Integración de Eco-DRR/EbA en el desarrollo de un Plan de Acción de GIRH

Con el fin de establecer un marco de gestión de los recursos hídricos sostenible y basado en los riesgos para la cuenca del Lukaya, las medidas basadas en los ecosistemas se integran en un Plan de Acción de Gestión Integrada de los Recursos Hídricos (GIRH). La Asociación de Usuarios de la Cuenca del Río Lukaya (AUBR/L) elaboró el plan con el apoyo del PNUMA y de un experto internacional, y es responsable de su aplicación.

El Plan esboza una serie de acciones prioritarias bajo cuatro pilares principales: agua, medio ambiente, ordenación del territorio y gobernanza. Un componente integral del Plan de Acción es la promoción de enfoques de gestión sostenible de los ecosistemas dentro del marco general de la GIRH.

El desarrollo del Plan de Acción de la GIRH hizo hincapié en la importancia de vincular a las comunidades río arriba y río abajo y reforzar su conocimiento de las condiciones geográficas y socioeconómicas dentro de su cuenca fluvial compartida. Se utilizó la cartografía participativa en 3D para cartografiar los peligros, los tipos de uso del suelo y los recursos naturales, así como para identificar los principales problemas medioambientales y las zonas de riesgo de la cuenca, a través de un enfoque participativo de múltiples partes interesadas.

Además, se llevó a cabo un seguimiento hidrometeorológico y de la erosión del suelo para poder elaborar modelos de riesgo de inundaciones. De este modo se establecerían líneas de base y se obtendrían datos para la planificación de la GIRH.

El proyecto Eco-DRR se ejecutó conjuntamente con un proyecto de GIRH financiado por la UNDA en la misma zona.

La cartografía participativa en 3D es una herramienta excelente porque facilita la integración de los conocimientos espaciales locales con los datos topográficos mediante la participación de muchas partes interesadas y el uso de sistemas de información geográfica.

conocimiento espacial local con los datos topográficos mediante la participación de muchas partes interesadas y el uso de sistemas de información geográfica.

Un ingrediente clave para promover con éxito la Eco-RRD a través de la GIRH en la RDC fue la participación sostenida de los usuarios locales del río, a través de la AUBR/L.

El proceso de planificación de la GIRH fue intensivo y se tardó casi un año en elaborar el primer borrador.

El enfoque basado en la comunidad (a través de la AUBR/L) es adecuado debido a la escasa presencia de la administración técnica central a nivel local en la RDC posconflicto. Contar con una institución de gestión del agua ya existente fue una suerte y permitió reunir a los principales interesados tanto aguas arriba como aguas abajo y mejorar las relaciones de colaboración. Conseguir el apoyo de todos fue crucial para el desarrollo del plan y también para actividades como la instalación de sistemas de control en tierra.

Para el proceso se organizaron varios talleres con múltiples interesados y actividades de sensibilización. Como resultado, los participantes apreciaron la cuenca como un paisaje compartido e identificaron prioridades comunes para la gestión sostenible de la cuenca, lo que también contribuye a la resiliencia ante el clima y las catástrofes.

Desarrollar la capacidad local y nacional para la Eco-DRR

El proyecto realizó una importante inversión en el desarrollo de capacidades para la aplicación de la Eco-DRR. En primer lugar, se llevaron a cabo actividades de concienciación dirigidas a diferentes públicos (comunidades de la zona del proyecto, gobierno, universidad y otros públicos locales y nacionales) a través de diversos medios como la radio, conferencias, talleres, hojas informativas y carteles, maquetas en 3D y vídeos.

En segundo lugar, se llevaron a cabo varios talleres sobre la aplicación de Eco-DRR a nivel local para instruir sobre la gestión de viveros, la alerta temprana y la preparación, la gestión de centros comunitarios de resiliencia, así como la formación de formadores. Las demostraciones sobre el terreno y las formaciones prácticas a nivel provincial y nacional sirvieron de base para reforzar la comprensión de los gobiernos provinciales y nacionales de la práctica de Eco-DRR con el fin de sostener la futura aplicación y reproducción de las medidas de Eco-DRR.

Por último, el proyecto implicó a las universidades afganas en conferencias y formaciones nacionales y provinciales sobre EcoDRR, en un esfuerzo por integrar los conceptos y conocimientos prácticos de EcoDRR en los programas universitarios.

