La plantación de árboles de crecimiento rápido va acompañada de la formación de personal para la gestión de viveros y bosques de acuerdo con unas normas de calidad establecidas.
Cada parcela se demarca, cartografía y documenta con la aprobación de las comunidades. La asistencia técnica corre a cargo de ONG especialmente formadas y dura 21 meses: (i) sensibilización y movilización social (3 meses); formación, planificación y ejecución (8 meses); autogestión (10 meses).
La elección de las especies arbóreas se basó en: ciclos de rotación cortos (4-7 años), resistencia a las fluctuaciones climáticas, idoneidad para el procesamiento mecánico, especialmente en pendientes, y su potencial para contribuir al control de la erosión. La GIZ proporcionó apoyo técnico y administrativo para el equipamiento y las semillas necesarias. Se plantaron con éxito arboledas como zonas tampón alrededor de zonas protegidas y manglares. Otros lugares importantes para la plantación son los cursos de agua y los corredores en las rutas de la fauna migratoria. Los residentes locales se abastecen ahora de madera de las plantaciones.
Las operaciones de vivero se organizan colectivamente; la plantación y el mantenimiento son responsabilidad de los propietarios de las plantaciones.