de escanda. El uso de la espelta en la rotación de cultivos de una explotación no sólo proporciona un hábitat crítico para la cría y zonas de alimentación para aves raras de pastizal, sino que también proporciona un hábitat adecuado para otras especies, aumentando así la biodiversidad.

Los resultados del estudio sobre las aves indican que los campos de escanda fueron utilizados por las especies objetivo durante todos los años del estudio. Desde el punto de vista de la conservación de la fauna, el estudio indica que los campos de escanda pueden tener un doble uso, como cultivo agrícola alternativo económicamente sostenible y como hábitat alternativo para especies de aves dependientes de pastizales. Los resultados del proyecto se presentaron en talleres para agricultores organizados por el USDA-NRCS y NJ Audubon.