Tener una relación duradera y trabajar con organizaciones y actores locales es importante para una buena estrategia de comunicación y para permitir el desarrollo de capacidades. Además, la financiación adicional permitió un intercambio de aprendizaje para promover la Eco-RRD y la ACC en la región entre Afganistán, Tayikistán y Kirguistán.

El diálogo, la implicación de las partes interesadas y la colaboración con las organizaciones locales, la existencia de un proyecto piloto de demostración local y una fuerte inversión en el refuerzo de las capacidades son claves para la sostenibilidad.

Intervenciones sobre el terreno en las aldeas

En cada aldea se llevaron a cabo cuatro intervenciones principales:

  • Creación de viveros comunitarios
  • Plantación de árboles/reforestación
  • Creación de centros comunitarios de resiliencia
  • Capacitación local en actividades de Eco-DRR

El objetivo de estas actividades era restaurar la cubierta arbórea de las laderas y riberas de los pueblos para reducir el riesgo de inundaciones y, al mismo tiempo, proporcionar medios de subsistencia directos a los hogares y partes interesadas del proyecto. La creación de centros comunitarios y los procedimientos de preparación ante catástrofes pretendían reducir la exposición de los hogares proporcionándoles cobijo frente a condiciones invernales extremas. El proyecto también promovió la reproducción y ampliación de las actividades de Eco-DRR en Koh-e Baba, con el fin de mantener las intervenciones sobre el terreno más allá de los tres años de duración del proyecto.

La situación de seguridad relativamente estable en la provincia de Bamyan y la colaboración de larga data entre el PNUMA, la Organización para la Conservación de las Zonas de Montaña Afganas (COAM) y las aldeas objetivo facilitaron la ejecución y el seguimiento de las actividades sobre el terreno.

Serían necesarias intervenciones sobre el terreno a una escala geográfica y temporal mucho mayor para aportar pruebas de una reducción real del riesgo de inundaciones, lo que quedaba fuera del alcance de este proyecto. Por lo tanto, la intención era más bien hacer demostraciones sobre el terreno de medidas bien conocidas basadas en ecosistemas que han demostrado su eficacia en otras investigaciones sobre el terreno y en la literatura científica para demostrar su potencial en las zonas de alta montaña de Afganistán.

La adopción, reproducción y ampliación del enfoque en el país se verán limitadas por una serie de retos. Entre ellos se encuentran la limitada capacidad de los gobiernos nacionales y locales, la falta de acceso a terrenos públicos para actividades comunitarias basadas en los ecosistemas y la necesidad de demostrar claramente los beneficios económicos de dichas actividades a fin de ofrecer incentivos locales para su reproducción. De hecho, al principio hubo resistencia a utilizar terrenos privados para los viveros, pero al final del proyecto hubo demanda para reproducir el establecimiento de viveros una vez vistos los beneficios.

Integrar la Eco-RRD en los procesos de planificación del desarrollo local y nacional

El proyecto diseñó una plantilla de Planificación de un Desarrollo Verde y Resiliente para su uso en las aldeas, y propuso un modelo para ampliar la planificación local con el fin de integrar los ecosistemas y las catástrofes a nivel de paisaje. Se llevaron a cabo evaluaciones de cartografía comunitaria, modelización SIG y teledetección para comprender mejor los cambios actuales e históricos en el riesgo de catástrofes, la salud de los ecosistemas y el uso del suelo, teniendo en cuenta el cambio climático. También se llevó a cabo una evaluación de la visión con la comunidad local para comprender mejor las necesidades de desarrollo de la comunidad.

En la plantilla, el proceso de planificación comienza con un examen exhaustivo de las condiciones físicas, sociales, culturales, religiosas y socioeconómicas existentes, así como con la identificación y localización de los principales peligros y zonas propensas a las catástrofes mediante consultas a la comunidad, visitas sobre el terreno y conocimientos de expertos locales. Una vez recopilada la información, se anima a las comunidades a debatir e identificar las prioridades de desarrollo local con respecto a los medios de subsistencia, el desarrollo del pueblo, la prevención de catástrofes y la mejora de la resiliencia de la comunidad. El plan final consiste en un mapa del desarrollo de la aldea, acompañado de un breve informe en el que se explican las conclusiones, los objetivos de desarrollo y las estrategias.

El proyecto se dio cuenta de que sería más útil integrar el proceso de planificación del desarrollo del proyecto en los procesos de desarrollo local institucionalizados. Debido a algunas dificultades en este sentido (véanse las lecciones aprendidas), el proyecto aprovechó la ubicación de las siete aldeas objetivo, que se encontraban dentro de los límites del Área Protegida de Shah Foladi, e influyó en el diseño del plan de gestión del área protegida para ampliar las medidas basadas en el ecosistema dentro del paisaje más amplio.

Uno de los retos a los que se enfrentó el proyecto fue cómo apoyar mejor la integración de elementos de Eco-DRR en la planificación del desarrollo local en Afganistán. Aunque el proyecto empezó creando los planes de desarrollo ecológico y resiliente que se utilizarían en el marco del proyecto, decidió influir en el proceso de planificación del desarrollo existente en el marco del Programa Nacional de Solidaridad (PNS) del Gobierno. Sin embargo, el PNS está siendo revisado y se está elaborando un nuevo proceso a nivel nacional. Por lo tanto, el proyecto no pudo integrar la planificación del desarrollo verde y resiliente en el PNS. Sin embargo, ha puesto todo en marcha para que esto pueda ocurrir en el futuro.

Transmisión de conocimientos a través de redes locales

Los agricultores forman parte de una red local que comparte información sobre prácticas de gestión tradicionales y nuevas. Este acervo de conocimientos compartidos mejora la resiliencia al aumentar la capacidad de respuesta adaptativa al cambio.

Los agricultores experimentan con variedades nuevas y antiguas de semillas o con métodos de gestión nuevos (utilizando los últimos descubrimientos científicos) o tradicionales para mitigar las perturbaciones (como las plagas). La experimentación puede aportar "nuevas" soluciones a los efectos del cambio climático.

Algunos agricultores formaban parte de organizaciones no gubernamentales que constituían una fuente de conocimientos y prácticas que mejoraban la agricultura a pequeña escala y que podían compartirse.

La experimentación y el intercambio de información aumentan la capacidad de adaptación y la resistencia de los agricultores ante la variabilidad y el cambio climáticos.

Además, la recuperación de los conocimientos tradicionales aporta algunas soluciones interesantes a los efectos de los cambios climáticos, como el aumento de las plagas. Por ejemplo, se sabe que las ortigas(Urticaria dioica) aumentan la resistencia del ganado y las hortalizas frente a las enfermedades. El uso de una infusión de ortigas para rociar los cultivos aumentaba la supervivencia de la cosecha de patatas.

Gestión del medio ambiente

Los agricultores gestionan su entorno para mitigar perturbaciones como inundaciones, sequías y enfermedades.

Los bosques y árboles de las zonas húmedas se protegen para regular el nivel del agua. Para preservar la humedad del suelo, se adoptan prácticas como la grada a principios de primavera o el uso de cultivos nodriza o árboles para dar sombra.

Las plagas y las malas hierbas se controlan mediante el cultivo intercalado y la rotación de cultivos en los campos, el pastoreo alternado de distintas especies, la eliminación manual y la protección o creación de hábitats para las especies que controlan las plagas, como aves e insectos.

Se protegen los árboles silvestres, los arbustos y las plantas con flores, especialmente importantes para los polinizadores.

Estar en un entorno en el que el hábitat natural coexiste con el agroecosistema y está protegido permite que los ecosistemas funcionen y presten servicios a la agricultura.

Proteger y mejorar los servicios de los ecosistemas naturales es esencial para el éxito de la agricultura en un clima variable y cambiante.

Uso de indicadores naturales

Para poder interpretar y responder eficazmente a la variabilidad y el cambio de los ecosistemas, también se utilizaron como indicadores la flora y la fauna silvestres. Los agricultores observaban el desarrollo de las plantas silvestres y el desarrollo y comportamiento de los animales salvajes, y utilizaban esta información para planificar y ajustar la gestión de la tierra. Por ejemplo, en Roslagen (Suecia), el tamaño de las hojas de abedul puede dar una indicación de cuándo sembrar. La presencia de determinadas especies vegetales da una indicación sobre la calidad del suelo.

Estar en un entorno en el que el hábitat natural coexiste con el agroecosistema y está protegido permite utilizar indicadores naturales.

En condiciones variables, el momento de la siembra y la cosecha es fundamental. Los indicadores naturales recogen información múltiple que es importante para el éxito del cultivo o, al menos, para reducir el fracaso.

Gestión de múltiples especies

Los agricultores practicaban el policultivo, que consistía en mezclar cultivos en el mismo espacio de campo (es decir, cultivos intercalados) y cultivarlos en distintas épocas (es decir, rotación de cultivos).

Los agricultores también reconocían que los animales de granja, las plantas no cultivadas, las aves y la flora y fauna del suelo son componentes importantes de los agroecosistemas y, por tanto, los protegían y gestionaban. Por ejemplo, se utilizaban ocas para controlar las malas hierbas en los huertos y gallinas para controlar los parásitos del ganado. Las plantas no cultivadas se utilizaban como productores primarios, como plantas de sombra, como almacenes temporales de nutrientes y para evitar el crecimiento de parásitos viscerales. También se protege (prohibición de dañar) a cierta fauna silvestre, ya que se reconoce su papel en la regulación de plagas o en la polinización.

La rotación de cultivos revitaliza los suelos y previene las plagas. Una rotación de cultivos típica en Roslagen incluye cultivos perennes con especies fijadoras de nitrógeno. El calendario y la secuencia de los cultivos se ajustan al tipo de suelo y a las condiciones del campo. Los cultivos intercalados con leguminosas aumentan la disponibilidad de nitrógeno para las plantas.

Las prácticas locales de mezcla de especies y variedades tienen efectos beneficiosos sobre la producción de cultivos a lo largo del tiempo, especialmente al amortiguar la variabilidad climática y reducir los daños causados por las plagas. De hecho, los agricultores identificaron los siguientes beneficios de los cultivos intercalados:

1. Aumenta la producción

2. Aumenta el suministro de nutrientes, especialmente de nitrógeno

3. Atrae insectos y aves que controlan plagas y enfermedades

4. Protege el cultivo contra los hongos mediante compuestos químicos naturales

5. Repele a los insectos dañinos por su fragancia

6. Aumenta el sabor y el aroma en el cultivo

7. Aumenta el contenido de aceites etéreos en las hierbas

8. Aumenta la calidad de la cosecha en hortalizas

9. Amortigua las malas cosechas en caso de irregularidades climáticas

Garantizar una utilidad sostenida

Para que el producto final tenga valor práctico, el modelo debe i) alojarse en un lugar conveniente y propicio para la planificación del uso del suelo, ii) alojarse en un lugar libre de elementos ambientales (lluvia, viento, agua salada, etc.), iii) ser visible por los organismos de planificación comunitarios/estatales, iv) revisarse periódicamente para incorporar la información espacial a los ejercicios de planificación en curso.

- Un espacio/agencia de acogida libre de elementos medioambientales

- Entusiasmo por el uso por parte de grupos de planificación estatales y comunitarios

Si se puede comprar/proporcionar una funda, cubrir el modelo prolongará su vida útil durante años.

Intercambio de conocimientos tradicionales

Cuando se realiza un taller de P3DM en un lugar con un alto porcentaje de una comunidad indígena (como Palaos), la utilidad de los conocimientos tradicionales es inestimable e insustituible. El formato de un taller de P3DM puede ayudar a captar los conocimientos tradicionales mejor que muchos ejercicios de planificación, y puede garantizar la conservación prolongada de dichos conocimientos al almacenarlos en un modelo tangible.

El P3DM capta los conocimientos tradicionales mediante debates organizados y estructurados en torno al modelo. La planificación anticipada para publicitar el evento es importante para que el boca a boca llegue a quienes viven en comunidades más aisladas. Las entrevistas semiestructuradas en torno al modelo pueden captar la mayoría de las ideas; hay que prestar atención a los participantes más callados, que pueden mostrarse reacios a compartir en multitudes.

Representación de la comunidad de personas mayores; gran demanda de que se celebre un taller de este tipo (cuanto mayor sea el entusiasmo, mayor será la aportación de conocimientos); acceso a la investigación previa de los conocimientos tradicionales mediante encuestas o revisión bibliográfica; difusión temprana de la noticia del taller mediante el boca a boca.

- Implicar un proceso durante el taller en el que los ancianos interactúen directamente con la generación más joven para que ese intercambio de aprendizaje se produzca directamente y en tiempo real.

- Los ancianos suelen demostrar más conocimientos tradicionales y son capaces de suplir información espacial importante que no existe en los planes modernos de uso del suelo: es fundamental conseguir su mayor participación posible. Acérquese a ellos en las primeras fases